La integración de la industria saudí en la fabricación de componentes para el THAAD fortalece la seguridad regional y el desarrollo económico bajo Vision 2030.
Alianzas estratégicas para la producción de defensa en el Reino de Arabia Saudí
Lockheed Martin ha adjudicado contratos a la industria de Arabia Saudí para componentes del Sistema de Armas de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD), marcando un avance en el acuerdo de localización con el Reino. Esta acción, anunciada durante el Salón Mundial de la Defensa 2022, subraya el compromiso con la transferencia de tecnología y fortalecimiento de la base industrial de defensa saudí, en línea con Saudi Vision 2030.
Los subcontratos incluyen la fabricación del bote interceptor THAAD y la paleta redonda de misiles, asignados a entidades como la Compañía de Propulsión de Oriente Medio (MEPC) en Riad y la Compañía Internacional Árabe (AIC) para el Acero en Yeda. Este movimiento estratégico no solo amplía la capacidad productiva local, sino que también transfiere conocimiento crítico, promoviendo la autosuficiencia en tecnologías de defensa.
Joseph Rank, líder de Lockheed Martin en Arabia Saudí y África, resalta el impacto de estos esfuerzos de localización como un hito en la mejora de la seguridad regional y el estímulo económico, alineando las operaciones de defensa con los ambiciosos objetivos de desarrollo nacional de Arabia Saudí.
El sistema THAAD: Un pilar de defensa antimisiles en la estrategia global
El THAAD, sistema estadounidense de defensa antimisiles, desempeña un papel crucial en la neutralización de amenazas de misiles de alcance corto a intermedio durante su fase terminal. Originado tras los ataques con misiles Scud en la Guerra del Golfo, el THAAD se caracteriza por su metodología de impacto directo, sin ojivas, utilizando la fuerza cinética para la destrucción del proyectil adversario.
Administrado por la Agencia de Defensa de Misiles, el THAAD es parte esencial de la infraestructura de seguridad de varias naciones, incluyendo los Emiratos Árabes Unidos, Israel, Rumanía, y Corea del Sur. Su despliegue refleja la confianza en su capacidad para proteger territorios de amenazas balísticas, reforzando la defensa antimisiles en un contexto internacional.
La inclusión de Arabia Saudí en este esquema de producción no solo subraya su creciente rol en la seguridad regional, sino que también demuestra la eficacia de las asociaciones estratégicas en la promoción de la paz y estabilidad a través de la avanzada tecnología de defensa.