La Real Fuerza Aérea Noruega (RNoAF) ha desarrollado una estrategia detallada para la operación de su arsenal de F-35A en situaciones de conflicto, enfocándose en el despliegue desde instalaciones no tradicionales.
La táctica, que involucra la dispersión de sus 32 F-35A en diversos aeródromos pequeños, representa un enfoque de alto valor táctico. Esta dispersión es fundamental para minimizar el riesgo de que un adversario logre neutralizar una porción significativa de la flota en un solo ataque. Principalmente, los F-35A operan desde las bases de Ørland y Evenes, pero esta nueva estrategia contempla una mayor distribución.
Esta táctica también incluye el potencial uso de carreteras como pistas de emergencia, una práctica no inédita y ya implementada por naciones vecinas como Suecia y Finlandia. De hecho, Noruega ya ha demostrado la habilidad del F-35 para operar de esta manera, con aterrizajes exitosos en carreteras públicas en Finlandia.
Reforzar la dispersión aérea frente a las amenazas contemporáneas
La relevancia de esta estrategia se ha intensificado a la luz del conflicto entre Ucrania y Rusia. La Fuerza Aérea Rusa (VKS) ha demostrado una clara predisposición a atacar ubicaciones fijas de activos aéreos ucranianos, subrayando la importancia de la movilidad y el ocultamiento. Noruega observa atentamente estas dinámicas, buscando lecciones cruciales para la protección de su propia flota.
La discusión sobre el apoyo aéreo a Ucrania, incluida la potencial provisión de cazas, subraya la necesidad de adaptabilidad y discreción para contrarrestar la vigilancia satelital avanzada. La Fuerza Aérea Ucraniana se enfrenta a desafíos tácticos debido a la constante recopilación de inteligencia por parte de Rusia, destacando los riesgos de depender de pistas de aterrizaje fijas.
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Los aliados de Ucrania han contemplado el envío de aviones F-16, pero estos cazas requieren infraestructuras específicas que son difíciles de ocultar de la observación por satélite. En contraste, el Gripen destaca por su versatilidad, incluyendo la capacidad de operar desde caminos y esconderse eficazmente, ofreciendo una solución potencialmente más sutil frente a la vigilancia enemiga.
Noruega, siguiendo este análisis, continua con la práctica de dispersar y rotar sus F-35 por diversas instalaciones a lo largo del territorio, adaptándose a las exigencias del moderno teatro de operaciones y subrayando la importancia de la flexibilidad en la planificación militar estratégica.
Optimización táctica: La revolución del foso caliente en la RnoAF
Un fascinante aspecto de la operativa en aeródromos reducidos es la implementación del reabastecimiento rápido de combustible para el F-35, una táctica en la que Noruega posee una experiencia destacada. Ilustrativo de esta capacidad es el evento del año anterior, en el cual un F-35 noruego realizó una parada técnica en una autopista de Finlandia para reabastecerse.
Este proceso, conocido como “hot pit” o reabastecimiento en caliente, permite que los F-35 noruegos reciban combustible mientras sus motores continúan en funcionamiento, situados estratégicamente en las autopistas finlandesas. Esta metodología no solo reduce drásticamente los tiempos necesarios para que los aviones retomen el vuelo, sino que también incrementa la eficiencia operativa de la flota.
A pesar de que el reabastecimiento en caliente puede no ser el método más eficiente desde el punto de vista del consumo de combustible, compensa con ventajas operacionales significativas. Al minimizar los despegues y reducir el tiempo de vulnerabilidad en tierra, se fortalece la seguridad de los aviones.
Este enfoque pragmático subraya la disposición de Noruega a emplear tácticas innovadoras para maximizar la operatividad y seguridad de su flota de F-35, demostrando un compromiso firme con la adaptabilidad y eficacia en el ámbito de la defensa aérea.