El Comité de Seguridad del Consejo de ministros de la India ha autorizado la puesta en marcha de un ambicioso proyecto para el desarrollo de un caza de quinta generación, bajo la denominación AMCA (Advanced Medium Combat Aircraft). La inversión proyectada para este avanzado programa de aeronáutica asciende a 1.800 millones de dólares, de acuerdo con lo reportado por Janes.
Esta jugada estratégica encomienda a Hindustan Aeronautics Limited (HAL), el gigante de la industria aeroespacial india, la tarea de materializar los prototipos de la aeronave. Esta empresa asumirá los estudios preliminares previamente realizados por la DRDO (Defence Research and Development Organisation), entidad puntera en investigación y desarrollo para la defensa en el país.
El cronograma establecido para la entrega de los primeros cinco prototipos es exigente, con una fecha límite en los albores de 2028-2029. Para alcanzar este objetivo, se prevé que Hindustan Aeronautics inicie de inmediato la producción de herramientas específicas para una nueva línea de ensamblaje, así como la contratación de proveedores para cubrir el completo proceso de montaje en un plazo de seis meses.
El firme propósito de India por forjar su propio caza de combate de quinta generación AMCA marca un claro distanciamiento de la influencia tradicional de Moscú en el ámbito armamentístico. Este enfoque se ve reflejado en la decisión de rechazar las propuestas rusas sobre aviones de la quinta generación.
India mejora su defensa con el proyecto AMCA
La colaboración entre Sukhoi e Hindustan Aeronautics en 2010 para el desarrollo del Su-57, conocido en aquel entonces como PAK FA, se vio truncada en 2018, cuando India decidió abandonar el proyecto.
La retirada se debió a la insatisfacción con las prestaciones del caza, especialmente en lo concerniente a sus capacidades de radar, la eficacia de sus sistemas de sigilo y el equipamiento general. A pesar de la presentación del Su-75 Checkmate por parte de Rusia, dirigido al mercado asiático y africano, incluido India, en 2021, la acogida fue tibia, evidenciando un desinterés que resalta la decreciente dependencia india de tecnología militar de origen soviético.
La iniciativa del AMCA no solo representa un desafío tecnológico para India, sino también un hito en su independencia tecnológica militar. La experiencia previa con el desarrollo del caza Tejas, que buscaba reemplazar al MiG-21, revela los obstáculos enfrentados en el camino hacia la autosuficiencia en defensa.
A pesar de haber sido lanzado en 1983, el Tejas no realizó su primer vuelo hasta 2001, entrando en servicio operativo en 2015, lo que demostró el impacto de los avances tecnológicos sobre el programa. En la actualidad, el Tejas Mk2 está siendo objeto de una modernización profunda.
Este contexto subraya que una extensa trayectoria en el desarrollo aeroespacial no es indispensable para el éxito en la creación de tecnologías avanzadas de defensa. Un ejemplo notable es Turkish Aerospace Industries, que, con una experiencia limitada en aeronaves, como el helicóptero de entrenamiento TAI Hürkuş y el TAI Hürjet, logró contribuir significativamente al proyecto F-35 y adaptar la producción del F-16, culminando con el primer vuelo del KAAN en abril de 2023.
El AMCA indio: Vanguardia en tecnología de combate aéreo
El Proyecto del Avión de Combate Medio Avanzado (AMCA) de la India, liderado por la Agencia de Desarrollo Aeronáutico (ADA) en colaboración estrecha con la Fuerza Aérea India (IAF), representa un salto cuántico hacia adelante en el ámbito de la aeronáutica militar.
Concebido como un caza de quinta generación, el AMCA incorpora las últimas innovaciones en tecnología furtiva, aviónica de punta y una capacidad operativa centrada en la red, proyectando así una nueva dimensión en la guerra aérea moderna.
Este avanzado caza está equipado con sistemas de ocultamiento radar de vanguardia, incluyendo una toma de aire de diseño serpenteante que evita la detección de las palas del motor por el radar enemigo y una estructura optimizada para minimizar las reflexiones radar.
A esto se suma un conjunto integral de aviónica avanzada, radar multimodo y sensores, potenciando su capacidad para ejecutar operaciones de guerra en red, lo que facilita una interacción fluida y coordinada con otros activos de la IAF.
El impulso del AMCA recae en el diseño de su sistema de propulsión, previsto inicialmente para integrar un par de motores Kaveri, capaces de generar hasta 110 kN de empuje cada uno. No obstante, los desafíos enfrentados por el motor Kaveri han llevado a considerar su reemplazo por una alternativa más robusta y eficaz. Esta aeronave está diseñada para alcanzar velocidades supersónicas en todas las alturas de vuelo, con una velocidad máxima estimada en Mach 2.5.
Potencia y alcance: Capacidades ampliadas del MCAA
Se anticipa que el AMCA dispondrá de una autonomía operativa aproximada de 2.800 kilómetros sin necesidad de repostaje. Dicha autonomía puede incrementarse mediante el reabastecimiento aéreo o el uso de tanques externos de combustible. Adicionalmente, está diseñado para operar hasta un techo de servicio de 60.000 pies, ofreciendo así ventajas tácticas significativas por su capacidad para ejecutar misiones en grandes altitudes.
El arsenal del AMCA abarcará un amplio espectro de munición, incluidos misiles aire-aire, aire-superficie y antibuque, complementados con un cañón para enfrentamientos cercanos. La configuración de sus compartimentos de armas internos está meticulosamente diseñada para preservar sus características furtivas.
No obstante, en situaciones donde el sigilo no sea primordial, el AMCA podrá equiparse con armamento adicional o tanques de combustible externos en puntos duros situados en sus alas, maximizando así su versatilidad y capacidad de respuesta en el teatro de operaciones.