Operación Martillo de Medianoche elimina infraestructura nuclear iraní con precisión, confirma Pete Hegseth en el Pentágono el 26 de junio de 2025.
Operación Martillo de Medianoche desmantela programa nuclear iraní
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, confirmó el 26 de junio de 2025 en una conferencia de prensa en el Pentágono la destrucción total de las instalaciones nucleares de Irán mediante un ataque de precisión ejecutado el 21 de junio, conocido como Operación Martillo de Medianoche. Este operativo, ordenado por el presidente Donald J. Trump, utilizó bombarderos B-2 Spirit y la bomba GBU-57 Massive Ordnance Penetrator (MOP), de 13.600 kg, para neutralizar los sitios de Fordow, Natanz y Esfahán, que constituyen los pilares del programa nuclear iraní. Hegseth desmintió informes filtrados que sugerían un retraso temporal del programa, y aseguró que los activos nucleares críticos quedaron eliminados de forma permanente.
La operación se centró en tres instalaciones clave: la Planta de Enriquecimiento de Combustible de Fordow, enterrada a más de 80 metros bajo una montaña; la Instalación Nuclear de Natanz, un centro de enriquecimiento de uranio; y el Centro de Tecnología Nuclear de Esfahán, donde se almacenaba material nuclear. El general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto, explicó que Fordow representó el mayor desafío debido a su profundidad y fortificación. La eliminación de este sitio requirió 14 bombas GBU-57, diseñadas para penetrar hasta 60 metros de concreto armado antes de detonar una ojiva de alto rendimiento. Caine destacó que las bombas, utilizadas por primera vez en combate, operaron sin fallos y alcanzaron los pozos de entrada, los sistemas de ventilación y los núcleos de reactores.
El ataque contó con un paquete de combate coordinado que incluyó siete B-2 Spirit, escoltados por cazas F-22 Raptor y F-35 Lightning II, con apoyo de aviones RC-135 Rivet Joint para inteligencia en tiempo real. Los bombarderos despegaron desde la base aérea de Whiteman, en Missouri, y realizaron un vuelo de 18 horas con múltiples reabastecimientos en el aire. La operación comenzó a medianoche del viernes 20 de junio, cuando un grupo de B-2 voló hacia el Océano Pacífico con el propósito de engañar a las defensas iraníes. A las 2:10 a.m., hora local de Irán, el primer B-2 lanzó dos bombas GBU-57 sobre Fordow, seguido por ataques sincronizados en Natanz y Esfahán, donde un submarino estadounidense efectuó más de 24 lanzamientos de misiles Tomahawk.
Las imágenes satelitales de la Oficina Nacional de Reconocimiento y los datos infrarrojos confirmaron que los tres sitios sufrieron daños irreparables. Hegseth refutó rumores sobre una reubicación de uranio enriquecido y aseguró que las fuentes de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR) supervisaron todos los almacenes conocidos sin identificar movimientos antes del ataque. El director de la CIA, John Ratcliffe, y la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, estimaron que reconstruir la capacidad nuclear de Irán tomaría entre cinco y ocho años en condiciones óptimas, un escenario improbable por las sanciones internacionales y el incremento en la vigilancia.
Detalles clave de la Operación Martillo de Medianoche
- Fecha y hora: Ejecución entre las 6:40 p.m. y 7:05 p.m. (hora del este) del 21 de junio de 2025, 2:10 a.m. en Irán.
- Armamento: 14 bombas GBU-57 MOP, cada una con capacidad para penetrar 60 metros de concreto, y más de 24 misiles Tomahawk.
- Aviones: Siete B-2 Spirit, F-22, F-35 y RC-135, con un total de 125 aeronaves involucradas.
- Objetivos: Fordow, Natanz y Esfahán, destruidos sin que se detectara resistencia iraní.
- Secreto: Operación de alto nivel de confidencialidad, con notificación al Congreso después de que los aviones salieran del espacio aéreo iraní.
