El K-3 Leninsky Komsomol, el primer submarino nuclear de la URSS, fue un fracaso rotundo. A pesar de su gran tamaño y capacidad de ataque, este submarino de la clase November tenía graves problemas de diseño, ruido y seguridad.
La carrera armamentística y los submarinos nucleares
La URSS y la Federación Rusa desarrollaron la mayor flota de submarinos nucleares del mundo durante la segunda mitad del siglo XX. En respuesta al USS Nautilus de la Marina estadounidense, los ingenieros soviéticos crearon el proyecto 627, más tarde conocido como la clase November.
El K-3 Leninskiy Komsomo fue el primer submarino de su clase, lanzado en 1958. Este gigante de 30.000 toneladas y más de 100 metros de eslora albergaba a 74 marineros y 30 oficiales en sus nueve compartimentos.
A pesar de su poder de ataque, los submarinos de la clase November eran extremadamente ruidosos y fácilmente detectables, lo que limitaba su capacidad para operaciones de caza submarina.
Falta de medidas de seguridad
Uno de los principales problemas de los submarinos de la clase November era la falta general de medidas de seguridad. La tripulación a menudo enfermaba debido a la inadecuada protección contra la radiación.
A lo largo de los años, estos submarinos sufrieron numerosos incidentes. El K-8 estuvo al borde de la fusión del reactor en 1960, y el K-14 sufrió una tragedia similar en el Ártico. En 1967, un incendio en la sala de torpedos del K-3 resultó en la muerte de más de tres docenas de marineros.
Incidente en el K-3
El incendio en la sala de torpedos del K-3 ocurrió en el mar de Noruega en 1967. A pesar de no comprender completamente las causas del incendio en ese momento, el submarino fue puesto de nuevo en servicio. Una investigación reciente concluyó que la causa del accidente fue de naturaleza técnica, debido a un derrame de líquido del sistema hidráulico sobre una lámpara eléctrica.
Problemas en el desmantelamiento de los submarinos
Además de los problemas de seguridad de los submarinos en sí, el proceso de desmantelamiento de los submarinos soviéticos también fue problemático. En lugar de desmontar cuidadosamente los reactores y otros materiales radiactivos, en muchos casos, los soviéticos permitieron que los submarinos se deterioraran peligrosamente.
Conclusión
A pesar de su imponente tamaño y capacidad de ataque, el K-3 Leninsky Komsomol y los submarinos de la clase November fueron un desastre en términos de diseño, seguridad y ruido. Esto sirve como un recordatorio de los peligros y desafíos en el desarrollo de armamento nuclear en el contexto de la carrera armamentística.