Los F-35 escoltaron el avión de Putin y sobrevolaron la cumbre Trump-Putin en Alaska, en una demostración de poder y seguridad.
El 15 de agosto de 2025, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se reunieron en la Base Conjunta Elmendorf-Richardson, ubicada en Anchorage, Alaska, para sostener conversaciones de alto nivel centradas en la guerra en Ucrania.
El presidente Trump llegó a la base a bordo del Air Force One, mientras que el presidente Putin lo hizo en un Il-96-300PU, el avión presidencial ruso utilizado para viajes de larga distancia, acompañado por otras aeronaves de apoyo, entre ellas un Tu-214PU que trasladaba a miembros de su delegación.
La esperada cumbre no logró el alto el fuego que el presidente Trump buscaba. Putin fue recibido con una alfombra roja, un impresionante sobrevuelo de un B-2 y cuatro F-35, y compartió escenario con el presidente estadounidense, sin que se percibieran concesiones evidentes respecto a Ucrania. De manera notable, tras las conversaciones, el Il-96-300PU de Putin fue escoltado por cazas F-35A de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos al abandonar el espacio aéreo estadounidense rumbo a Rusia.
La agencia de noticias estatal rusa TASS difundió un video en línea que mostraba los cazas Lightning II desde el interior de la cabina del avión presidencial ruso, aunque fueron erróneamente identificados como F-22 Raptor.
Los F-35A, identificados con el código de cola “AK”, son cazas Lightning II asignados al Ala de Cazas 354, con base en la Estación de la Fuerza Aérea Eielson, Alaska. Tanto el Escuadrón de Cazas 355 como el Escuadrón de Cazas 356 operan desde Eielson y realizan con regularidad misiones de Alerta de Reacción Rápida (QRA) para interceptar aeronaves que ingresan a la Zona de Identificación de defensa antiaérea de Alaska (ADIZ).
Durante la reunión, se estableció una Restricción de Vuelo Temporal (TFR) para garantizar la seguridad del espacio aéreo, respaldada por un avión E-3 Sentry AWACS y cazas que vigilaban su cumplimiento.
En este tipo de situaciones, los activos aéreos de alto valor, como las aeronaves que transportan a jefes de Estado, suelen recibir una escolta para prevenir y responder ante cualquier amenaza potencial. La nación anfitriona tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad de la aeronave visitante, medida que no constituye un gesto ceremonial ni una muestra de cortesía, sino una acción estrictamente relacionada con la seguridad. Por ejemplo, el 21 de marzo de 2019, cuando Xi Jinping visitó Italia, dos Eurofighter Typhoon escoltaron el Boeing 747 de Air China que transportaba al presidente chino al aproximarse al aeropuerto de Roma-Fiumicino.
Asimismo, se dispone de una imagen desde el interior del Air Force One durante su ascenso tras despegar de la Base Conjunta Elmendorf-Richardson al concluir la reunión.