En el contexto de la guerra en Gaza, surge la pregunta, ¿Israel volará un F-22 en sus operaciones militares?
La ofensiva aérea de Israel contra Hamás: un despliegue de poderío
Desde hace más de dos meses, el teatro de operaciones en Gaza ha sido el epicentro de una feroz batalla. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han desplegado una ofensiva aérea implacable contra Hamás. Utilizando su arsenal aéreo, los israelíes han bombardeado posiciones enemigas, incluyendo depósitos de armas y centros de comando de Hamás.
Las flotas de combate israelíes, compuestas por F-15I y F-35I, han demostrado su eficacia en este conflicto. Estas aeronaves, de origen estadounidense, pero con modificaciones significativas, han sido fundamentales en las tácticas de Israel. Sin embargo, el legendario F-22 Raptor, un caza de quinta generación y pilar de la fuerza aérea estadounidense, no ha surcado los cielos de Gaza. Esta exclusividad de Estados Unidos destaca su papel único en la supremacía aérea global.
El F-22 Raptor: una joya aérea de EE. UU.
El F-22 Raptor, una máquina de guerra aérea sin igual, ha sido una pieza central en la flota de Estados Unidos desde su introducción. Su tecnología avanzada, que combina sigilo, agilidad y una fusión de sensores, lo convierte en un adversario formidable. Surgido en plena Guerra Fría como respuesta a la amenaza soviética, este caza fue diseñado para reemplazar a los F-15 Eagles y F-16 Fighting Falcons.
A medida que la Guerra Fría se disolvía y la Unión Soviética se desintegraba, la demanda de producción del F-22 disminuyó. La estrategia de defensa de EE. UU. se reorientó hacia la lucha antiterrorista, especialmente después de los ataques del 11 de septiembre. En este contexto, el desarrollo del F-35 Lightening II, más económico y versátil, tomó protagonismo en la producción en serie.
Comparativa de cazas: F-22 Raptor vs. F-35 Lightening II
Aunque el F-35 es aclamado como una de las aeronaves más avanzadas, el F-22 Raptor sigue destacando en varios frentes. Su menor sección de radar lo hace más esquivo y su capacidad para alcanzar Mach-2.2, gracias a sus motores Pratt & Whitney F119, supera la velocidad máxima del F-35 con su motor Pratt & Whitney F-125. Estas características le otorgan al Raptor una ventaja táctica en el campo de batalla aéreo.
A diferencia del F-35, que es operado por varios países de la OTAN y del grupo de codesarrollo, el F-22 es de uso exclusivo de EE. UU. La preocupación por la seguridad y el riesgo de ingeniería inversa por parte de enemigos llevó al congreso estadounidense a prohibir su exportación, como lo evidencia una enmienda de la década de 1990 a la Ley de Asignaciones del Departamento de Defensa.
El Raptor: una tecnología exclusiva de Estados Unidos
Una disposición de 2010 obligó al Departamento de Defensa de EE. UU. a evaluar la factibilidad de vender variantes del F-22, pero la prohibición de exportación se mantiene firme. La preservación de su tecnología furtiva es primordial, y la producción limitada a 195 unidades también juega un papel en esta restricción. A pesar de la estrecha alianza entre EE. UU. e Israel, y el hecho de que Israel fue el primer cliente del F-35 fuera del grupo de codesarrollo, los Raptors no formarán parte de ningún paquete de ayuda militar estadounidense a Israel.
En la actualidad, Israel maneja varias plataformas aéreas estadounidenses, adaptándolas a sus necesidades específicas. A pesar de la amenaza constante de Hamás, el F-22 Raptor sigue siendo un tesoro bélico exclusivo de las fuerzas armadas estadounidenses, reforzando la idea de que EE. UU. sigue siendo un aliado crucial para Israel, aunque con ciertas líneas que no se cruzan en términos de tecnología de defensa.