El portamisiles Almirante Kuznetsov, buque insignia de la flota rusa, se encuentra en un punto crítico tras más de una década de contratiempos y adversidades. La comunidad analítica global especula sobre la viabilidad de su retorno al servicio activo, tras una serie de eventos desafortunados que han marcado su historial desde el final de la Guerra Fría.
Este navío, que fue introducido durante la era de tensión global, ha enfrentado una cadena de incidentes, incluidos incendios, demoras en su producción y accidentes significativos, que han obstaculizado su funcionamiento conforme a las expectativas originales.
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Recientes informes de TASS, el principal medio estatal ruso, sugieren la posibilidad de que el Kuznetsov sea reincorporado al servicio para finales de 2024. No obstante, dada su problemática trayectoria, se cuestiona seriamente la factibilidad de este pronóstico.
Desafíos técnicos y operativos del Almirante Kuznetsov
Construido en los Astilleros del Mar Negro en Nikolayev durante los años 80, el Almirante Kuznetsov sirvió como el principal activo naval de la Unión Soviética hasta su disolución, para luego integrarse a la flota rusa a mediados de los 90. Originalmente planeado como el primero de dos portaaviones de su clase, su gemelo, el Varyag, quedó inconcluso tras el colapso soviético.
Este portaaviones se distingue de sus contrapartes occidentales por su sistema de propulsión convencional, operando con mazut, un combustible pesado y viscoso. Esta elección de combustible, aunque histórica, limita su eficiencia operativa y aumenta su visibilidad debido a las densas emisiones de humo negro, haciéndolo detectable a grandes distancias.
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La complejidad del mazut como combustible exige un sistema especializado de tuberías y calderas para su adecuado precalentamiento y presurización. Desafortunadamente, las limitaciones en su diseño y construcción han restringido la capacidad de sus calderas para operar a máxima eficiencia.
En términos de capacidad ofensiva, el Almirante Kuznetsov está armado con una impresionante dotación que incluye dos docenas de lanzadores verticales rotativos para misiles antiaéreos SA-N-9 “Gauntlet”, sumando un total de 192 misiles. Se complementa con un arsenal de defensa cercana, contando con seis cañones AK-630 y ocho sistemas Kashtan CIWS, además de equipamiento para guerra antisubmarina y contra torpedos.
Este panorama dibuja un retrato del Almirante Kuznetsov atrapado entre las sombras de su legado y la luz de una posible revitalización, encarnando los desafíos y la resiliencia de la ingeniería militar rusa en la era moderna.
Retos y tragedias: El turbulento camino del Almirante Kuznetsov
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El trayecto del portaaviones Almirante Kuznetsov está marcado no solo por sus limitaciones técnicas, sino también por una serie de incidentes trágicos que han ensombrecido aún más su historial. En 2018, la tragedia golpeó cuando una grúa flotante se precipitó sobre su cubierta, resultando en la muerte de un trabajador a bordo.
La cadena de eventos adversos continuó, pues menos de un año después, un incendio originado durante operaciones de soldadura en la sala de máquinas cobró la vida de dos obreros y causó heridas a otros catorce, evidenciando la vulnerabilidad del buque ante accidentes laborales.
El historial operativo del Kuznetsov refleja igualmente una narrativa desalentadora. A lo largo de sus treinta y ocho años de servicio, ha tenido una participación combativa notablemente limitada, siendo su despliegue en Siria entre 2016 y 2017 uno de sus pocos momentos operacionales en el teatro de guerra. Este despliegue se vio empañado por la pérdida de dos aeronaves, debido a fallos en los cables de detención, que no lograron asegurar los aterrizajes en la cubierta, subrayando deficiencias críticas en su capacidad para proyectar poder aéreo de manera efectiva.
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Estos acontecimientos plantean serias dudas sobre el futuro operacional del Kuznetsov, sugiriendo que, a pesar de ser el único portaaviones en la flota rusa, podría también ser el último de su linaje, marcando un posible fin de era para la proyección de fuerza naval rusa mediante esta clase de buques.