El representante Don Bacon afirmó que el B-21 Raider se está construyendo antes de lo previsto y sin superar costos, consolidándose como pieza clave para la Fuerza Aérea.
El B-21 avanza sin retrasos y con costos controlados
El congresista Don Bacon, representante republicano del 2º Distrito de Nebraska desde 2017, destacó los avances del programa B-21 Raider de la Fuerza Aérea de EE. UU.
El 26 de febrero de 2025, a través de un tuit, Bacon, general de brigada retirado con experiencia en inteligencia y operaciones militares, afirmó: “Recibí una sesión informativa sobre el nuevo bombardero B-21. Se está construyendo antes de lo previsto y dentro del presupuesto. Será un punto de inflexión para la USAF durante décadas”.
Como miembro del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, su trayectoria y funciones en defensa respaldan su evaluación optimista sobre el desarrollo del bombardero furtivo.
A pesar de los avances, el futuro del programa sigue sujeto a posibles recortes en el presupuesto militar durante la presidencia de Donald Trump. Aunque no existe una propuesta específica contra el B-21, su costo proyectado de 203.000 millones de dólares en 30 años por al menos 100 unidades lo convierte en un posible blanco de reducción de gastos.
El B-21 y los desafíos presupuestarios en la era Trump
El presidente Donald Trump ha manifestado su intención de reducir el gasto en defensa, postura que ha ganado apoyo tras su regreso a la Casa Blanca y en las primeras discusiones políticas de 2025.
El secretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall, ha señalado que existe una tensión entre ambición y asequibilidad en el programa B-21. En enero de 2025, indicó que acelerar la producción del bombardero “tendría sentido si es asequible”, pero reconoció que actualmente hay pocas opciones para lograrlo.
Por su parte, el jefe de adquisiciones del Pentágono, William LaPlante, destacó que la “producción a baja tasa” del B-21 ofrece cierta estabilidad ante cambios políticos, aunque no lo hace inmune a posibles ajustes presupuestarios.
Factores clave sobre el B-21 Raider y su futuro
- El B-21 está diseñado para reemplazar al B-1 Lancer y al B-2 Spirit en la década de 2030.
- Su alcance supera las 6.000 millas sin repostar, con una velocidad subsónica de aproximadamente 600 mph.
- Cuenta con un diseño furtivo avanzado para penetrar defensas aéreas sofisticadas.
- Su capacidad de guerra electrónica permite interferir radares y evadir la detección.
- Seis unidades de prueba ya están en ensamblaje y pruebas en la Base Edwards.
El B-21 y su papel estratégico en la disuasión global
Altos mandos militares han expresado opiniones diversas sobre el programa. El general Anthony J. Cotton, jefe del Comando Estratégico de EE. UU., ha insistido en la necesidad de una flota robusta de B-21 para fortalecer la disuasión contra China y Rusia.
En contraste, el coronel retirado Mark Gunzinger, analista del Instituto Mitchell, advierte que las restricciones fiscales podrían agravar la limitada capacidad operativa de la Fuerza Aérea, que requiere tanto el B-21 como cazas de nueva generación.
Si la administración Trump impulsa reducciones presupuestarias, la entrega adelantada y los contratos de precio fijo podrían brindar cierta protección al B-21, aunque recortes sostenidos podrían afectar su producción o reducir la cantidad de unidades adquiridas.
Diseño avanzado y capacidades del B-21 Raider
El B-21 Raider incorpora tecnología furtiva y sistemas avanzados, con mejoras sobre el B-2. Northrop Grumman lo construye en la Planta 42 en Palmdale, California, optimizando su diseño mediante simulaciones digitales antes de la fabricación.
Su estructura de ala voladora y materiales avanzados reducen la firma de radar e infrarrojos, lo que dificulta su detección. Se estima que su carga útil oscila entre 20.000 y 30.000 libras, aunque estos datos siguen siendo clasificados.
En términos de armamento, el B-21 podrá llevar bombas B61 y B83 para misiones nucleares, además del misil de crucero Long Range Stand Off (LRSO). Para operaciones convencionales, estará equipado con JDAM, JASSM y el penetrador GBU-57.
Su arquitectura abierta permite actualizaciones rápidas en software y armamento, incluidas tecnologías emergentes como misiles hipersónicos. Además, su sistema de guerra electrónica mejora su capacidad de supervivencia al interferir con radares enemigos.
El futuro del B-21: equilibrio entre estrategia y presupuesto
El general Thomas Bussiere, comandante del Comando de Ataque Global, subrayó en 2024 que el B-21 fortalecerá la disuasión estratégica de EE. UU. a nivel global. Su integración con plataformas de nueva generación optimizará la interoperabilidad y el dominio aéreo.
Con un costo unitario estimado en 692 millones de dólares (ajustado a 2022), el B-21 representa una inversión significativa para la Fuerza Aérea. Su desarrollo ha seguido un enfoque meticuloso de reducción de riesgos, lo que ha permitido adelantar su producción respecto a lo previsto inicialmente.
Por ahora, la sesión informativa de Don Bacon refleja optimismo en un programa de alto secreto. Sin embargo, su éxito dependerá del equilibrio entre las necesidades estratégicas de EE. UU. y las decisiones políticas y fiscales en los próximos años.