El ejército chino se está modernizando rápidamente. Uno de los proyectos militares más interesantes y misteriosos en los que está trabajando Pekín es el bombardero furtivo Xian H-20, que tratará de igualar al bombardero furtivo B-21 Raider de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, que está en fase de desarrollo.
Xian H-20: Lo que sabemos
Lo más probable es que el bombardero furtivo H-20 de Xian esté pensado como un avión que podría llevar tanto munición nuclear como convencional, todo ello internamente, para mantener su condición de furtivo.
En el pasado, la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos (DIA) ha evaluado que el bombardero furtivo Xian H-20 tendrá un alcance operacional de 4.000 a 5.000 millas y un radar AESA (Active Electronically Scanned Array) para identificar mejor los objetivos y las amenazas.
Los informes indican que los militares chinos, al diseñar el Xian H-20, están priorizando el rendimiento furtivo y la capacidad de penetración profunda sobre la velocidad y la agilidad: un avión que no puede ser detectado fácilmente no tiene que ser lo suficientemente ágil como para evitar todas las armas antiaéreas.
Según la información disponible sobre el bombardero furtivo Xian H-20, el ejército chino pretende tener una capacidad operativa para finales de la década. Ese plazo coincide aproximadamente con el que el Pentágono ha dado para el bombardero furtivo B-21 Raider.
Hasta ahora, en la carrera de los aviones furtivos de quinta generación, China siempre ha estado un paso por detrás de Estados Unidos. Queda por ver si Pekín conseguirá llevarse este a casa.
Como era de esperar, las representaciones artísticas del bombardero furtivo Xian H-20 publicadas por los medios de comunicación de defensa chinos hacen que el misterioso avión se parezca mucho al bombardero furtivo estadounidense B-2 Spirit. En los últimos 20 años, los servicios de inteligencia chinos han conseguido robar sistemas de armamento y secretos comerciales de Estados Unidos y Occidente por valor de billones de dólares.
El Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad de Estados Unidos (NCSC) calcula que Pekín roba entre 200.000 y 600.000 millones de dólares al año en propiedad intelectual estadounidense, incluidos los planos de sistemas de armas avanzados, como el avión furtivo F-35 Joint Strike Fighter.
Sigilo y bombarderos en la guerra de proximidad
A medida que avanza la tecnología militar, los países desarrollan sistemas de radar y antiaéreos cada vez más potentes, capaces de detectar, bloquear y atacar a las aeronaves enemigas desde distancias más largas y con mayor eficacia. Para las aeronaves, una forma de eludir esa amenaza es volar mejor o tener mejores capacidades de sigilo.
Sin embargo, es importante señalar que el sigilo no significa ser invisible. Un caza furtivo F-35 Lighting II es tan visible a simple vista como el Nissan Rogue aparcado en la calle. Sin embargo, una combinación de capa de pintura especializada, un fuselaje especialmente diseñado y otras tecnologías hacen que el F-35 sea menos visible en el radar.
Como resultado, en un entorno casi paritario en el que ambos bandos poseen radares y defensas aéreas avanzadas y competentes, el sigilo es clave para los bombarderos que pretenden atacar en profundidad tras las líneas enemigas. Al desarrollar los bombarderos furtivos B-21 Raider y Xian H-20, tanto el Pentágono como los militares chinos están invirtiendo en capacidades de penetración profunda que permitan a los aviones desplegar sus municiones en un entorno de alta amenaza.