El Su-57 Felon, presentado como un caza furtivo de quinta generación, ha sido objeto de un gran escepticismo por parte de expertos occidentales. A pesar de las afirmaciones de Rusia sobre su avanzada tecnología, muchos especialistas consideran que el avión está más respaldado por publicidad que por capacidades reales.
En marzo del año pasado, el fabricante ruso Sukhoi compartió un breve vídeo promocional del Su-57 en redes sociales, destacando cómo este avión supuestamente está redefiniendo los límites del diseño en aviación. Este caza de quinta generación ha sido constantemente elogiado por funcionarios rusos, quienes destacan su tecnología furtiva, basada en el uso extensivo de materiales compuestos.
El Kremlin ha afirmado que el Su-57 es capaz de alcanzar velocidades supersónicas de crucero y de destruir objetivos tanto aéreos como terrestres y navales. Sin embargo, mientras Rusia continúa promoviendo su avión, los expertos en aviación de Occidente sugieren que el Su-57 es, en gran medida, un producto de marketing, y que Moscú no posee las capacidades de fabricación necesarias para producirlo en cantidades significativas.
Un claro ejemplo de esto es el hecho de que, aunque el Su-57 realizó su primer vuelo en enero de 2010, no entró en servicio hasta diciembre de 2020. Para una plataforma militar “avanzada”, una década es una eternidad, lo que explica por qué la Fuerza Aérea de Estados Unidos ya está considerando retirar su primer caza de superioridad aérea de quinta generación, el Lockheed Martin F-22 Raptor.
Incluso si el Su-57 fuera tan avanzado como aseguran los expertos rusos, el tiempo no jugará a su favor. De hecho, este caza es más conocido por los problemas en su desarrollo que por sus capacidades. Se informó que los primeros fuselajes presentaron problemas que requirieron un rediseño en los prototipos.
El experto en aviación Chris Bolton comentó en las redes sociales: “El caza ‘furtivo’ Su-57 de Rusia tiene una sección transversal de radar comparable a la del F/A-18 Super Hornet limpio, y es aproximadamente mil veces más grande que la del F-35. La flota rusa de Felons consta de 12 prototipos hechos a mano, con distintos grados de acabado, y solo dos aviones de producción”.
Otros especialistas también han cuestionado si el Su-57 puede realmente considerarse un caza furtivo. Han sugerido que en un combate cercano, el Felon sería superado irremediablemente por el Lockheed Martin F-35. El diseño del caza ruso se asemeja más al de un avión avanzado de cuarta generación que al de uno verdaderamente de quinta generación.
Aunque es menos detectable que un F-15 Eagle o un F-16 Fighting Falcon, el Su-57 presenta una pobre sección transversal en comparación con sus principales rivales de quinta generación.
Este conjunto de problemas explica por qué el Kremlin no ha desplegado el Su-57 en los cielos de Ucrania. Según la mayoría de los informes, su papel en combate se ha limitado a disparar armas desde la seguridad del espacio aéreo ruso. Es evidente que los funcionarios rusos no confían lo suficiente en su tecnología furtiva como para enviar el avión sobre territorio enemigo.
Más allá de las cuestiones técnicas, otro factor determinante es la producción. Rusia simplemente no ha sido capaz de alcanzar la producción en serie del Su-57, habiendo construido menos de dos docenas de estos aviones. Incluso si cumpliera con las expectativas, no hay suficientes unidades para convertirlo en el cambio radical que Moscú asegura que es.
En resumen, Estados Unidos probablemente habría cancelado este proyecto en varias ocasiones, pero el Kremlin parece haber cavado un hoyo tan profundo que su única opción es continuar y esperar que eventualmente logre salir adelante.