Los países miembros de la OTAN están accediendo a información más detallada sobre las capacidades de los aviones furtivos F-35, que están incrementando su presencia en la alianza. Este acceso mejorado permite a las naciones entender mejor cómo usar estas aeronaves en conjunto con otras plataformas, especialmente con cazas de cuarta generación que no poseen características furtivas.
El general James Hecker, de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, destacó este aumento en el acceso durante una charla virtual organizada por el Instituto Mitchell de Estudios Aeroespaciales de la Asociación de Fuerzas Aéreas y Espaciales (AFA). Hecker es el jefe de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos en Europa y del Comando Aéreo Aliado de la OTAN, además de comandante de las Fuerzas Aéreas de África.
Durante la charla, David Deptula, decano del Instituto Mitchell y teniente general retirado de la Fuerza Aérea, preguntó a Hecker sobre la colaboración en la era de la información, refiriéndose a la necesidad de acceso a datos críticos para operar en el espacio de batalla moderno. En respuesta, Hecker señaló que “hay ciertos programas de acceso especial para el F-35 que nuestros socios [de la OTAN] conocen ahora”, lo que permite una mejor integración de aviones de cuarta y quinta generación.
La integración de estas tecnologías de diferentes generaciones facilita una mayor interoperabilidad y colaboración entre las fuerzas de la OTAN. Actualmente, doce naciones de la alianza poseen o han pedido F-35, con Grecia siendo la incorporación más reciente. Se espera que para 2035 haya alrededor de 600 F-35 estacionados en Europa, incluyendo unidades estadounidenses.
Hecker no especificó los detalles exactos de los programas de acceso especial (SAP) relacionados con el F-35. A pesar de haber pasado casi 20 años desde el primer vuelo de la variante F-35A, muchas de las capacidades de este caza, especialmente en términos de sensores, guerra electrónica y la fusión y compartición de datos, siguen siendo altamente clasificadas. La próxima actualización del Bloque 4, que ha experimentado retrasos, pretende ampliar estas capacidades en todas las variantes del F-35.
SAP garantizan seguridad en información sensible para defensa nacional
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Los Programas de Acceso Especial (SAP) están diseñados para añadir múltiples capas de protocolos de seguridad compartimentados, protegiendo información extremadamente sensible para la seguridad nacional. Incluso, la mera existencia de ciertos SAP puede clasificarse. Por ejemplo, en 2021, The War Zone obtuvo una versión censurada de una sesión informativa de la Fuerza Aérea de 2010 sobre la posible exportación de los cazas furtivos F-22 Raptor a través de la Ley de Libertad de Información (FOIA). Esta sesión contenía información cubierta por varios SAP, cuyos nombres en clave fueron ocultados.
La Fuerza Aérea, el Cuerpo de Marines y la Armada de Estados Unidos continúan aprendiendo lecciones significativas sobre las capacidades del F-35 a medida que estos aviones se utilizan con mayor frecuencia en diversas regiones del mundo. El año pasado, el coronel retirado de la Fuerza Aérea, Craig Andrle, quien fue jefe del 388th Fighter Wing y voló el F-35A, compartió una experiencia reciente de su unidad patrullando Europa cerca de Rusia con el Air Force Times, información que The War Zone detalló posteriormente.
Andrle relató un incidente en el que identificaron un SA-20, el nombre de la OTAN para ciertas versiones del sistema de misiles tierra-aire S-300 de fabricación rusa. “Estamos considerando un SA-20. Sé que es un SA-20. Intel dice que hay un SA-20 allí, pero mi avión no lo identifica como tal, porque ese SA-20 está operando, potencialmente, en un modo de reserva de guerra que no hemos visto antes”, explicó Andrle.
Según el informe del Air Force Times, “el F-35 señaló el objeto a las tropas, quienes actualizaron y recargaron los datos en el avión”. Esto permitió que los aviones de la OTAN identificaran con precisión el objeto y su ubicación.
La experiencia compartida por Andrle resalta la creación de un panorama operativo común y las oportunidades adicionales para el intercambio de datos entre los operadores de los F-35 de la OTAN, lo que beneficia a todas las partes. Otros países que operan el Joint Strike Fighter podrían enfrentar situaciones similares en sus misiones, y los datos recopilados podrían ser de gran interés para el ejército estadounidense.
EE. UU. Prioriza Interoperabilidad entre Cazas F-35 y Aviones de Cuarta Generación
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El ejército de los Estados Unidos ha enfocado sus esfuerzos en mejorar la interoperabilidad entre los cazas Joint Strike Fighter (F-35) y los aviones de combate de cuarta generación, junto con otras plataformas en diversos campos. Aunque muchos países de la OTAN están adquiriendo los F-35, planean continuar utilizando cazas no furtivos en el futuro cercano.
