La antigüedad de la flota de F/A-18 de la Armada es una de las principales razones por las que el Pentágono se planteó en su día convertir el F-22 en un avión lanzado desde portaaviones, lo que habría supuesto la introducción de un avión furtivo lanzado desde el mar, el primero de su clase, años antes que el F-35C.
El F-22 Raptor puede hacerlo todo
La necesidad de un caza con base en portaaviones como el F-22 era evidente.
Durante años, antes y después de la llegada del F-35C, la Armada trató de adquirir más F/A-18 Block III Super Hornet.
Aunque el F/A-18 es una plataforma fiable y de eficacia probada en combate, que se ha modernizado enormemente a lo largo de los años, no es en absoluto sigiloso. Por lo tanto, un caza furtivo como una variante naval del F-22 para el ataque a portaaviones ampliaría sin duda las posibilidades de proyección de poder de las Alas Aéreas de Portaaviones.

Un F-22 marítimo
Los responsables del Ejército del Aire y los encargados del mantenimiento de los F-22 han realizado esfuerzos específicos para garantizar que los F-22 puedan atacar cualquier lugar del mundo en 24 horas, quizá como parte de un esfuerzo para compensar la incapacidad de lanzar F-22 desde el mar.
Con un programa denominado Rapid Raptor, las Fuerzas Aéreas garantizan una respuesta rápida de los F-22 en todo el mundo mediante el posicionamiento avanzado de aviones y mantenedores en determinadas zonas de alta amenaza, pero de difícil acceso.
La imposibilidad de lanzar ataques con el F-22 desde el océano puede ser una de las principales razones por las que el Ejército del Aire está reforzando su programa “Rapid Raptor”. El programa está diseñado para enviar rápidamente cuatro F-22 a la guerra -en cualquier parte del mundo- en 24 horas, con un preaviso de un momento, en caso de que haya una necesidad inmediata de ataques en el actual entorno global de amenazas, tan presionado y cambiante.
Rapid Raptor
El programa Rapid Raptor prepara cuatro F-22 con los tripulantes necesarios, el apoyo del C-17, el combustible, el mantenimiento y el armamento necesarios para ejecutar un ataque rápido con capacidad de “primer ataque” en zonas remotas o austeras del mundo. El F-22 podría servir de apoyo a una fuerza de reacción rápida y responder con celeridad a cualquier posible crisis mundial.
El éxito del F-22 lanzado desde tierra y posicionado en vanguardia, que debutó en combate contra el ISIS en 2014 realizando misiones de apoyo aéreo cercano, ha inspirado probablemente el desarrollo y la aceleración de los programas de ataque a portaaviones de sexta generación de la Armada.