La 28ª Brigada Mecanizada Independiente ucraniana derribó un Su-25 ruso con un sistema MANPADS Igla, sumando otra pérdida al espacio aéreo sobre Ucrania.
La defensa aérea ucraniana neutraliza un Su-25 ruso
Un avión de apoyo aéreo cercano Su-25 ruso fue derribado por fuerzas ucranianas en las afueras de Toretsk. El ataque fue ejecutado por una unidad combinada de defensa aérea de la 28ª Brigada Mecanizada Independiente y el 57.º Batallón de Misiles Antiaéreos. Según los reportes, emplearon un sistema portátil de defensa aérea (MANPADS) Igla, fabricado en la era soviética.
En el video publicado por la brigada, se observan las consecuencias del derribo, aunque no se aprecian daños visibles en la estructura del Su-25 antes del impacto. Se cree que el misil alcanzó la parte trasera, donde los motores gemelos Tumansky R-195 generan un gran calor. Este tipo de ojivas busca la firma térmica de los motores, lo que convierte esa sección en un objetivo ideal.
Este tipo de impacto comprometería los sistemas críticos del avión, dejando al piloto sin control. Aunque el Su-25 es conocido por su capacidad para soportar daños severos, esta vez se estrelló y se incendió al tocar tierra.
Ukrainian forces successfully shot down a Russian Su-25 on a strike mission near Toresk this morning.
— OSINTtechnical (@Osinttechnical) February 8, 2025
The Russian attack jet flipped over, nosed down, and slammed into Donetsk Oblast. pic.twitter.com/zwLkNti0Ac
Pérdidas rusas en el espacio aéreo ucraniano
- El Su-25 es conocido como “Frogfoot” por la OTAN y ha sido usado por Rusia desde la década de 1980.
- Ucrania ha fortalecido su red de defensa aérea en capas, haciendo que los aviones rusos de ataque a baja altura sean vulnerables.
- Las misiones de apoyo aéreo ruso enfrentan dificultades crecientes debido a la presencia generalizada de MANPADS.
- El Igla MANPADS es un arma diseñada para detectar y atacar fuentes de calor, especialmente los motores de los aviones.
La eficacia de los MANPADS contra aviones de ataque
El Su-25, un avión robusto diseñado para operar en condiciones hostiles, se enfrenta a un entorno peligroso debido a las defensas antiaéreas ucranianas. Los MANPADS como el Igla emplean buscadores infrarrojos pasivos que se fijan en la señal térmica de los motores, persiguiendo el objetivo hasta el impacto. Los motores Tumansky R-195 del Su-25, al emitir una gran cantidad de calor, lo convierten en un blanco atractivo para estos misiles.
Las contramedidas disponibles incluyen el uso de bengalas que simulan la firma térmica del avión, con el propósito de desviar los misiles. Sin embargo, las versiones más avanzadas del Igla cuentan con algoritmos que les permiten diferenciar entre señuelos y el objetivo real.
En caso de que el misil no sea engañado, el piloto debe recurrir a maniobras evasivas, como cambios bruscos de altitud o giros a alta velocidad, para intentar romper el seguimiento del proyectil. Sin embargo, un impacto directo en áreas críticas puede ser fatal.
La resiliencia del Su-25 ante los impactos
A pesar de su vulnerabilidad ante los MANPADS, el Su-25 ha demostrado una impresionante resistencia en combate. Existen numerosos casos documentados de estos aviones regresando a base con un motor destruido o daños estructurales severos. La cabina, protegida por un blindaje especial, ofrece al piloto una mayor seguridad frente a metralla y fuego enemigo.
No obstante, si el impacto ocurre en zonas estratégicas como los motores o las superficies de control, el avión puede convertirse en una bola de fuego en cuestión de segundos. Este riesgo constante obliga a los pilotos rusos a volar extremadamente bajo, utilizando el terreno para minimizar la exposición a amenazas.
En el campo de batalla ucraniano, saturado de defensas antiaéreas modernas, estas tácticas no garantizan la supervivencia. Los equipos de MANPADS esperan cualquier oportunidad para atacar, lo que mantiene la presión constante sobre las misiones de apoyo aéreo ruso.
La adaptación táctica en la guerra
A medida que las tácticas evolucionan, es posible que los pilotos rusos deban modificar su enfoque. Volar a mayores altitudes reduciría la exposición a los MANPADS, pero también disminuiría la eficacia en las misiones de apoyo aéreo cercano. Ucrania ha demostrado una notable capacidad para limitar las operaciones aéreas rusas, estableciendo una amenaza constante en el espacio aéreo disputado.
Este incidente es un recordatorio de cómo la defensa aérea moderna sigue siendo un factor decisivo en la guerra, imponiendo desafíos a las fuerzas rusas que dependen de la aviación táctica en escenarios altamente peligrosos.