Frente al dominio aéreo establecido por los cazabombarderos Sukhoi rusos en el conflicto ucraniano, la inminente integración de los cazas F-16 a las fuerzas aéreas ucranianas se vislumbra como una medida crucial para revertir la situación. Estos avanzados aviones prometen ser la clave para desafiar la superioridad aérea rusa y proteger el espacio soberano de Ucrania.
Bombas deslizantes: El nuevo factor decisivo en la guerra
Las bombas planeadoras, equipadas con alas desplegables y sistemas de navegación por satélite, se han convertido en el elemento crítico en el 25º mes de la guerra entre Rusia y Ucrania. Estas armas podrían tener un impacto aún mayor que los drones explosivos de visión directa y posiblemente superar en eficacia a la artillería, considerada históricamente el eje en los teatros de combate.
En la actualidad, Ucrania se enfrenta a serias limitaciones para montar una defensa eficaz. La disponibilidad de sus sistemas avanzados de misiles y baterías antiaéreas es alarmantemente baja. Los aviones de combate de la era soviética que posee carecen del alcance necesario para desafiar a los cazabombarderos adversarios. Además, los F-16, que podrían proporcionar a Ucrania una oportunidad de combate, aún no han sido entregados.
Los bombarderos Sukhoi de las fuerzas aéreas rusas lanzan diariamente cientos de bombas planeadoras KAB desde distancias de hasta 65 kilómetros, aniquilando las defensas ucranianas y despejando el camino para el avance de las unidades de asalto rusas, aunque a un alto coste operativo.
Eficacia de las bombas planeadoras en la guerra de Ucrania
Las bombas KAB han sido decisivas en la retirada de las fuerzas ucranianas de la ciudad oriental de Avdiivka el mes pasado, tras cuatro meses de duros combates. Otro factor crucial fue la decisión de los congresistas republicanos estadounidenses alineados con Rusia de suspender la ayuda a Ucrania desde octubre, dejando a las tropas ucranianas sin suministros esenciales de munición.
En el punto álgido de la batalla por Avdiivka, a mediados de febrero, la aviación rusa desplegó 250 bombas KAB en sólo dos días. “Estas bombas aniquilan por completo cualquier defensa”, declaró Egor Sugar, un combatiente de la 3ª Brigada de Asalto ucraniana, que participó en la cobertura de la retirada de Avdiivka.
La intensa campaña de bombardeos sobre Avdiivka podría indicar un cambio en las tácticas rusas en otros frentes, según el Instituto para el Estudio de la Guerra de Washington, D.C., tras la caída de Avdiivka.
Este análisis resultó acertado. La práctica de concentrar los bombardeos en cualquier objetivo estratégico que deseen capturar se ha convertido en una táctica habitual de la aviación rusa. “Antes del asalto, lanzan bombas KAB guiadas por aire sobre posiciones ucranianas y luego proceden a bombardear con artillería de preparación”, explicó el grupo analítico ucraniano Frontelligence Insight.
Los ataques terrestres rusos, aunque moderados en escala, son constantes y meticulosamente planificados. “Combinados con ataques aéreos, bombardeos de artillería y el despliegue de drones, estos asaltos suponen un gran desgaste para las fuerzas ucranianas, que ya sufren escasez de municiones”, añadió Frontelligence Insight.
Así, los bombardeos del KAB no solo forzaron la retirada ucraniana de Avdiivka, sino que en las semanas siguientes también expulsaron a las fuerzas ucranianas de las ciudades situadas al oeste de Avdiivka. Ahora, con el objetivo de intensificar la ofensiva sobre Bilohorivka, 55 millas al norte de Avdiivka, los rusos están incrementando el uso de proyectiles KAB contra esta localidad.
Respuesta ucraniana y cambio en el equilibrio aéreo
Las fuerzas aéreas ucranianas consiguieron, en un contraataque de corta duración, alcanzar a los bombarderos planeadores rusos en las semanas posteriores al colapso defensivo en Avdiivka. Utilizando lanzadores móviles de misiles antiaéreos Patriot, de fabricación estadounidense, capaces de alcanzar objetivos situados hasta a 90 millas de distancia, consiguieron derribar 13 aviones rusos, incluidos los modelos Sukhoi Su-34 y Su-35, en un lapso de 13 días.
Sin embargo, el 9 de marzo marcó un punto de inflexión cuando un avión no tripulado ruso, manejado con habilidad o fortuna, localizó y guio un misil balístico Iskander que destruyó dos lanzadores Patriot ucranianos, eliminando al parecer también a sus tripulaciones. La interrupción de la ayuda estadounidense a Ucrania, motivada por sectores republicanos prorrusos, complica la reposición de estas valiosas unidades. Ante esta situación, y teniendo en cuenta que Ucrania solo dispone de unas dos docenas de estos sistemas, no es de extrañar que los Patriots restantes fueran redesplegados más allá de la línea del frente tras el incidente.
Además, los ingenieros rusos han ampliado el alcance operativo de las bombas KAB de 25 a 40 millas, alterando significativamente la dinámica de poder. Las defensas aéreas ucranianas, en su estado actual, están en desventaja frente a los bombarderos planeadores rusos.
Potencial cambio de juego con la llegada de los F-16
La inminente incorporación de entre 50 y 60 cazas Lockheed Martin F-16, donados por Dinamarca, Holanda y Noruega, podría renovar las estrategias de combate aéreo ucranianas. Equipados con el sistema de defensa AN/ALQ-213, que integra sensores y contramedidas electrónicas, estos cazas podrían operar con mayor seguridad cerca o incluso por encima de la línea del frente.
Los radares AN/APG-66(V)2 de los F-16 permitirían a los pilotos identificar objetivos a 70 millas de distancia y emplear misiles AIM-120 Amraam desde 57 millas, haciendo posible atacar a los bombarderos rusos sin penetrar en el espacio aéreo adversario.
Un aspecto crucial es que el AIM-120 es un misil de “disparar y olvidar” con su propio radar, lo que permite al piloto evadirse tras el lanzamiento, a diferencia del misil R-27ER, que requiere que el piloto mantenga iluminado el objetivo, exponiéndolo a contraataques.
Aunque los F-16 armados con AIM-120 no deben considerarse invulnerables, su uso en combate podría representar un avance significativo para Kiev. La clave estará en la eficacia de Ucrania a la hora de utilizar estos cazas para neutralizar la amenaza KAB rusa.
Frontelligence Insight sugiere que el persistente desafío de los KAB rusos solo podría mitigarse con la adquisición y despliegue efectivo de más sistemas Patriot y F-16, lo que subraya la importancia de estos activos en la defensa aérea ucraniana contra la estrategia aérea rusa.