Francia está procediendo con el desarrollo de su portaaviones de nueva generación, el PANG (porte-avions de nouvelle génération), con el inicio de la construcción previsto para 2031 y su entrada en servicio hacia finales de la década de 2030.
Los avances recientes abarcan la asignación de contratos para componentes críticos y de largo plazo, incluyendo los sistemas de propulsión nuclear, adjudicados a empresas líderes como Naval Group, Chantiers de l’Atlantique y TechnicAtome.
Este futurista portaaviones, previsto para igualar en dimensiones al Charles de Gaulle, incorporará reactores nucleares de última generación con una capacidad de hasta 230 megavatios, facilitando velocidades elevadas y el empleo de tecnologías avanzadas como EMALS (Sistema Electromagnético de Lanzamiento de Aeronaves) y armas de energía dirigida.
Este proyecto busca expandir notablemente la capacidad naval francesa, enfocándose en la proyección de poder contundente, la autonomía situacional y una integración fluida con las fuerzas estratégicas del país.
El PANG mantendrá el uso del sistema CATOBAR para la recuperación de aeronaves, representando un salto cualitativo en la ingeniería naval francesa y en sus capacidades marítimas estratégicas.
Fortalecimiento naval mediante innovación y estrategia con el portaaviones PANG
Aún faltan más de diez años para que el portaaviones de nueva generación de la Marina Francesa esté operativo. Aunque la construcción del PANG no ha comenzado, los preparativos están en pleno desarrollo.
El Ministerio de las Fuerzas Armadas de Francia ha otorgado el primer contrato para la adquisición de componentes de larga duración para este futuro buque insignia. Naval Group, Chantiers de l’Atlantique y Technicatome han sido seleccionados para comenzar los trabajos a largo plazo, incluyendo el desarrollo de sistemas de propulsión nuclear.
Naval Group liderará la industrialización y producción de los principales componentes de los reactores nucleares, mientras que Chantiers de l’Atlantique está adaptando sus instalaciones para la construcción en Saint-Nazaire. TechnicAtome, como contratista principal, se encargará del diseño de los reactores nucleares.
La fase de producción y construcción está programada para comenzar a principios de 2031 en Saint-Nazaire. Se había anticipado que el PANG estaría dotado de dos reactores nucleares tipo K22 y que su tamaño sería comparable al del Charles de Gaulle, el actual buque insignia de la Marina Nacional Francesa.
Se prevé que el PANG pueda albergar un ala aérea compuesta por treinta y dos aviones de combate de última generación.
Desarrollo y capacidades del futuro portaaviones francés
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Según un informe presupuestario de la Armada francesa de 2021, el futuro portaaviones está diseñado para ofrecer control prolongado sobre los dominios aéreos y marítimos, permitiendo una proyección de poder considerable y repetible lejos de su base.
Además, proporcionará una evaluación autónoma de la situación (SITREP) y complementará sinérgicamente tanto a la fuerza oceánica estratégica (FOST) como a las fuerzas aéreas estratégicas (FAS).
El proyecto ha progresado hasta la fase detallada de anteproyecto en 2024, y se espera que el dossier de lanzamiento e implementación concluya a finales de 2025.
El desarrollo del nuevo modelo de reactores nucleares K-22, llevado a cabo por Framatome Défense en colaboración con TechnicAtome, es crucial. Estos reactores están diseñados para proporcionar entre 220 y 230 megavatios de energía, permitiendo que el portaaviones alcance velocidades de hasta 30 nudos y opere sistemas avanzados como las catapultas electromagnéticas (EMALS) y las armas de energía dirigida (DEW).
Tecnología avanzada en el corazón de la estrategia naval francesa
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La Marine Nationale francesa ha invertido considerablemente en el desarrollo de las DEW durante los últimos años, considerando esta tecnología armamentística como esencial para la expansión de su presencia militar en la región del Indo-Pacífico.
El nuevo portaaviones también implementará el sistema CATOBAR (Catapult Assisted Take-Off But Arrested Recovery), manteniendo la tradición de la Marina francesa que data desde la década de 1960. Esto contrasta con los enfoques de otros países como Rusia, el Reino Unido y China, que utilizan rampas de salto de esquí para el despegue de sus aeronaves.
Como indicó Naval Recognition, la adopción de catapultas electromagnéticas, considerablemente más ligeras que las tradicionales de vapor, potenciará la flexibilidad operativa y permitirá el despliegue de una gama diversa de aeronaves, desde vehículos aéreos no tripulados hasta aviones de combate de última generación.
Aunque el buque insignia no se espera que entre en servicio hasta finales de la década de 2030, su desarrollo marca un avance significativo en la capacidad aeronaval de Francia.