Estados Unidos influyó en Argentina para que optara por comprar veinticuatro F-16 Fighting Falcon de Dinamarca en vez de los aviones de combate JF-17 desarrollados por China en colaboración con Pakistán. El JF-17 Thunder, promocionado como una alternativa económica, no logró ser la elección en esta ocasión.
Influencia política y militar en América: Una perspectiva actual
La Doctrina Monroe, articulada en 1823, se mantuvo como un pilar de la estrategia estadounidense en el siglo XX, oponiéndose al colonialismo europeo en el hemisferio occidental y considerando la intervención de potencias extranjeras en América como una amenaza para EE. UU.
En un cambio de tono, en noviembre de 2013, el entonces secretario de Estado, John Kerry, ante la Organización de Estados Americanos, anunció el fin de la Doctrina Monroe, favoreciendo una relación de asociación con los países americanos. Sin embargo, el resurgimiento de influencias foráneas en el continente sugiere la necesidad de una versión modernizada de la doctrina para contrarrestar a adversarios como China.
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El senador Jim Risch (R-Idaho), en un evento reciente titulado “La Doctrina Monroe: Un legado en evolución”, destacó la agresiva influencia de China, Rusia e Irán en el hemisferio occidental. Destacó cómo estos países fortalecen regímenes autoritarios en naciones como Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia, y llevan a cabo actividades que van desde el lavado de dinero hasta la extracción de recursos vitales, lo que representa una estrategia bien orquestada para ampliar su control y presencia en la región.
Además, Risch señaló que China ha superado a Estados Unidos como el principal socio comercial de la mayoría de los países sudamericanos, y continúa su extracción de recursos críticos como litio y cobre, esenciales para sus ambiciones militares a nivel global. Estos desarrollos plantean desafíos significativos para la influencia estadounidense en América Latina y sugieren la necesidad de una respuesta estratégica renovada.
Consolidación estratégica de EE. UU. en el tablero sudamericano
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Estados Unidos consiguió un triunfo estratégico frente a China al influir en la decisión de Argentina de adquirir veinticuatro F-16 Fighting Falcons de Dinamarca, rechazando los JF-17 Thunder de bajo costo que Beijing, en colaboración con Pakistán, había ofrecido.
Como señaló Christopher Ecclestone, un especialista en Argentina radicado en Londres y citado por la Voz de América, la decisión era “algo inevitable” considerando la postura pro-libertad y anticomunista del presidente argentino Javier Milei.
De haber optado por los aviones chinos, según Rick Fisher, investigador del Centro Internacional de Evaluación y Estrategia, China habría ganado un acceso considerable a la infraestructura de defensa y seguridad argentina, motivando posiblemente a otros países latinoamericanos a seguir un camino similar.
Renovación y expansión de la flota aérea argentina
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En el marco de sus esfuerzos por modernizar su fuerza aérea, Argentina finalmente optó por recibir 24 F-16 de Dinamarca, con 19 unidades adicionales destinadas a Ucrania.
Esta decisión se alinea con las aprobaciones de transferencia de los F-16 efectuadas por Washington en octubre de 2023, mostrando un respaldo continuo a la modernización de las capacidades militares argentinas.
Además, se ha aprobado la venta potencial de aviones Basler BT-67 a Buenos Aires, con un valor estimado de 143 millones de dólares y Basler Turbo Conversions de Oshkosh, Wisconsin, como el principal contratista.
Este modelo, que ya presta servicio en las fuerzas aéreas de países como Tailandia, Guatemala, Colombia, Mali y El Salvador, es reconocido por su fiabilidad de transporte y operación costo-efectiva, lo que representa un impulso significativo para las capacidades logísticas de Argentina en un contexto de renovación estratégica de su flota aérea.