El caza experimental Su-37 combinó alta maniobrabilidad, radar avanzado y gran capacidad de armamento, pero un fallo de software truncó su desarrollo.
El Su-37 integró capacidades únicas para la década de 1990
Durante la segunda mitad de los años noventa, el Sukhoi Su-37 destacó como un demostrador tecnológico de vanguardia en la aviación militar rusa. Esta aeronave experimental ofrecía un nivel de maniobrabilidad sin precedentes gracias a sus toberas de empuje vectorial y su diseño basado en el Su-35, a su vez derivado del Su-27. El modelo no llegó a producción, pero sus capacidades inspiraron desarrollos posteriores.
En su primer vuelo en abril de 1996, el Su-37 despegó impulsado por dos motores Lyulka-Saturn AL-31FP, capaces de generar 31,900 libras de empuje cada uno. Estos motores, junto con un sistema de vectorización 3D de ±15 grados, le permitían alcanzar velocidades de Mach 2.35 y operar a 59,000 pies de altitud. Su exhibición en el Salón Aeronáutico de Farnborough dejó una fuerte impresión al realizar un “Kulbit”, una maniobra acrobática extremadamente cerrada.
Las dimensiones del Su-37 también eran destacables. Con 46 pies de envergadura y 72 pies de largo, alcanzaba un peso máximo al despegue de 74,957 libras. Esta combinación de tamaño y agilidad le daba ventajas importantes en combates cercanos, reforzando su papel como un “Flanker” extremo dentro del catálogo de Sukhoi.

Datos clave del Su-37: maniobras, radar y armamento
- Velocidad máxima: Mach 2.35 (aprox. 1,800 mph)
- Altitud máxima operativa: 59,000 pies
- Toberas 3D vectoriales con rango de ±15 grados
- Maniobra “Kulbit” ejecutada en Farnborough 1996
- Radar N011M Bars: rastrea 20 objetivos y ataca hasta 8 simultáneamente
- Capacidad de armamento: 8,000 kg en 12 puntos de anclaje
- Misiles: R-73E, R-77 y Kh-29, además de un cañón GSh-301
Aviónica y maniobrabilidad sin precedentes en el Su-37
En cuanto a sistemas electrónicos, el Su-37 incorporaba el radar phased-array N011M Bars, que permitía detectar hasta 20 objetivos a la vez y atacar ocho de ellos a una distancia de 150 km. Esta tecnología proporcionaba al caza una capacidad ofensiva a largo alcance notable para su tiempo, situándolo por encima de la mayoría de sus contemporáneos no furtivos.
La cabina del Su-37 reemplazó los indicadores analógicos por cuatro pantallas multifunción LCD, integradas a un sistema de control fly-by-wire que ampliaba significativamente la maniobrabilidad de la aeronave. Este sistema electrónico de vuelo permitía ejecutar maniobras extremas como el “Cobra” de Pugachev, alcanzando ángulos de ataque de hasta 120 grados, algo inusual en cazas de cuarta generación.
El sistema de visualización frontal HUD y el software de control avanzado posicionaban al Su-37 como un verdadero centro de mando aéreo. Sin embargo, esta sofisticación exigía pilotos altamente entrenados, lo que limitaba su adopción en masa y elevaba los costes operativos.
Esta plataforma tecnológica representó un avance generacional dentro de la industria aeronáutica rusa. A pesar de su corta vida útil, dejó una marca clara en los cazas subsiguientes desarrollados por Sukhoi.

Capacidades ofensivas del Su-37 y su enfoque en la potencia
En términos de armamento, el Su-37 estaba equipado con 12 puntos de anclaje externos que podían cargar hasta 8,000 kg de misiles y bombas. El arsenal incluía misiles aire-aire R-73E guiados por infrarrojos, R-77 de radar activo y misiles aire-tierra Kh-29, además de un cañón interno GSh-301 de 30 mm con 150 proyectiles.
Durante demostraciones como el Salón Aeronáutico de Le Bourget en 1997, el Su-37 mostró su capacidad para realizar ataques simulados con bombas guiadas por láser KAB-500. Este repertorio lo hacía versátil tanto en enfrentamientos a corta distancia (WVR) como en combates más allá del alcance visual (BVR).
Aunque su perfil de radar estimado (RCS) de 1 a 3 m² lo situaba en desventaja frente a cazas furtivos como el F-22, el Su-37 no priorizaba el sigilo. Su estrategia consistía en confiar en maniobras acrobáticas, sensores avanzados y potencia de fuego directa como elementos principales de supervivencia.
Este enfoque reflejaba una doctrina de combate distinta a la occidental, centrada más en agilidad y potencia que en invisibilidad ante el radar enemigo.
El final del Su-37 y su legado en futuros cazas rusos
El 19 de diciembre de 2002, el único Su-37 operativo —identificado como bort 711— se precipitó cerca de Ramenskoye tras un fallo crítico en el software del sistema fly-by-wire. Esta falla provocó el colapso del estabilizador horizontal. El piloto, Yuri Vashchuk, logró eyectarse sin lesiones.

El accidente puso fin abrupto al programa. Con un presupuesto militar limitado tras la disolución de la URSS, Sukhoi y el gobierno ruso optaron por cancelar la producción. Solo se fabricaron dos prototipos, y el concepto del “Terminator volador” quedó relegado a los archivos de desarrollo experimental.
Pese al fracaso operativo, el Su-37 dejó una base sólida para el futuro. Elementos como las toberas vectoriales, el radar Bars y el sistema fly-by-wire influyeron directamente en el desarrollo del Su-35S y el Su-57 Felon, dos cazas actualmente en servicio activo.
La experiencia adquirida también motivó mejoras en la fiabilidad del software, aplicadas posteriormente en sistemas redundantes como los del Su-57. El Su-37 demostró en ferias internacionales que Rusia podía ofrecer innovación, incluso en un entorno económico adverso.