El tanque de batalla principal T-90M, considerado el más moderno de Rusia, ha mostrado dificultades para tener un impacto significativo en la guerra en Ucrania, especialmente cuando se lo compara con el veterano T-72 de la era soviética. A pesar de contar con modelos más avanzados, como el T-14 Armata, que ha sido excluido del combate para evitar pérdidas humillantes, Rusia sigue utilizando el T-90M, aunque con resultados modestos.
El T-72 ha demostrado ser el tanque más efectivo de Rusia en la guerra en Ucrania, superando en rendimiento al T-90M, que, aunque relativamente bueno en su desempeño, no ha alcanzado el nivel del antiguo modelo. Aun así, las fuerzas rusas se mantienen comprometidas con el T-90M, incluso más que con el T-14 Armata, un tanque más avanzado tecnológicamente.
Rusia está modernizando el T-90M, transformándolo en lo que llaman el T-90M Proryv. Según un informe de mayo de 2024 en Armored Warfare, esta nueva versión ha recibido mejoras significativas en sus sistemas de control de fuego y electrónica, como una óptica panorámica mejorada para el comandante, equipada con una cámara termográfica avanzada, una óptica avanzada para el artillero, un sistema de energía auxiliar adicional, un sistema de navegación por satélite y un nuevo sistema de gestión del campo de batalla. Además, se ha incorporado el blindaje reactivo explosivo Relikt para mejorar la protección de la tripulación, y se ha reubicado el compartimento de munición en la parte trasera, protegido por un compartimento blindado.
Aunque se especulaba que el T-90M Proryv podría combinar características del T-90M y del T-14 Armata, como el cañón de ánima lisa 2AB2 de 125 mm, finalmente se optó por el cañón 2A46M-6 de 125 mm, una opción menos costosa y avanzada. No obstante, el T-90M sigue siendo una pieza clave en el esfuerzo bélico ruso en Ucrania, con un peso máximo de poco más de 46 toneladas, una velocidad máxima de aproximadamente 60 km/h y un alcance de 550 km.
Las mejoras introducidas en el T-90M buscan contrarrestar la creciente amenaza de los drones y las municiones utilizadas en la guerra moderna, protegiendo áreas clave como el motor y la transmisión, lo que aumenta la efectividad del tanque en combate, según el analista Boyko Nikolov del ejército búlgaro.
A pesar de las pérdidas significativas, con un estimado de 100 T-90M destruidos en Ucrania, según el periódico Kyiv Independent, Rusia ha redoblado su estrategia de desgaste en la guerra. Aunque en 2022 solo 67 de estos tanques estaban en servicio activo al inicio de la invasión, el compromiso ruso con el T-90M refleja la importancia que le dan en su lucha por lo que consideran la supervivencia nacional.