El F-35 Lightning de Lockheed Martin representa la vanguardia en tecnología de combate aéreo, fungiendo como un caza multirrol furtivo optimizado para ejecutar misiones tanto de supremacía aérea como de ataque. La historia de esta aeronave comienza con el F-35A, cuyo primer vuelo se registró en diciembre de 2006. Este modelo, incorporado en agosto de 2016 por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF), marcó el comienzo de una nueva era en la aviación militar.
Siguiendo esta estela innovadora, el F-35B se convirtió en el pionero de las variantes, al ser integrado por el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos (USMC) en julio de 2015. Posteriormente, en febrero de 2019, la variante F-35C comenzó a operar con la Marina de los Estados Unidos (USN). Hasta la fecha, Lockheed Martin ha alcanzado un hito significativo con la producción y entrega de más de 1000 unidades de estas variantes. Según la empresa, el F-35 “fortalece la seguridad nacional, fomenta las alianzas globales y propulsa el crecimiento económico”. Se destaca como el caza más mortífero, resistente y conectado del mundo, proporcionando a los pilotos una ventaja decisiva frente a cualquier adversario y asegurando su regreso seguro tras cumplir su misión.
Este artículo detalla las especificaciones, roles y habilidades de las distintas versiones del F-35 Lightning. Estas variantes comparten una notable cantidad de componentes, métodos de fabricación y procesos operativos, lo que simplifica tanto la interoperabilidad como la certificación de producción, a pesar de sus diferencias en capacidades.
El F-35A: Un aliado aéreo inigualable en despegue y aterrizaje convencionales
La versión F-35A se caracteriza por su capacidad de despegue y aterrizaje convencionales (CTOL), operando desde pistas estándar. Este modelo es ampliamente adoptado por fuerzas aliadas y operadores internacionales, destacando por su versatilidad.
El F-35A, siendo el más compacto y ligero de los modelos, tiene la capacidad de maniobrar con una agilidad de hasta 9G. Su diseño incluye un sistema avanzado de reabastecimiento en vuelo, que utiliza un brazo y receptáculo especializados, con la posibilidad de adaptarse para la tecnología de sonda y cesta. Estas características lo convierten en un activo inestimable en operaciones aéreas modernas.
El F-35B: Innovación en despegue corto y aterrizaje vertical
La versión F-35B de Lockheed Martin se distingue por su capacidad de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL), una hazaña de ingeniería que le permite maniobrar hasta 7G. Diseñado para integrarse sin problemas en los espacios reducidos de los buques de asalto anfibio de la Marina de Estados Unidos (USN), este modelo brinda flexibilidad operacional sin precedentes. Capaz de alcanzar velocidades de hasta Mach 1.6, el F-35B es un activo formidable tanto en operaciones terrestres como marítimas.
La Real Fuerza Aérea Británica (RAF) resalta la sofisticación del F-35B, afirmando que “combina sensores avanzados y sistemas de misión con la tecnología ‘stealth’ que permite operar sin ser detectado en espacio aéreo hostil. La fusión de sus sensores y el enlace de datos brindan al piloto una conciencia situacional sin parangón”.
Pese a ser más pesado que el F-35A, el F-35B ha tenido que adaptarse, reduciendo su capacidad de combustible para acomodar el innovador ventilador de elevación accionado por eje (SDLF). Este avión maneja un sistema STOVL/HOOK, alternando entre vuelos convencionales y verticales.
El F-35C: Poder aéreo reforzado para operaciones portaaviones
El Lockheed Martin F-35C representa la adaptación específica para portaaviones dentro de la serie de jets, incorporando un despegue asistido por catapulta y un sistema de recuperación asistido por barrera. Este caza de ataque furtivo de largo alcance está especializado para las operaciones en portaaviones de la USN, demostrando una capacidad sobresaliente en entornos marítimos.
Esta variante se distingue por una envergadura alar mayor en comparación con el F-35A y el F-35B, además de contar con un tren de aterrizaje reforzado, adaptado a las exigencias de las operaciones aeronavales. Una característica notable es la capacidad de sus alas para plegarse, optimizando el uso del espacio limitado en los portaaviones.
Aunque comparte el mismo peso que el F-35A, el F-35C se beneficia de una mayor capacidad interna de combustible, superando a sus contrapartes. En términos de armamento, esta variante mantiene las mismas especificaciones que el modelo F-35B, consolidándose como un elemento crucial en el arsenal aéreo de la USN.