Las Fuerzas Armadas indias tendrán que esperar más para la incorporación de dos unidades del avanzado sistema antiaéreo S-400 “Triumf” procedente de Rusia.
La elevada demanda de estas unidades por parte del Ejército ruso ha provocado un aplazamiento en la entrega, proyectándose su envío hasta agosto de 2026, lo que supone un retraso de casi dos años respecto al calendario inicial.
En 2021, India comenzó a desplegar el primer regimiento de los S-400 en el sector de Punjab, buscando neutralizar las amenazas aéreas y de misiles de Pakistán.
A pesar de las promesas de los funcionarios rusos de completar las entregas del sistema Triumf para finales de 2024, el contrato de 5.400 millones de dólares firmado entre Nueva Delhi y Moscú, que preveía la recepción de cinco escuadrones del S-400, ha visto interrumpidas sus dos últimas entregas debido a la guerra en Ucrania.
Este retraso es el último de una serie de aplazamientos que demuestran que el Kremlin no previó la prolongación de su “operación militar especial”, especialmente en su tercer año, con una logística afectada por la pérdida de los sistemas de defensa antiaérea rusos.
Impacto del retraso en la entrega del S-400 en la estrategia de defensa de la India
En marzo de 2021, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, alertó a Rajnath Singh, su homólogo indio, sobre posibles sanciones derivadas de la adquisición del sistema antiaéreo ruso S-400.
India, que tradicionalmente ha sido uno de los principales compradores de armamento ruso, se enfrenta a interrupciones en el suministro debido a desacuerdos sobre las formas de pago.
El caso de la India no es el único en cuanto a dudas tras la compra del S-400. Turquía, miembro de la OTAN, decidió comprar el sistema de defensa ruso, lo que provocó su exclusión del programa F-35 Joint Strike Fighter liderado por Estados Unidos. Tanto Washington como la OTAN advirtieron de que el S-400 compromete la seguridad del F-35 Lightning II debido a incompatibilidades.
A pesar de haber invertido 1.250 millones de dólares en el proyecto F-35 y de las expectativas de ingresos de 9.000 millones de dólares por la producción de componentes para este avión de quinta generación, Turquía no recibió los seis aviones F-35 destinados a su flota.
Paradójicamente, los sistemas S-400 turcos permanecen inactivos, mientras que el ministro turco de Defensa, Yaşar Güler, ha señalado que dicha plataforma es principalmente un sistema defensivo.
La formación y el despliegue del S-400 Triumf y sus retos
El S-400 Triumf, designado SA-21 Growler por la OTAN, está estratégicamente desarrollado para contrarrestar una amplia gama de amenazas aéreas, incluidos los misiles balísticos de crucero, tácticos, operativos y balísticos de alcance intermedio.
Este polifacético sistema de defensa antiaérea se distingue no solo por su capacidad para interceptar ataques aéreos, sino también por su eficacia contra objetivos terrestres, disparando misiles 40N6 que consiguen alcanzar objetivos situados a una distancia de hasta 400 kilómetros, incluso en condiciones de intensa confrontación y señales de interferencia enemigas.
Desde su introducción en el arsenal militar ruso en 2007, el S-400 ha representado un salto cualitativo en la defensa antiaérea.
Aunque las funcionalidades y misiones del S-400 coinciden en magnitud con las del sistema Patriot estadounidense, el S-400 difiere en su enfoque de la interceptación de misiles balísticos, evitando por el momento la tecnología “hit-to-kill” que caracteriza a algunos modelos del interceptor Patriot.
A principios de 2023, Rusia contaba con 96 sistemas S-400 en servicio activo, aunque varios de ellos han sufrido ataques que han alcanzado componentes cruciales como puestos de mando, lanzadores y radares.
La persistencia de estos sistemas como objetivos de alto valor en los conflictos actuales sugiere una urgencia por parte de Rusia para reemplazar las unidades dañadas, una realidad que posiblemente precede al compromiso de enviar unidades adicionales a la India.