La producción del F-22 Raptor se detuvo en 2011. Sin embargo, unos años más tarde, hubo muchas voces destacadas que pedían que se reiniciara el programa, pero nunca ocurrió.
Una amplia gama de variables entrelazadas contribuyeron a la decisión final hace varios años de no reiniciar la producción del F-22. Los altos mandos de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos citaron el presupuesto como la razón principal, aunque muchos en el Congreso y en el Pentágono pedían un reinicio masivo del programa F-22 para ampliar la flota a un tamaño más impactante.
F-22: Un caza asombroso
Cuando el F-22 irrumpió en escena en 2005, fue anunciado como la primera plataforma de supremacía aérea de su clase.
Aunque actualmente hay unos 169 F-22, el plan original era construir una flota mucho mayor de F-22 Raptors furtivos. Sin embargo, durante el apogeo de la contrainsurgencia militar estadounidense en Irak y Afganistán, la producción de F-22 se interrumpió abruptamente.
La posibilidad de una guerra entre grandes potencias y la creciente amenaza de China y Rusia parecieron quedar relegadas a un segundo plano bajo la furia del contraterrorismo y la contrainsurgencia, por lo que quizás los planificadores sufrieron demasiado de una visión a corto plazo del tipo «aquí y ahora».
En cambio, una evaluación a más largo plazo podría haber reconocido la amenaza a largo plazo en la que China ya estaba empezando a convertirse.
El F-22 en el escenario mundial
Por tanto, si la línea de producción del F-22 no se hubiera interrumpido demasiado pronto, en la actualidad tendríamos una flota mucho más grande y sobrecogedora que supondría un riesgo para nuestros adversarios. Echando la vista atrás a los años de Irak y Afganistán, muchos dirigentes del Pentágono y desarrolladores de armamento consideran que la decisión de detener la producción del F-22 fue un error masivo.
¿Fue el debate sobre la reanudación de la línea un esfuerzo por corregir el error? ¿Fueron realmente las preocupaciones presupuestarias la razón? Una idea que parece tener sentido es que, en retrospectiva, cuando se tomó la decisión de no reiniciar la línea de producción del F-22, no se sabía lo avanzado que estaba el avión de 6ª generación.
El trabajo conceptual y los primeros prototipos de subcomponentes, como mínimo, ya estaban en marcha en el caza furtivo de 6ª generación y podrían haber sido muy prometedores. Como el avión de 6ª generación ya está en el aire, es posible que haya avanzado mucho más de lo que se pensaba inicialmente. Las tecnologías de desarrollo, como la ingeniería digital, han permitido que los prototipos de 6ª generación estén en el aire años antes de lo previsto inicialmente.
El NGAD sustituirá al F-22
Un aspecto importante que hay que tener en cuenta es que, en el momento en que se tomaron las decisiones sobre la reanudación de la línea del F-22, la 6ª generación estaba avanzando a pasos agigantados y era muy prometedora.
Esto tendría sentido, ya que el programa Next-Generation Air Dominance (NGAD) está pensado más como un sustituto del F-22 que como un avión similar al F-35.
Por ejemplo, un nuevo caza de supremacía aérea de 6ª generación, sigiloso y de alta velocidad, podría complementar a los F-35 polivalentes continuamente actualizados.