Diseñado para fortalecer la aviación naval rusa, el Su-33 “Flanker-D” ha quedado relegado por fallos estructurales y un portaaviones inadecuado, sin poder competir con cazas occidentales modernos.
El Su-33: una respuesta fallida a la aviación naval de EE. UU.
El desarrollo del Su-33 comenzó con la intención de crear un caza embarcado capaz de igualar el poder aéreo de EE. UU. Basado en el Su-27, realizó su primer vuelo en 1987 y entró en servicio en 1998. Sin embargo, su desempeño ha estado lejos de cumplir con las expectativas.
Rusia intentó replicar el modelo estadounidense de aviación embarcada, donde portaaviones como los de la clase Nimitz operan con cazas avanzados como el F/A-18 Super Hornet o el F-35C. A diferencia de EE. UU., Rusia carece de la infraestructura y estrategia necesarias para sostener una flota naval moderna.
El Almirante Kuznetsov, único portaaviones ruso, ha sido un factor clave en el fracaso del Su-33. Sin un sistema de catapultas como los de EE. UU., el Kuznetsov depende de una rampa ski-jump, lo que limita la capacidad de despegue del Su-33 en términos de combustible y armamento.
El peso del Su-33 es otro problema. Con 18.400 kg en vacío y 33.000 kg en su peso máximo de despegue, es considerablemente más pesado que el F/A-18, lo que afecta su maniobrabilidad y eficiencia en combate.

El Almirante Kuznetsov: un portaaviones problemático
El Almirante Kuznetsov ha enfrentado fallos mecánicos constantes desde su puesta en servicio. Su planta motriz defectuosa lo ha dejado inoperativo en varias ocasiones, afectando la operatividad del Su-33.
Durante su despliegue en Siria (2016-2017), el Kuznetsov sufrió problemas técnicos y fallos en su sistema de detención de aterrizajes, lo que se saldó con la pérdida de varios cazas, incluyendo un Su-33.
El diseño del Kuznetsov, con una rampa ski-jump en lugar de catapultas, impide que el Su-33 despegue con una carga completa de armamento y combustible, reduciendo significativamente su alcance y efectividad en combate.
Los problemas del Su-33 se ven agravados por la falta de infraestructura de mantenimiento y una doctrina naval desactualizada, lo que ha limitado el desarrollo de una aviación embarcada efectiva en Rusia.
Deficiencias clave del Su-33 y el Almirante Kuznetsov
- Falta de modernización: A pesar de actualizaciones como el Su-33M, su radar N001 sigue siendo inferior a los sistemas AESA de cazas occidentales.
- Limitaciones operativas: Su gran peso y la ausencia de catapultas restringen su carga útil y autonomía.
- Accidentes recurrentes: En 2005 y 2016, fallos en los cables de arresto provocaron la pérdida de Su-33 en operaciones embarcadas.
- Infraestructura naval deficiente: Rusia carece de bases adecuadas y un sistema de mantenimiento eficiente para su aviación naval.

El Su-33 en combate: un desempeño decepcionante
El despliegue del Su-33 en Siria expuso sus limitaciones. Las misiones fueron reducidas debido a problemas logísticos y mecánicos del Kuznetsov, impidiendo que el caza demostrara una capacidad real de combate.
En contraste, cazas embarcados como el F/A-18 Super Hornet han ejecutado miles de misiones exitosas en conflictos recientes, demostrando su superioridad sobre el Su-33 en términos de operatividad y eficacia.
El armamento del Su-33 también ha quedado obsoleto. Misiles como el R-27 y R-73 no ofrecen el mismo rendimiento que el AIM-120D AMRAAM o el Meteor, utilizados por cazas occidentales.
Las dificultades del Su-33 para operar desde el Kuznetsov, junto con su tecnología desfasada, lo han relegado a un papel más simbólico que funcional en la aviación naval rusa.
Futuro incierto para la aviación naval rusa

A pesar de intentos de modernización, el Su-33 sigue siendo un caza poco competitivo. Rusia ha explorado opciones como el MiG-29K, más ligero y adaptable, pero sin lograr una flota embarcada eficiente.
La falta de una estrategia naval coherente ha impedido el desarrollo de un sistema comparable al de EE. UU., donde la combinación de portaaviones modernos y cazas avanzados garantiza una capacidad de proyección de poder inalcanzable para Rusia.
El Su-33 representa el fracaso de la aviación naval rusa. Con una plataforma de lanzamiento inadecuada y tecnología obsoleta, ha quedado relegado como un vestigio de la Guerra Fría sin futuro claro en la aviación militar moderna.