La propuesta de presupuesto del Pentágono para el año fiscal 2025 contemplaba la baja de 250 aeronaves obsoletas de la flota de la Fuerza Aérea de EE. UU., incluyendo 32 F-22 Raptor declarados no operativos para combate, con el objetivo de economizar aproximadamente $2 mil millones.
No obstante, el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes (HASC, por sus siglas en inglés) ha rechazado esta medida, subrayando la importancia estratégica de mantener operativos estos aviones de quinta generación para enfrentar futuros desafíos militares.
Debate en el HASC sobre el retiro de aviones de combate
Aunque se autorizó la desactivación de 56 aviones A-10 Thunderbolt II, la decisión sobre el retiro de 26 F-15E Strike Eagles se ha pospuesto, pendiente de un análisis más exhaustivo.
El presupuesto también prevé asignaciones para la adquisición de más modelos F-15EX, asegurando la continuidad de las operaciones en la planta de Boeing en St. Louis. Esta situación destaca la constante tensión entre la reducción de costes y la necesidad de mantener un nivel óptimo de preparación militar.
Tradicionalmente, se ha percibido que el ejército estadounidense solicita presupuestos superiores a los que los legisladores están dispuestos a aprobar; sin embargo, la tendencia ha invertido en años recientes.
Este es el contexto en el cual se inscribe la solicitud presupuestaria del Pentágono para el año fiscal 2025. La Fuerza Aérea de los Estados Unidos había pedido autorización para deshacerse de 250 aviones anticuados, lo que reduciría su arsenal a menos de 5,000 unidades.
Entre las aeronaves a retirar se encontraban 32 unidades del F-22 Raptor de Lockheed Martin, considerados “no aptos para el combate”.
Pese a esto, el HASC se ha opuesto a la reducción propuesta de estos aviones en su versión preliminar del año fiscal 2025 de la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA). Mientras que se ha consentido el retiro de los A-10 Thunderbolt II especializados en ataques terrestres, se ha impuesto a la Fuerza Aérea la obligación de mantener en servicio los treinta y dos F-22 del Bloque 20 previstos para baja.
Según declaraciones de la Fuerza Aérea, la retirada de estos aviones permitiría un ahorro de hasta $2,000 millones.
Propuesta para retirar aviones de combate despierta debates
La posibilidad de descartar los cazas de quinta generación de superioridad aérea de la flota ha sido un tema recurrente entre los oficiales de la Fuerza Aérea. En 2023, el servicio sugirió la retirada de los aviones Bloque 20, alegando que fueron diseñados principalmente para entrenamiento y su adaptación para combate sería económicamente inviable.
El comité legislativo ha mantenido la opinión de que los F-22 son aún vitales ante cualquier conflicto bélico futuro.
En el mismo contexto, la NDAA ha detenido temporalmente el intento de la Fuerza Aérea de desactivar veintiséis F-15E Strike Eagle, alertando sobre su desempeño reducido debido a motores menos potentes.
Los legisladores han condicionado que estos aviones no sean retirados hasta que, al menos seis meses después, el Pentágono informe la cantidad de cazas necesaria para satisfacer las exigencias de los comandantes de combate geográficos. A pesar de su antigüedad, se considera que los F-15E serían cruciales en un posible conflicto con China hacia el final de la década.
NDAA facilita la retirada de A-10 y otros cazas de la flota
La NDAA también ha dado luz verde para retirar los A-10 previamente mencionados, junto con sesenta y cinco cazas F-15C/D Eagle y once F-16 Fighting Falcons de modelos antiguos.
Durante años, la Fuerza Aérea ha argumentado que el A-10, conocido como Warthog, sería extremadamente vulnerable ante adversarios avanzados. Han surgido propuestas para transferir los A-10 retirados a Ucrania, mientras otro aliado de Estados Unidos ha mostrado interés en adquirir estos aviones de apoyo aéreo cercano (CAS).
Además, se procederá a retirar un bombardero B-2 Spirit que ha sido dañado más allá de la viabilidad económica para su reparación, reduciendo la flota a solo diecinueve unidades.
Fondos adicionales para la adquisición de cazas F-15EX
La NDAA propone un incremento presupuestario de 271 millones de dólares, según reporta Yahoo News, destinados a la compra de dos docenas adicionales de F-15EX para 2026. Este aumento elevaría el total de la flota a 122 unidades, superando el plan más reciente de 98 aviones, aunque aún por debajo de los 144 originalmente planeados por la Fuerza Aérea.
Este financiamiento adicional también representaría una noticia favorable para Boeing, permitiéndole mantener activa su línea de producción en St. Louis por un tiempo prolongado.