Informes procedentes de Ucrania ponen de relieve avances significativos en las tácticas de despliegue de bombas de la Federación Rusa.
Sergey “Flash” Beskrestnov, un destacado experto ucraniano, informó de un incidente en el que una bomba FAB-500, modificada con un kit UMPK, fue desplegada a las 10:30 y su detonación se produjo alrededor de las 15:00, lo que supone un lapso de unas cinco horas antes de explotar. Beskrestnov advirtió en su canal de Telegram: “Los miembros de la tripulación deben extremar las precauciones en torno a las KAB no detonadas durante al menos los dos días siguientes”.
Es bien sabido que la Federación Rusa adapta sus bombas de alto explosivo integrando kits UMPK, que pueden convertir armamento convencional en bombas de planeo, con capacidad de autodestrucción o de detonación retardada, activándose solo tras un contacto prolongado con el suelo. Una estrategia de este tipo puede transformar un artefacto sin estallar en una importante amenaza latente.
El UMPK, siglas de Módulo Unificado de Deslizamiento y Corrección, representa una innovación tecnológica diseñada para amplificar la letalidad de las bombas estándar. Este sistema modular, que puede acoplarse a varios tipos de bombas, las convierte en municiones guiadas de precisión.
La revolución UMPK en la guerra moderna
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Equipado con alas, un sistema de control y un receptor GPS, el UMPK redefine el concepto de bombardeo. Las alas hacen posible que la bomba alcance objetivos a distancias mucho mayores de lo habitual, permitiendo lanzamientos desde zonas de seguridad y minimizando el riesgo para las aeronaves y la tripulación.
La precisión es otra ventaja clave, gracias a la combinación del sistema de control y la tecnología GPS. La capacidad de esta última para proporcionar datos precisos de localización en tiempo real permite realizar ajustes continuos en la trayectoria de vuelo de la bomba, garantizando impactos de precisión milimétrica.
Con la incorporación del UMPK, lo que antes era una bomba convencional se transforma en un proyectil altamente inteligente. No solo cae, sino que se desplaza estratégicamente hacia su destino, ajustando su trayectoria en función de variables ambientales y de movimiento, lo que se traduce en un notable aumento de la precisión y la eficacia del ataque, al tiempo que se reduce el riesgo de daños colaterales.
Expertos locales han señalado que la adición de sistemas de autodestrucción a estas bombas podría ser una respuesta a fallos de detonación, posiblemente al entrar en contacto con terreno blando. Es crucial mencionar que estas bombas están diseñadas para albergar dos detonadores, situados en el morro y en la cola.
La capacidad de integrar sistemas de autodestrucción y detonadores de contacto convencionales en bombas de gran potencia explosiva representa una evolución alarmante en las capacidades ofensivas del ejército ruso, pues no solo aumenta su potencial destructivo, sino que complica considerablemente las tareas de desactivación.
FAB-500: La vanguardia de la ofensiva aérea rusa en conflicto
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El FAB-500 emerge como un componente vital en el inventario de la Fuerza Aérea rusa, constituyendo un instrumento de devastación contra objetivos de superficie. Este aparato, cuyo nombre deriva de “Fugasnaya Aviatsionnaya Bomba”, simboliza la fuerza indomable de la doctrina militar rusa.
Forjado en acero de calidad militar, famoso por su inquebrantable resistencia y durabilidad ante las adversidades más extremas, el FAB-500 destaca por su robustez y eficacia. Al detonar, su casco de acero se desintegra, liberando metralla letal que intensifica su capacidad destructiva.
La carga explosiva del FAB-500 se basa principalmente en TGAF-5, una variante del trinitrotolueno (TNT), que proporciona una mezcla sin precedentes de estabilidad y poder destructivo. Con aproximadamente 380 kilogramos de TNT por unidad, esta bomba representa una amenaza significativa en el teatro de operaciones aéreas.
Los expertos internacionales señalan que las capacidades aéreas ofensivas de Rusia han experimentado una notable expansión en la guerra con Ucrania, especialmente con la optimización en el uso de bombas planeadoras. A pesar de los esfuerzos ucranianos por contrarrestar la superioridad aérea rusa, el mayor alcance de estas bombas supone un reto formidable.
Dmytro Lykhovii, portavoz de las fuerzas militares en el este de Ucrania, expresó su preocupación: “El poder destructivo de estas bombas es alarmantemente alto”. Destacó la eficacia de estas bombas para destruir infraestructuras, lo que las convierte en herramientas estratégicas contra las fortificaciones. Aunque Ucrania recurre a bombas guiadas, como las JDAM estadounidenses, su limitada disponibilidad supone una desventaja crítica.
Recientemente, la eficacia de las bombas planeadoras rusas quedó demostrada en Avdiivka, donde desempeñaron un papel clave en la conquista de la ciudad, transformándola en un paisaje de ruinas.
El asedio aéreo ruso y la resistencia ucraniana.
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Durante la guerra, Maksym Zhorin, de la 3ª Brigada de Asalto Ucraniana Separada, compartió la intensidad de los bombardeos planeadores, estimando entre 60 y 80 ataques diarios. “Una sola bomba bastaba para reducir a escombros cualquier edificio”, dijo a través de Telegram.
Konrad Muzyka, líder de la consultoría de defensa Rochan en Polonia, destacó un aumento de la ofensiva aérea rusa sobre Ucrania desde diciembre, con un uso intensivo de bombas planeadoras. Este incremento ha sido corroborado por fuentes militares, que indican un aumento de la presión sobre las posiciones ucranianas, especialmente en torno a Avdiivka.
Este bombardeo sostenido plantea serios desafíos a la supervivencia de las fuerzas armadas ucranianas, con importantes pérdidas de personal y de territorio.
Mykola Bielieskov, del Instituto Nacional de Estudios Estratégicos de Kiev, concluyó: “El problema que plantean estas municiones para Ucrania es cada vez mayor”, subrayando la grave situación sobre el terreno.