Las pruebas esenciales para las más recientes actualizaciones del F-35 Joint Strike Fighter no se iniciarían hasta dos años después de que los aviones lleguen a las bases, con un retraso de al menos tres años respecto a la fecha original.
En su informe anual, presentado al Congreso el 31 de enero, la Oficina del director de Pruebas y Evaluación Operativas advirtió que las pruebas operacionales de las actualizaciones de Tecnología 3 (TR-3) se realizarían hacia mediados o finales del año fiscal 2026, aproximadamente en el verano. Estas pruebas determinarán si las mejoras son efectivas en combate.
El teniente general Michael Schmidt, responsable del programa F-35, declaró a Defense News que Lockheed Martin ha entregado más de 100 aviones con la actualización TR-3. Todos estos cuentan con software que permite entrenamientos, incluidos los de combate.
“Estamos ejecutando planes exhaustivos para garantizar que esta actualización crítica brinde capacidades avanzadas a nuestros combatientes”, afirmó Schmidt. La Oficina del Programa Conjunto del F-35 se concentra en gestionar riesgos para entregar las capacidades de combate en 2025, mejorando la tecnología en futuros lotes.
Un funcionario, bajo condición de anonimato, indicó que comenzar las pruebas operacionales en 2025 no retrasará la incorporación de los nuevos aviones. Aclaró que es habitual desplegar aeronaves antes de concluir las evaluaciones operacionales.
El informe precisa que las pruebas no pueden comenzar hasta que el software sea estable, y los sistemas de la aeronave, junto con los instrumentos de prueba y capacidades de simulación, estén completamente desarrollados. Sin embargo, si estos elementos se completan antes de lo previsto, las pruebas podrían adelantarse.
Este nuevo retraso en las pruebas del TR-3 se suma a una serie de contratiempos para el programa de modernización del F-35. El paquete TR-3 incluye mejoras en hardware y software, como pantallas avanzadas, mayor capacidad de procesamiento y más memoria, pero problemas técnicos y de integración han afectado el calendario.
Originalmente, el lanzamiento estaba programado para abril de 2023. Debido a las dificultades, el Pentágono suspendió las entregas de los nuevos F-35 hasta julio de 2024, cuando una versión provisional del software permitió los vuelos de entrenamiento. Sin embargo, los aviones aún no están listos para misiones de combate, y aunque la meta sigue siendo tenerlos operativos en 2025, podría aplazarse hasta 2026, según declaraciones del director financiero de Lockheed, Jay Malave.
El retraso en el TR-3 afecta también al programa Bloque 4, que busca mejorar las capacidades de armas, reconocimiento y guerra electrónica del F-35. La Oficina del director de Pruebas criticó la falta de avances en la implementación del software necesario para estas mejoras. El informe señala que el programa no ha logrado avances significativos en los plazos de desarrollo y prueba de software diseñado para corregir deficiencias y añadir nuevas funciones.