Desarrollo tecnológico detrás del éxito de la GBU-57
El éxito de la Operación Martillo de Medianoche se atribuye al desarrollo de la GBU-57, un proyecto iniciado en 2009 por la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa (DTRA) después de detectar un sitio nuclear encubierto en Qom. Dos oficiales de la DTRA dirigieron un análisis clasificado que dio paso a un esfuerzo conjunto con la industria de defensa y laboratorios militares. A lo largo de 15 años, se realizaron cientos de pruebas en sitios fortificados de Estados Unidos, con el objetivo de perfeccionar una bomba capaz de destruir búnkeres subterráneos. La GBU-57, con 5.500 libras de explosivos equivalentes a TNT, es transportada exclusivamente por los B-2 Spirit y representa un avance significativo en la capacidad de ataque profundo.
El general Caine describió la operación como el resultado de una década y media de trabajo en la DTRA. A pesar de las dudas iniciales de la Agencia de Inteligencia de Defensa, que había sugerido que las bombas no lograrían una penetración suficiente, los modelos de simulación y videos de prueba mostrados en la conferencia del 26 de junio confirmaron la destrucción total. Hegseth calificó las filtraciones de inteligencia como intentos de desacreditar la misión.
La operación eliminó una amenaza estratégica y estableció un nuevo estándar en la guerra contra búnkeres subterráneos. Analistas de defensa consideran que la GBU-57 constituye un elemento clave de disuasión para adversarios que desarrollen instalaciones fortificadas. La misión también evidenció la capacidad de Estados Unidos para ejecutar ataques de largo alcance sin ser detectado, ya que las defensas antiaéreas iraníes no reaccionaron durante el operativo. Caine confirmó que no se registraron disparos contra las aeronaves estadounidenses.
El Pentágono subrayó que la operación no tuvo como objetivo atacar a las fuerzas armadas ni a la población iraní, sino neutralizar una amenaza nuclear específica. Hegseth indicó que Trump dio a Irán un plazo de 60 días para negociar antes del ataque, pero la negativa de Teherán a retomar las conversaciones en Omán el 15 de junio precipitó la acción militar. La Casa Blanca, por medio de la portavoz Karoline Leavitt, rechazó las críticas de medios como The New York Times y CNN, que habían citado evaluaciones preliminares que cuestionaban la eficacia del ataque, y las calificó como intentos de desinformación.
Contexto estratégico y reacciones internacionales
La Operación Martillo de Medianoche se llevó a cabo en coordinación con Israel, que había iniciado ataques contra Irán el 12 de junio al detectar avances en su programa nuclear. Aunque los aviones israelíes no participaron, la cooperación evidenció la alineación estratégica entre ambos países. El primer ministro Benjamin Netanyahu sostuvo una conversación con Trump la noche del ataque, según fuentes del Pentágono. La operación generó reacciones mixtas: el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, elogió la postura firme de Trump, mientras que el senador Mark Warner expresó su preocupación por el riesgo de una escalada regional.
En Irán, el líder supremo Alí Jamenei afirmó que los ataques no alcanzaron sus objetivos, aunque no presentó pruebas. El Parlamento iraní votó a favor de cerrar el estrecho de Ormuz, una medida pendiente de aprobación por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional. La comunidad internacional manifestó alarma por el potencial de una escalada, aunque Hegseth reiteró que Estados Unidos no tiene intención de iniciar una guerra prolongada y mantiene canales de comunicación con Teherán para impedir represalias.
La misión consolidó la doctrina de paz a través de la fuerza de Trump, al transmitir un mensaje a los adversarios globales sobre la capacidad militar estadounidense. La GBU-57 y los B-2 Spirit demostraron ser herramientas decisivas en la lucha contra la proliferación nuclear, mientras que la operación subrayó la importancia de la inteligencia y la preparación tecnológica. A medida que el mundo evalúa las consecuencias, la destrucción de los sitios nucleares iraníes marca un hito en la historia de la guerra moderna y en la disuasión estratégica.