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Portada » Zona de guerra » El Super Hornet domina los portaaviones con adaptaciones únicas

El Super Hornet domina los portaaviones con adaptaciones únicas

por Noticias de Israel
8 de mayo de 2025
en Zona de guerra
El F/A-18E/F Super Hornet Block III: El nuevo avión imparable

Super Hornet

El F/A-18 Super Hornet despega en menos de 300 metros desde portaaviones, gracias a su tren de aterrizaje reforzado y catapultas.

Ingeniería del F/A-18 Super Hornet para portaaviones

El Boeing F/A-18E/F Super Hornet, un caza polivalente de la U.S. Navy, destaca por su capacidad para operar desde portaaviones, una hazaña que requiere adaptaciones de ingeniería precisas. Este avión, diseñado por McDonnell Douglas y producido por Boeing tras su fusión en 1997, incorpora un tren de aterrizaje reforzado, un gancho de cola y un fuselaje optimizado para soportar las exigencias de despegues y aterrizajes en cubiertas de vuelo. Su habilidad para despegar en menos de 300 metros, asistido por sistemas de catapultas, lo convierte en un pilar de las operaciones navales. Desde su entrada en servicio en 1999, el Super Hornet ha reemplazado al F-14 Tomcat y complementa las misiones de la U.S. Navy en escenarios como Irak y Afganistán.

El tren de aterrizaje del Super Hornet está diseñado para absorber impactos de hasta 3 metros por segundo durante aterrizajes en portaaviones, donde la cubierta en movimiento y las condiciones marítimas añaden complejidad. Fabricado con aleaciones de alta resistencia, soporta cargas de hasta 29.937 kg, el peso máximo de despegue del avión. El gancho de cola, integrado en la estructura trasera, se engancha a cables de detención en la cubierta, deteniendo el avión en menos de 100 metros tras tocar la pista. Estas características permiten al F/A-18E/F operar en portaaviones como el USS Abraham Lincoln, donde ha demostrado su fiabilidad en más de 214 misiones durante la Operación Iraqi Freedom en 2002.

Los despegues desde portaaviones dependen de catapultas de vapor o, en los portaaviones más modernos, del Electromagnetic Aircraft Launch System (EMALS). El Super Hornet alcanza velocidades de despegue de aproximadamente 260 km/h en una distancia de 250 a 300 metros, impulsado por sus dos motores General Electric F414-GE-400, que generan 22.000 lbf de empuje cada uno con postcombustión. La configuración de las alas, con un área aumentada en un 25% respecto al F/A-18 Hornet original, proporciona mayor sustentación, crucial para despegues cortos. Además, el diseño de las toberas de admisión rectangulares reduce la firma radar frontal, mejorando la supervivencia en combate.

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El Super Hornet también incorpora un sistema de control de vuelo digital fly-by-wire, que optimiza la maniobrabilidad durante las operaciones en portaaviones. Este sistema ajusta automáticamente las superficies de control para estabilizar el avión en condiciones de alta turbulencia, como las que se encuentran en alta mar. La capacidad de “bringback” del avión, que permite regresar con más de 4.100 kg de combustible y municiones no utilizadas, es otra ventaja operativa, ya que maximiza la flexibilidad táctica en misiones prolongadas.

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Super Hornet

Especificaciones clave del F/A-18 Super Hornet en portaaviones

  • Peso máximo de despegue: 29.937 kg, compatible con catapultas EMALS.
  • Distancia de despegue: 250-300 metros con asistencia de catapulta.
  • Velocidad de despegue: Aproximadamente 260 km/h.
  • Tren de aterrizaje: Soporta impactos de 3 m/s en aterrizajes.
  • Gancho de cola: Detiene el avión en menos de 100 metros.
  • Motores: 2x F414-GE-400, 22.000 lbf de empuje con postcombustión.

