El misil disparado por Rusia ha generado debate entre ICBM o IRBM, aumentando tensiones por su uso asociado a armas nucleares.
Índice de contenidos sobre el misil Oreshnik de Rusia
- Disparan un misil tras ataques ucranianos con armas de largo alcance
- El mensaje implícito tras el uso de un misil de esta categoría
- Características y diferencias entre los misiles ICBM e IRBM
- Factores políticos y su relación con las decisiones militares
- El papel de la disuasión nuclear en las negociaciones futuras
- Preparativos y notificaciones previas al lanzamiento
- El misil “Oreshnik” y su papel en la guerra
- Limitaciones de la Fuerza Aérea rusa y el papel de Ucrania
Disparan un misil tras ataques ucranianos con armas de largo alcance
El pasado 21 de noviembre, Rusia lanzó un misil contra Ucrania, cuya naturaleza ha sido ampliamente debatida. Inicialmente, las autoridades ucranianas señalaron que se trataba de un misil balístico intercontinental (ICBM). Posteriormente, Rusia afirmó que el proyectil era un misil “hipersónico”, mientras que expertos estadounidenses lo clasificaron como un misil balístico de alcance intermedio (IRBM).
Este ataque parece haber sido una represalia por el uso de misiles de largo alcance suministrados por Occidente a Ucrania. Entre estas armas destacan los Storm Shadow/SCALP anglo-franceses y los misiles ATACMS estadounidenses, que ya han mostrado eficacia en la destrucción de sistemas rusos S-400 y S-300 en territorios ocupados.
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Tras el lanzamiento, representantes estadounidenses desestimaron la versión ucraniana de que se trataba de un ICBM, insistiendo en que el misil corresponde a la categoría IRBM. Este debate, aunque técnico, subraya que ambos tipos de proyectiles están diseñados principalmente para transportar ojivas nucleares, lo que aumenta la preocupación por un posible error de cálculo y una escalada nuclear.
El alcance de estos misiles, ya sean ICBM o IRBM, les permite llegar a capitales europeas, lo que refuerza su importancia estratégica en medio de la guerra actual. Sin embargo, el uso de estas armas en combate convencional se considera extremadamente inusual y arriesgado.
El mensaje implícito tras el uso de un misil de esta categoría
Analistas han destacado el objetivo político detrás del ataque. Según Tristan Sauer, experto en defensa de GlobalData, el empleo de un misil con capacidad de vehículo de reentrada independiente múltiple (MIRV) busca generar discusiones sobre el posible uso de armas nucleares tácticas por parte de Rusia en Ucrania. Sauer explicó: “El uso de un arma normalmente reservada para ojivas nucleares envía una señal clara a Occidente”.
El aspecto relevante del ataque no radica en la carga explosiva del misil ni en el hecho de que Rusia lo haya clasificado como “hipersónico”. Lo significativo es el tipo de arma utilizada, ya que está diseñada exclusivamente para transportar armas nucleares. Este tipo de decisiones pretende dejar un mensaje claro, subrayando la capacidad y disposición de Rusia en el ámbito nuclear.
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Adicionalmente, los ICBM y los IRBM, por su diseño, no permiten identificar la carga que transportan hasta el momento del impacto. Esto aumenta los riesgos de un error de cálculo que podría desencadenar un conflicto de mayores proporciones. Es importante señalar que este ataque marca la primera vez que se utiliza un misil de estas características en un combate.
Características y diferencias entre los misiles ICBM e IRBM
Un misil balístico intercontinental (ICBM) tiene un alcance superior a los 5.500 kilómetros (3.400 millas), mientras que los misiles balísticos de alcance intermedio (IRBM) cubren distancias entre 3.000 y 5.500 kilómetros (1.860-3.400 millas). Por otro lado, misiles como los ATACMS estadounidenses y los Iskander rusos se clasifican como misiles balísticos de corto alcance, diseñados principalmente para transportar ojivas convencionales, aunque los Iskander también tienen capacidad nuclear.
En contraste con los misiles de corto alcance, los ICBM y los IRBM están específicamente diseñados para portar ojivas nucleares. A lo largo de la historia, los ICBM no han sido utilizados en combate, debido al riesgo estratégico que representan.
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El empleo de un misil de este tipo parece ser una respuesta directa al uso por parte de Ucrania de armamento occidental de largo alcance. Los ataques recientes con misiles ATACMS han demostrado su capacidad para golpear objetivos de alta prioridad en territorios ocupados por Rusia, lo que ha llevado a este tipo de respuesta por parte del Kremlin.
Además de la dimensión militar, este incidente plantea dudas sobre las implicaciones políticas de estas acciones. El uso de misiles de este tipo en la guerra en Ucrania agrega una nueva dimensión a la ya compleja dinámica de la guerra.
Factores políticos y su relación con las decisiones militares
Un elemento relevante a considerar es el contexto político en el que se produce este ataque. Durante sus últimas semanas en el cargo, el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, ha tomado decisiones que permiten el uso de misiles suministrados por Occidente en territorio ruso. Esto podría interpretarse como una respuesta a la creciente colaboración militar entre Rusia y Corea del Norte.
Corea del Norte ha enviado miles de tropas, municiones, misiles y otro tipo de ayuda militar a Rusia, fortaleciendo sus capacidades en la guerra. Este apoyo ha sido señalado como un factor que ha motivado a Estados Unidos a intensificar el apoyo a Ucrania mediante la autorización del uso de armamento avanzado.