Uno de los desafíos ha sido la implementación de los enlaces de datos avanzados multifunción (MADL) en las tres variantes del F-35, una tecnología que no está presente en otros aviones de primera línea actualmente. Recientemente, Lockheed Martin presentó una versión en red de su módulo de orientación Sniper, como parte de un esfuerzo para solucionar este problema. The War Zone informó al respecto, destacando que los aviones de combate de cuarta generación y otras aeronaves pueden comunicarse con los F-35 a través de la forma de onda Link16. Sin embargo, esta comunicación bidireccional puede comprometer la seguridad de los aviones furtivos.
La comunicación a través de MADL es crucial porque este sistema tiene una baja probabilidad de interceptación y detección (LPI/LPD) y transmite de manera muy direccional, lo que lo hace difícil de detectar e interferir. En contraste, el uso del sistema Link16, que es omnidireccional, aumenta el riesgo de que las fuerzas enemigas detecten a los F-35 y facilita el rastreo de sus movimientos, además de ser más vulnerable a las interferencias.
MADL permite extender su alcance mediante la conexión en cadena de varias aeronaves equipadas con el sistema, lo cual facilita la transmisión de datos importantes desde áreas de alto riesgo a espacios aéreos más seguros. Esta tecnología permite que dos F-35 compartan información desde zonas remotas, pasándola de un F-35 a otro o a un dron furtivo, y posteriormente a un caza de cuarta generación equipado con el módulo Sniper en red. Esta información puede ser utilizada por el propio caza o enviada a otras ubicaciones según sea necesario.
F-35 y otras aeronaves mejoran capacidades de red y seguridad
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El Sniper Networked Targeting Pod ofrecerá a diversos cazas de cuarta generación la capacidad de crear “redes de eliminación” en miniatura, conectando activos en el aire más allá de los F-35 y extendiéndose a otros niveles. Esta tecnología es clave para mejorar las capacidades de intercambio de información entre los aviones.
El programa del F-35 se distingue por su uso de un sistema centralizado en la nube, que facilita el flujo de datos de misión, mantenimiento y logística entre los operadores. Actualmente, se está llevando a cabo una transición desde el Sistema de Información Logística Autónoma (ALIS) al más avanzado Sistema de Red Integrada de Datos Operativos (ODIN).
Debido a problemas persistentes con el ALIS, algunos operadores del Joint Strike Fighter han optado por compartimentar sus extremos de la red. Un caso notable es el de Israel, que opera sus F-35 de manera completamente independiente de ALIS y tendrá la misma independencia con ODIN, además de contar con autorización para instalar software propio en sus aeronaves.
En 2016, un oficial de la Fuerza Aérea israelí expresó a Defense News que el sistema ALIS, diseñado por Lockheed Martin, es eficiente y rentable, pero su limitación principal es su concepción para países sin amenazas de misiles constantes.
El contexto de seguridad para los países de la OTAN ha cambiado significativamente desde entonces. La invasión rusa a Ucrania en 2022 ha generado preocupaciones sobre posibles implicaciones para la alianza. Según el general Hecker, al inicio de la guerra, los cazas de la OTAN mantenían una presencia constante en el aire por incertidumbre sobre las intenciones rusas. Aunque esta vigilancia aérea se ha reducido, la OTAN mantiene una postura de defensa aérea reforzada desde la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014, para proteger el espacio aéreo de la alianza.
Hecker también dijo que el mayor acceso de los miembros de la OTAN a los SAP del F-35 era parte de un esfuerzo más amplio para compartir más inteligencia estadounidense y otra información con los países de la alianza.
Incrementa drásticamente intercambio de datos espaciales entre OTAN y EE. UU.
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Antes de la guerra en Ucrania, Estados Unidos compartía alrededor de 30 puntos de interés mensuales con sus aliados de la OTAN a través de sus activos espaciales. Sin embargo, esa cifra ha aumentado significativamente a 3.000 puntos al mes, según un alto oficial de la Fuerza Aérea en Europa. Este notable incremento se debe a una nueva política que permite compartir imágenes y SIGINT (inteligencia de señales) con los socios de la OTAN, lo cual no era común anteriormente. Este cambio ha sido considerado un gran éxito, ya que también se está proporcionando información espacial que va más allá del ámbito de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR), incluyendo datos a los que los aliados no tenían acceso previamente.
El general Hecker añadió que, aunque es improbable que todas las naciones compartan toda su información, incluido Estados Unidos, se ha observado una mayor disposición entre los aliados para intercambiar datos. Esta cooperación mejorada es vista como un desarrollo positivo, fortaleciendo las capacidades conjuntas sin incurrir en altos costos.
Además, con la expansión de la flota de F-35 dentro de la OTAN, el acceso mejorado a los SAP (Programas de Acceso Especial) se ha vuelto crucial. Este acceso facilita una mejor interoperabilidad entre los Joint Strike Fighters de la alianza y otros activos, como los aviones de cuarta generación, sin requerir un esfuerzo considerable.