En el tablero de ajedrez que es la guerra entre Israel y Hamás, hemos sido testigos de un episodio sin parangón en la historia de Israel. No es solo la escalofriante cifra de civiles asesinados y secuestrados lo que marca este conflicto, sino también la lluvia implacable de cohetes que se desató sobre Israel desde el 7 de octubre y el uso de misiles antitanque por parte de Hamás en los campos de batalla de la Franja de Gaza. En medio de este caos, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) avanzan implacables en sus maniobras terrestres, impulsadas en parte por la llegada de la primera compañía de los tanques Merkava Barak.
Estos colosos de acero, pertenecientes a la quinta generación de la serie Merkava, irrumpieron en el escenario del Cuerpo Blindado de las FDI en septiembre, en un momento en que nadie anticipaba que enfrentarían su bautismo de fuego tan pronto. A diferencia de otros ejércitos, como el estadounidense, donde la integración de tanques se desenvuelve en un proceso lento y meticuloso, en Israel, los tanques se lanzan al fragor de la batalla real, ajustándose y evolucionando en el mismísimo corazón del conflicto.
En el terreno, equipos especializados del Ministerio de Defensa, bajo la Dirección del Merkava y Vehículos Blindados, vigilan con ojos de lince el desempeño de estas bestias de guerra. Su misión es analizar cada amenaza, cada intento de ataque contra estos titanes de acero, buscando incrementar su letalidad y conversando con los equipos de tanques para perfeccionar sus capacidades operativas.
El general de brigada Oren Giber, un titán en sí mismo al frente de la Dirección Israelí de Merkava y Vehículos Blindados, declaró con determinación: “Nos encontramos en una constante curva de aprendizaje, enfrentando a un enemigo astuto que busca incansablemente nuestras debilidades. No es un proceso que suceda de la noche a la mañana, pero estamos resueltos a mantenernos siempre varios pasos adelante”.
En cuanto al coste, el Merkava Barak se mantiene al nivel de su predecesor, el Merkava 4, con un precio que ronda los 3,5 millones de dólares para las FDI y se eleva a 5 millones para ejércitos extranjeros. La explicación radica en una estrategia meticulosa de la Dirección de Merkava y Vehículos Blindados de Israel, que descompone el tanque en más de 150 sistemas y componentes, permitiéndoles adherirse con precisión a un presupuesto bien estructurado.
Otro factor crucial en este equilibrio económico es la dependencia de las FDI de empresas y proveedores locales. Desde componentes de baja tecnología hasta los más avanzados, todos son de origen israelí, lo que otorga un control más estricto sobre los costes y facilita la negociación de precios más favorables. Un ejemplo palpable es Beth-El Group, una empresa especializada en sistemas de aire acondicionado.
Este escenario bélico, con sus tanques Merkava Barak como protagonistas, no es solo una muestra de innovación tecnológica y estratégica, sino también un sombrío recordatorio de la implacable naturaleza de la guerra y del precio humano y material que demanda.
La vanguardia tecnológica es una aliada formidable en la reducción de costes de guerra, y en el caso de los tanques Merkava Barak de Israel, esto es patente. Los avances en computación y tecnología, que han dejado atrás a lo que era puntero hace dos décadas cuando el Merkava 4 fue lanzado, son un testimonio de este progreso. Hoy, estas máquinas de guerra se benefician de tecnologías más avanzadas y eficientes, a un coste notablemente menor.
Esta disminución de costes tiene un actor clave: las gigantes de la industria de defensa israelí. Elbit Systems, Israel Aerospace Industries (IAI) y Rafael Advanced Defense Systems son nombres que resuenan con fuerza en este ámbito, ofreciendo soluciones tecnológicas de vanguardia a nivel global, pero a precios más accesibles para su nación. Es revelador que los precios del Barak para Israel son apenas un 25% de lo que se cobra a clientes internacionales. Este descuento no solo se debe a la lealtad patriótica, sino también al hecho de que estos sistemas se refinan y perfeccionan en el crisol de la guerra real, aumentando su valor en el mercado extranjero.