En este contexto, las acciones de ambas potencias parecen escalar la guerra hacia un terreno más peligroso. Las decisiones tomadas en este período, especialmente respecto al uso de misiles con capacidad nuclear, tendrán implicaciones a largo plazo para la seguridad global.
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El uso de misiles balísticos con capacidad nuclear, aunque no lleven ojivas activas, representa un cambio preocupante en la dinámica de la guerra y envía un mensaje claro a la comunidad internacional.
El papel de la disuasión nuclear en las negociaciones futuras
El presidente entrante de Estados Unidos ha expresado su intención de poner fin al conflicto en un solo día, basado en su estrategia de disuasión mediante el uso de la fuerza. En este contexto, el reciente lanzamiento de un misil balístico intercontinental (ICBM) por parte de Rusia busca reforzar su posición de poder antes de las posibles negociaciones con la administración de Donald Trump.
Rusia busca ser percibida como un actor creíble y fuerte, utilizando el lanzamiento del misil como una muestra de su capacidad militar. Además, según el New York Times, la administración de Joe Biden podría estar evaluando devolver a Ucrania las armas nucleares que heredó tras la disolución de la Unión Soviética. Este sería un cambio significativo en el enfoque estratégico, pero conllevaría complicaciones y riesgos serios.
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El diario señaló: “Varios funcionarios incluso sugirieron que Biden podría devolver a Ucrania las armas nucleares que le fueron arrebatadas tras la caída de la Unión Soviética. Eso sería un disuasivo instantáneo y enorme. Pero una medida de ese tipo sería complicada y tendría graves implicaciones”.
El uso de estas armas y su impacto en las conversaciones diplomáticas subraya la escalada de la guerra, que ya se aproxima a cumplir tres años desde su inicio.
Preparativos y notificaciones previas al lanzamiento
El lanzamiento del misil balístico marcó un punto significativo en la guerra. Informes confirmaron que Estados Unidos fue notificado del ataque con 30 minutos de anticipación, mientras que las autoridades estadounidenses habían alertado previamente a Ucrania y sus aliados sobre el posible uso de esta arma.
Airforce Technology informó que “EE. UU. había informado a Ucrania y a sus aliados/socios cercanos en los últimos días sobre el posible uso de esta arma por parte de Rusia para ayudarlos a prepararse”. Por su parte, Rusia notificó a Estados Unidos a través de “canales de comunicación para la reducción del riesgo nuclear”.
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El 20 de noviembre, la Embajada de Estados Unidos en Kiev emitió una advertencia relacionada con un posible ataque inminente. En el comunicado, se indicó: “La Embajada de Estados Unidos en Kiev modificó temporalmente sus operaciones el 20 de noviembre debido a los informes de un posible ataque aéreo inminente. La embajada permanece abierta y operativa”.
Estas medidas subrayan el nivel de preparación de las partes involucradas ante un conflicto que continúa intensificándose con el uso de armas de gran alcance.
El misil “Oreshnik” y su papel en la guerra
El misil lanzado, identificado como un nuevo modelo llamado “Oreshnik”, fue presentado por el presidente ruso Vladimir Putin. Según las especulaciones, podría tratarse de un RS-26 o de una variante basada en él. Este misil se considera experimental, y según las estimaciones de Estados Unidos, Rusia dispondría de un número muy limitado de estas armas.
El gobierno estadounidense declaró que el misil no representa un elemento decisivo en la guerra, a pesar de las afirmaciones de Putin de que es “hipersónico”. Según expertos, aunque muchos misiles balísticos alcanzan velocidades hipersónicas en ciertas etapas de su trayectoria, esto no los clasifica como misiles “hipersónicos” en el sentido moderno, como el AGM-183 ARRW de Estados Unidos.
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Los misiles balísticos intercontinentales son notoriamente difíciles de interceptar, especialmente debido a su capacidad de transportar múltiples ojivas mediante vehículos de reentrada independiente múltiple (MIRV). Este factor añade un nivel adicional de complejidad al conflicto y aumenta el riesgo de escalada.
A pesar del avance técnico que representa el “Oreshnik”, las fuentes militares estadounidenses consideran que su impacto estratégico es limitado y no modifica significativamente el equilibrio de la guerra.
Limitaciones de la Fuerza Aérea rusa y el papel de Ucrania
Mientras tanto, Ucrania continúa empleando misiles Storm Shadow lanzados desde aviones Su-24 Fencers soviéticos modificados. Según Simple Flying, la Fuerza Aérea rusa no ha logrado establecer la superioridad aérea sobre Ucrania, lo que ha permitido a estos antiguos bombarderos seguir operando con relativa libertad.
El Su-24 Fencer, diseñado a partir de tecnologías del F-111 Aardvark y el Mirage G8, ha resultado ser una plataforma efectiva para el despliegue de misiles de largo alcance como los Storm Shadow. Esto ha impedido que Rusia neutralice completamente las capacidades de ataque aéreo de Ucrania.
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El Ministerio de Defensa británico, en un comunicado del 22 de noviembre de 2024, señaló: “Después de más de 1.000 días de conflicto, las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, a pesar de su ventaja tecnológica y numérica, no han logrado obtener superioridad aérea sobre Ucrania. Rusia ha recurrido a su aviación de nivel táctico, como los aviones SU-34, como artillería aerotransportada”.
Con la guerra superando los 1.000 días, el uso continuo de misiles de largo alcance por parte de Ucrania podría forzar a Rusia a ajustar su estrategia, atacando desde posiciones más alejadas para minimizar riesgos.