Lockheed Martin planea entregar entre 75 y 110 unidades del F-35 Lightning II equipadas con una versión preliminar de la actualización TR-3 para finales de 2024.
Sin embargo, la versión completa del paquete TR-3, que estará lista para su uso en combate, aún no está terminada. Según fuentes [Lockheed Martin, Defense One], su disponibilidad podría retrasarse hasta la próxima primavera, aunque la empresa admite que este cronograma está sujeto a ciertos riesgos.
Cualquier demora en la implementación de la actualización podría representar un costo significativo para Lockheed Martin. Si los retrasos son causados por dificultades en el desarrollo o la integración tecnológica, el Pentágono impondrá una multa de 5 millones de dólares por cada avión afectado. No obstante, esta penalización se elimina una vez que el avión es entregado al cliente.
Ya se ha discutido anteriormente el retraso en la actualización del TR-3, lo cual ha ocasionado una acumulación de aviones F-35 en espera de modificación en almacenes. Tras la aprobación de un paquete interino como solución temporal, Lockheed ha comenzado a disminuir de manera gradual el número de aviones almacenados, con el objetivo de liberar 20 unidades al mes.
La actualización TR-3, que significa Technology Refresh 3, representa una mejora integral en los sistemas informáticos y de sensores del F-35. Esta modificación busca aumentar significativamente la capacidad de procesamiento, la memoria y el rendimiento general del caza.
El núcleo de la actualización TR-3 reside en la integración de tecnología avanzada en cuanto a hardware y software, lo que asegura que el F-35 se mantenga competitivo en los entornos de combate futuros.
Esta mejora permitirá que el avión procese más información proveniente de sus sensores, maneje sistemas de armamento más avanzados e incorpore software de última generación, incrementando tanto su capacidad ofensiva como su adaptabilidad en escenarios bélicos modernos.
Lockheed Martin destaca que la actualización TR-3 será crucial para el desarrollo del Bloque 4, el cual dotará al F-35 de nuevas capacidades, incluyendo sistemas adicionales de misiles y mejoras en la funcionalidad del radar.
Dificultades en el desarrollo del TR-3 retrasan entregas del F-35 casi un año
El desarrollo e integración de la actualización TR-3 resultó ser más complejo de lo anticipado. Lockheed Martin enfrentó varios retos debido a la sofisticación del nuevo hardware y software, que incluyen un procesador central integrado, una pantalla panorámica en la cabina y una unidad de memoria.
El TR-3 fue diseñado para manejar una capacidad informática mucho mayor que la de su versión anterior. No obstante, la incorporación de estos nuevos componentes, manteniendo la estabilidad del sistema, ha requerido una ingeniería de alta precisión.
Un portavoz de Lockheed Martin reconoció las dificultades: “La integración de tecnologías avanzadas con los sistemas ya existentes en el F-35 presentó una complejidad que extendió el tiempo de desarrollo”. Estos contratiempos ocasionaron retrasos tanto en la producción como en las pruebas.
El proceso de implementación del TR-3 se complicó aún más debido a los estrictos estándares de rendimiento y seguridad que debe cumplir el F-35. El Pentágono ha recalcado la importancia de garantizar que el caza cumpla con todas las especificaciones operativas antes de ser desplegado.
“No podemos comprometer la fiabilidad ni la letalidad del F-35”, subrayó un funcionario del Pentágono. “El TR-3 es fundamental para el futuro del avión, pero su desarrollo debe llevarse a cabo con extremo cuidado para evitar problemas potenciales en combate”.
Los inconvenientes relacionados con la integración del software y la compatibilidad del hardware han provocado un retraso en la entrega de los F-35 de casi un año. Este retraso tiene serias implicaciones para las fuerzas armadas de Estados Unidos y sus aliados, quienes dependen en gran medida de estos aviones para cumplir con sus misiones de primera línea.
Legisladores preocupados por el retraso del TR-3 en el F-35 y su impacto en la defensa
El retraso en la integración de la actualización TR-3 no ha pasado desapercibido para los legisladores estadounidenses, quienes han comenzado a manifestar su preocupación por el impacto que esto podría tener en la capacidad de defensa del país.
“El F-35 es esencial para mantener nuestra superioridad aérea”, afirmó un miembro del Comité de Servicios Armados del Senado de Estados Unidos. “Cualquier demora en su despliegue afecta nuestra preparación y la de nuestros aliados”.
Con el retraso, se espera que el primer F-35 equipado con la actualización TR-3 y listo para el combate esté disponible en la primavera de 2025. A pesar de los problemas actuales, Lockheed Martin sigue confiando en el éxito a largo plazo del programa.
La empresa está colaborando estrechamente con el Departamento de Defensa para acelerar la entrega de los F-35 con la actualización TR-3, una vez que se finalicen las pruebas. Se anticipa que estos aviones, una vez mejorados, marcarán una diferencia significativa en futuros conflictos.
Lockheed Martin ha enfrentado varios contratiempos con las actualizaciones de sus aeronaves, siendo el retraso del TR-3 para el F-35 uno de los más destacados. No es la primera vez que la compañía ha tenido problemas para cumplir con las fechas de entrega de sistemas críticos.
Un ejemplo similar es el del F-22 Raptor, otro caza furtivo de quinta generación desarrollado por Lockheed Martin. Su actualización de software Increment 3.2B, diseñada para mejorar la comunicación y coordinación con otras aeronaves, también sufrió importantes retrasos que impactaron el calendario del proyecto.
El retraso del TR-3 del F-35 evoca dificultades similares a las del F-22 Raptor
La actualización Increment 3.2B, que estaba prevista originalmente para 2013, incluía mejoras en las capacidades de radar, sistemas avanzados de guerra electrónica y compatibilidad con nuevas armas de precisión. Sin embargo, la integración de este software enfrentó problemas, lo que retrasó su implementación casi cuatro años, completándose finalmente en 2017.
Estas dificultades surgieron debido a la complejidad de incorporar nuevos sistemas digitales en la estructura de un avión ya existente, un desafío que recuerda a los obstáculos actuales con la actualización TR-3 del F-35.
En ese momento, los líderes militares expresaron su frustración, ya que consideraban que esta actualización era esencial para mantener la ventaja del F-22 en el combate aire-aire. Pese a los importantes retrasos, finalmente el problema fue resuelto, lo que permitió que el F-22 continuara siendo un activo clave dentro del arsenal de la Fuerza Aérea estadounidense.
El retraso en el desarrollo del TR-3 del F-35 ha sido objeto de críticas similares. No obstante, Lockheed Martin cuenta con amplia experiencia para enfrentar este tipo de desafíos.
“Estos programas muestran que, aunque los retrasos no son lo ideal, a veces son necesarios para asegurar que el avión cumpla con las demandas futuras del combate”, comentó un analista de defensa.