El programa F/A-XX, sucesor del F/A-18 Super Hornet, enfrenta recortes presupuestarios e incertidumbre. La Marina elegirá en 2025 al contratista que definirá su desarrollo.
Un programa clave para la supremacía aérea naval
El programa F/A-XX de la Marina de Estados Unidos, diseñado para reemplazar al F/A-18 Super Hornet, se encuentra en una etapa decisiva. La selección del contratista en 2025 marcará el rumbo de este caza de sexta generación, que busca operar en escenarios altamente disputados durante la década de 2030.
Los recortes presupuestarios han generado incertidumbre sobre el desarrollo del F/A-XX. En el presupuesto fiscal de 2025, el Congreso redujo mil millones de dólares en financiamiento, dejando solo unos cientos de millones visibles para el proyecto. Sin embargo, algunos informes sugieren que el programa Link Plumeria, clasificado, podría ocultar fondos adicionales, manteniendo activa la competencia.
Empresas como Northrop Grumman y Boeing siguen en la contienda por el contrato. Hasta marzo de 2025, Lockheed Martin también participaba, pero fue excluida por no cumplir con los requisitos del programa. La Marina planea avanzar hacia la fase de Ingeniería y Manufactura (Milestone B) a finales de 2025, lo que permitirá definir la configuración final del caza.
El retiro programado del F/A-18 Super Hornet Block III en 2027 resalta la urgencia de este desarrollo. La elección del contratista no solo influirá en la industria aeroespacial, sino que también determinará la capacidad operativa de la flota naval en el futuro.

Capacidades avanzadas y desafíos tecnológicos
El diseño del F/A-XX prioriza la capacidad de operar desde portaaviones con una estructura reforzada y sistemas avanzados de combate. Su misión incluirá ataques de largo alcance, integración de aeronaves tripuladas y no tripuladas, y el uso de armas de energía dirigida. También se espera que controle drones de combate colaborativo (Collaborative Combat Aircraft, CCA), ampliando su versatilidad operativa.
Comparado con el Super Hornet, que alcanza Mach 1,6 y tiene un rango de 1.275 millas, el F/A-XX ofrecerá mayor alcance, mayor sigilo y mejores capacidades de adaptación a nuevos escenarios de combate. Su desarrollo se enmarca en la necesidad de enfrentar a aviones avanzados como el J-20 chino y el Su-57 ruso, que representan una amenaza creciente en el dominio aéreo.
Características clave del F/A-XX
- Operación desde portaaviones con una estructura reforzada.
- Capacidad para controlar drones Collaborative Combat Aircraft (CCA).
- Mayor alcance y sigilo en comparación con el F/A-18 Super Hornet.
- Integración de armas de energía dirigida y misiles avanzados.
- Diseño adaptable con arquitectura abierta para futuras actualizaciones.
A pesar de sus avances tecnológicos, la incertidumbre financiera podría afectar el desarrollo del programa. La Marina ha redirigido casi 1.000 millones de dólares en fondos de investigación en 2025 hacia otras prioridades, lo que podría retrasar la entrada en servicio del F/A-XX.

Northrop Grumman y Boeing compiten por el contrato
Northrop Grumman es un contendiente clave en la competencia. Aunque no ha confirmado su participación tras retirarse del NGAD de la Fuerza Aérea en 2023, su experiencia con el B-21 Raider y su papel como proveedor del F/A-18 y F-35 lo posicionan como un actor fuerte. En el segundo trimestre de 2024, la empresa reportó un aumento del 7% en ventas, alcanzando 10.200 millones de dólares, lo que demuestra una base financiera sólida para asumir un programa de esta magnitud.
Kathy Warden, CEO de Northrop Grumman, ha destacado que, pese a la incertidumbre en el cronograma, la compañía está “bien posicionada” para competir en el F/A-XX. Su enfoque en tecnologías furtivas podría darle una ventaja en la competencia.
Por otro lado, Boeing también busca consolidarse en el programa. La empresa ha invertido 1.800 millones de dólares en nuevas instalaciones para la producción de aeronaves de próxima generación, fortaleciendo su posición en la industria.
Presupuesto y futuro del programa F/A-XX

El programa enfrenta una situación financiera compleja. La Marina ha reducido el presupuesto del F/A-XX en favor de necesidades operativas inmediatas, y el Congreso podría recortar aún más los fondos. Un borrador legislativo sugiere la eliminación de 400 millones de los 453 millones solicitados, lo que generaría más incertidumbre.
Aunque el programa NGAD de la Fuerza Aérea ha sido pausado para reevaluación, el Pentágono sigue comprometido con el desarrollo de cazas de sexta generación. La almirante Lisa Franchetti ha reiterado que el F/A-XX complementará al F-35C y cubrirá el vacío dejado por el retiro del Super Hornet.
El éxito del programa dependerá de lograr un equilibrio entre innovación y restricciones presupuestarias. El diseño del F/A-XX busca garantizar su relevancia a largo plazo mediante una arquitectura abierta que permita la integración de sensores avanzados, misiles hipersónicos y otras tecnologías emergentes.
El ganador del contrato en 2025 definirá el futuro de la aviación naval estadounidense. Si Northrop Grumman o Boeing logran mantener el proyecto dentro de los límites presupuestarios, el F/A-XX podría transformar la guerra aérea naval. De lo contrario, corre el riesgo de convertirse en otro programa limitado por restricciones financieras, como sucedió con el F-22 Raptor.