Operaciones navales y evolución del Super Hornet

El F/A-18E/F ha demostrado su capacidad en operaciones reales, como las misiones de la Operación Southern Watch en 2002, donde los escuadrones de la VFA-115 operaron desde el USS Abraham Lincoln. Durante la Guerra de Irak, el avión realizó bombardeos de precisión, supresión de defensas aéreas y reabastecimiento en vuelo, gracias a su capacidad para configurarse como cisterna con un sistema de reabastecimiento externo. En 2014, los Super Hornets participaron en ataques contra posiciones del Estado Islámico en Irak y Siria, destacando su versatilidad en entornos de combate complejos.

La evolución del Super Hornet incluye las versiones Block II y Block III, que han mejorado sus capacidades para portaaviones. El Block II, introducido en 2005, incorporó un radar AESA (Active Electronically Scanned Array) y una cabina modernizada, mejorando la conciencia situacional durante operaciones navales. El Block III, cuya entrega comenzó en 2021, extiende la vida útil del avión a 10.000 horas de vuelo e incluye un sistema de cockpit avanzado con pantallas táctiles, optimizando la interacción del piloto en despegues y aterrizajes. Estas mejoras aseguran que el Super Hornet permanezca en servicio hasta al menos la década de 2030, cuando será reemplazado gradualmente por el F-35C Lightning II.

El diseño del Super Hornet también ha sido adaptado para operaciones en portaaviones de otras naciones. Por ejemplo, en 2022, Boeing demostró en la base INS Hansa de la Indian Navy que el F/A-18F puede operar desde portaaviones STOBAR (Short Take-Off But Arrested Recovery), como el INS Vikrant, cumpliendo con requisitos de carga útil y despegue en pistas de 200 metros. Esta demostración incluyó pruebas de despegue con ski-jump, destacando la adaptabilidad del avión a diferentes configuraciones de portaaviones.

La estructura del Super Hornet, con un 42% menos de piezas que el F/A-18 Hornet original, reduce los costos de mantenimiento, un factor crítico en operaciones navales donde el espacio y los recursos son limitados. El avión puede ser reparado y rearmado en hangares de portaaviones, con acceso simplificado a componentes clave como los motores y los sistemas de aviónica. Esta eficiencia logística ha sido clave para su adopción por la Royal Australian Air Force y la Kuwait Air Force, además de la U.S. Navy.

Impacto estratégico en la aviación naval

Super Hornet Block III

El F/A-18E/F Super Hornet no solo sobresale por su ingeniería, sino también por su impacto estratégico. Su capacidad para realizar múltiples roles, desde superioridad aérea hasta ataques de precisión, lo convierte en el núcleo del ala aérea de los portaaviones de la U.S. Navy. En 2017, un F/A-18E derribó un Su-22 sirio cerca de Tabqa, marcando el primer derribo aéreo de un avión tripulado por un caza estadounidense desde 1999. Este incidente, ejecutado por el teniente comandante Michael Tremel desde el portaaviones George H.W. Bush, subrayó la capacidad del Super Hornet para responder rápidamente en escenarios dinámicos.

El avión también ha sido adaptado para misiones especializadas, como la variante EA-18G Growler, diseñada para guerra electrónica. Aunque el Growler comparte el fuselaje del F/A-18F, su rol en la supresión de defensas aéreas enemigas complementa las operaciones del Super Hornet en portaaviones, asegurando la superioridad aérea en teatros de combate. La producción del Super Hornet, que superó las 630 unidades en 2020, refleja su importancia, aunque Boeing anunció en 2023 que cesará la producción en 2025 debido a la competencia del F-35.

En resumen, el Boeing F/A-18E/F Super Hornet es un testimonio de la ingeniería naval avanzada, con adaptaciones que lo hacen ideal para portaaviones. Su tren de aterrizaje reforzado, gancho de cola y capacidad de despegue asistido por catapultas garantizan operaciones eficientes en entornos marítimos exigentes. Con un historial probado en combate y mejoras continuas, el Super Hornet seguirá dominando los portaaviones hasta que la próxima generación de cazas navales tome el relevo.

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