El Ministro de Defensa, Yoav Gallant, reconoció este éxito en una ceremonia con ejecutivos de la industria. Mirando al futuro, anticipó la integración anual de docenas de tanques Merkava Barak en las FDI. Sin embargo, es un camino largo hasta que los tanques Merkava de cuarta generación sean relegados a las unidades de reserva, considerando la estructura de las compañías y brigadas de tanques.
En términos de costes, el tanque Barak, a pesar de ser una maravilla tecnológica, no es el más caro del mundo. Ese título recae en el Leclerc AMX 56 francés, con un costo de 9,3 millones de dólares. Le siguen el Black Panther surcoreano y el Arjun indio, con precios también astronómicos.
Pero el Merkava Barak, con un precio de “solo” 5 millones de dólares para los ejércitos extranjeros, se distingue por sus capacidades tecnológicas, especialmente en el uso de inteligencia artificial. Esta IA, similar a la empleada en los cascos del F-35 fabricados por Elbit Systems, ofrece análisis de información en tiempo real. El sistema Iron Vision de Elbit es una innovación destacada, mejorando el combate en zonas urbanas densas. Incluye un sistema de visión periférica integrado con IA y un visor avanzado para el comandante del tanque, que no solo muestra lo que ocurre fuera, sino que también integra información relevante en la imagen. Esto, junto con la capacidad de dirigir cualquier dispositivo del tanque con solo pulsar un botón, marca una era nueva en la guerra blindada.
En el corazón de la batalla, donde el caos y la muerte acechan a cada paso, los sistemas del tanque Merkava Barak de Israel actúan como una red de inteligencia avanzada. Estos sistemas, verdaderos prodigios de la tecnología, recogen información de los alrededores, tanto cercana como lejana, la procesan y la convierten en datos cruciales para el combate. Lo que diferencia a estos tanques es su capacidad para adaptar la información procesada a la perspectiva y necesidades del mando. Mientras un comandante de brigada tiene una visión más amplia y estratégica, en el momento en que un proyectil antitanque se lanza contra un tanque, la prioridad inmediata se centra en el lanzador enemigo. Esta adaptabilidad a diferentes situaciones y roles es clave en el campo de batalla.
El Barak es aclamado por los expertos militares como un avance tecnológico significativo, especialmente en lo que respecta a sensores, integración de datos y accesibilidad de la información, todo ello mientras se vincula a los sistemas de armas. Los radares de Elta Systems, una división de Israel Aerospace Industries, y los sistemas de protección activa Trophy de Rafael, son ejemplos destacados de esta tecnología de vanguardia. El sistema Trophy, en particular, ha sido un factor crucial en la reducción de bajas israelíes, especialmente ante el intenso fuego antitanque de Hamás en zonas densamente pobladas. Con 13 años de servicio, el Trophy proporciona una protección de 360 grados con una eficacia impresionante, y se ha vendido a nivel mundial, incluyendo en tanques Abrams estadounidenses, Leopard alemanes y Challenger británicos.
El General de Brigada Giber, con un profundo sentido de responsabilidad y reverencia, afirma que el desarrollo de estos blindados para las FDI es como entregarles su bien más preciado. Los esfuerzos se centran en proporcionar el armamento más avanzado y protegido posible, reconociendo que los desafíos actuales de proyectiles antitanque son sin precedentes en la historia. La decisión de las FDI de equipar sus plataformas de combate con un nivel de protección y durabilidad incomparable ha demostrado ser efectiva, salvaguardando vidas en el fragor de la guerra.
Este panorama bélico, con el Merkava Barak y sus sistemas asociados como protagonistas, no solo habla del poderío y la ingeniería israelí, sino también del implacable esfuerzo por mantener la ventaja en un entorno de guerra cada vez más complejo y letal.