El SR-72, sucesor del SR-71, busca alcanzar Mach 6 con tecnología avanzada. Su desarrollo, envuelto en secreto, enfrenta desafíos mientras EE. UU. y China compiten por la supremacía hipersónica.
La carrera hipersónica entre EE. UU. y China se intensifica
En el siglo XXI, la competencia tecnológica entre Estados Unidos y China abarca múltiples frentes, desde el comercio hasta la exploración espacial. Uno de los campos más disputados es el desarrollo de aviones hipersónicos, donde ambas potencias buscan liderar la próxima generación de aeronaves militares.
Mientras China trabaja en tecnologías que podrían alcanzar velocidades de Mach 9 o incluso Mach 16, Estados Unidos apuesta por el Lockheed SR-72. Este proyecto, que surgió en 2007, pretende superar a su predecesor, el SR-71 Blackbird, al volar a Mach 6 (7.349 km/h), duplicando la velocidad del icónico avión espía.
El SR-72 se ha desarrollado en secreto, pero su existencia se confirmó en 2013 con informes que mencionaban avistamientos en el Área 51. Desde entonces, el interés ha crecido, con especulaciones sobre su tecnología, capacidades y posible entrada en servicio en 2030.
Sin embargo, el desarrollo de aeronaves hipersónicas implica superar desafíos extremos, especialmente en términos de materiales, propulsión y disipación de calor. La pregunta clave es si el SR-72 podrá cumplir con los plazos y expectativas de la Fuerza Aérea de EE. UU.

Del SR-71 Blackbird al SR-72: evolución y desafíos
El SR-71 Blackbird, operativo entre 1966 y 1999, fue el avión más rápido del mundo, alcanzando Mach 3,3 (2.500 mph). Diseñado para misiones de reconocimiento, su fuselaje de titanio soportaba temperaturas de hasta 600 °F (316 °C), pero sufría problemas estructurales debido a la expansión térmica.
El alto costo de operación, que ascendía a 260.000 dólares por hora de vuelo, contribuyó a su retiro en favor de satélites de vigilancia. No obstante, la necesidad de un avión espía hipersónico permaneció, lo que llevó a Lockheed Martin a proponer el SR-72.
El nuevo modelo no solo busca duplicar la velocidad del SR-71, sino también incorporar capacidades de ataque. Será no tripulado, lo que reduce riesgos y costos operativos. Su motor, desarrollado en colaboración con Aerojet Rocketdyne, combinará una turbina convencional con un scramjet para operar en rangos supersónicos e hipersónicos.
Para soportar temperaturas extremas de hasta 2.000 °F (1.093 °C), el SR-72 empleará materiales avanzados y recubrimientos cerámicos. Se espera que alcance una altitud de 100.000 pies (30.480 metros), fuera del alcance de la mayoría de los misiles antiaéreos modernos.
Características clave del Lockheed SR-72
- Velocidad máxima: Mach 6 (7.349 km/h)
- Altitud operativa: 100.000 pies (30.480 metros)
- Propulsión: motor combinado de turbina y scramjet
- Capacidades: misiones de reconocimiento y ataque
- Materiales: compuestos avanzados y recubrimientos cerámicos
- Primeras pruebas de vuelo: estimadas para 2025-2027
- Entrada en servicio: proyectada para 2030

La rivalidad tecnológica con China impulsa el proyecto
El desarrollo del SR-72 avanza en un contexto de competencia directa con China, que ha logrado avances significativos en tecnología hipersónica. En 2017, el país asiático probó el vehículo hipersónico DF-ZF, que alcanzó Mach 10, y ha anunciado proyectos como el Tengyun, con objetivos de hasta Mach 16.
Un episodio curioso surgió con el estreno de Top Gun: Maverick en 2022, cuando se especuló que China redirigió satélites para investigar el ficticio Darkstar, creyendo que se trataba de un prototipo real del SR-72. Este incidente refleja la intensidad de la carrera hipersónica.
En 2024, el Pentágono destinó 11.000 millones de dólares a tecnologías hipersónicas, con el SR-72 como pieza clave. A diferencia de China, que prioriza pruebas públicas, EE. UU. mantiene un enfoque más reservado, aunque esto genera incertidumbre sobre el progreso real del proyecto.
El futuro del SR-72: ¿promesa o realidad?
Aunque el SR-72 representa un avance significativo en la aviación militar, persisten dudas sobre si cumplirá los plazos establecidos. La fase de pruebas de vuelo, prevista para 2025-2027, determinará si su entrada en servicio en 2030 es viable.
Lockheed Martin ha revelado pocos detalles sobre el diseño final, pero imágenes conceptuales muestran un fuselaje afilado con alas delta y toberas integradas. Sin embargo, aún no se han divulgado datos sobre su tamaño, carga útil o sensores.

Expertos como Tyler Rogoway han señalado que los retrasos podrían extender las pruebas más allá de 2027, especialmente si el presupuesto se divide entre otros programas hipersónicos como el AGM-183 ARRW. Frente a los avances chinos, el SR-72 parece progresar a un ritmo más lento, aunque su diseño sigiloso podría ofrecer ventajas estratégicas.
Si el SR-72 logra sus objetivos, revolucionará la guerra aérea con su velocidad extrema y capacidades avanzadas. Podría realizar misiones de reconocimiento en tiempo real o ataques con armas hipersónicas antes de que el enemigo reaccione.
Mientras China prioriza el volumen y la velocidad de desarrollo, EE. UU. apuesta por calidad y tecnología furtiva. En un mundo donde la rapidez redefine la guerra, el SR-72 podría marcar la diferencia, siempre que supere los desafíos tecnológicos que enfrenta.