Durante la Guerra Fría, surgió el proyecto “MBT-70”, un esfuerzo de colaboración entre Estados Unidos y Alemania Occidental para desarrollar un carro de combate de vanguardia.
Los servicios de inteligencia estadounidenses se enteraron de que la Unión Soviética estaba mejorando su principal carro de combate, el T-62, con potentes modificaciones, como un cañón principal automático y un blindaje mejorado.
Para contrarrestar eficazmente los vehículos blindados soviéticos, el entonces secretario de Defensa, Robert McNamara, optó por un “super tanque” sin precedentes. Aunque este esfuerzo nunca llegó a buen puerto, el vehículo blindado construido conjuntamente contribuyó a las futuras capacidades de los carros de combate principales.
¿Cómo surgió el programa MBT-70?
Durante la Guerra Fría, los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) utilizaban diversos sistemas de armamento que, en su mayor parte, carecían de munición, combustible y piezas comunes. El secretario de Defensa McNamara vio cómo esta falta de cohesión podía mejorarse en el campo de los carros blindados.
A finales de la década de 1950 y principios de la de 1960, las fuerzas estadounidenses utilizaban principalmente el carro de combate M60 Patton, mientras que Alemania Occidental lucía el Leopard I.
En un esfuerzo por llevar a cabo el plan de McNamara, Alemania y Estados Unidos firmaron un memorando de entendimiento que garantizaba que ambos países tendrían la misma voz en el diseño y las características del tanque.
Sin embargo, esta fue la razón por la que el programa MBT-70 nunca llegó a realizarse. Durante la fase de diseño del MBT-70 surgieron disputas en torno a todos los aspectos de su diseño. Quizás la disputa más polémica entre los ingenieros alemanes y estadounidenses fue si utilizar o no el sistema métrico decimal.
Los ingenieros alemanes y estadounidenses no se ponían de acuerdo sobre el diseño
Aunque las tensiones acabaron por dar al traste con el proyecto de colaboración, los diseñadores se pusieron de acuerdo en algunas consideraciones. El MBT-70 debía llevar un blindaje de aleación de tungsteno con capas de acero y una coraza protectora interior. En teoría, este diseño protegería contra los proyectiles de 105 m que disparaban los soviéticos en aquella época.
Como explica Defense Media Network, “en lugar de que los puestos de la tripulación estuvieran dentro del casco, como era habitual, se les colocaba dentro de la torreta sobredimensionada del MBT-70, que estaría protegida contra las amenazas nucleares, biológicas y químicas (NBQ). Esto también facilitó la elaboración de la disposición del blindaje del tanque, que acordaron que debía constar de dos capas espaciadas; una capa exterior de acero grueso, duro y laminado en frío y una capa interior de acero “blando” que también protegería contra el “desconchado”, o fragmentación interior del blindaje”.
Otra característica interesante considerada por ambos grupos de ingenieros era un sistema de suspensión neumática que podía bajarse hasta cuatro pulgadas del suelo. Este diseño permitiría al tanque ganar una mejor posición defensiva. Además, el cañón principal del tanque propuesto era impresionante.
Según el diseño del MBT-70, un cañón de 152 mm sustituía al cañón principal de 105 mm existente. El carro de combate principal también poseía una mayor movilidad que sus homólogos cercanos. La mayor aceleración del MBT-70 le permitía alcanzar una velocidad máxima superior a la del M60 Patton estadounidense y la del Leopard I alemán.
El proyecto MBT-70 fue finalmente desechado
Al final, las complicaciones de diseño y la falta de comunicación entre sus ingenieros alemanes y estadounidenses echaron por tierra el proyecto del MBT-70. El tanque era demasiado pesado para desplazarse por carretera. El tanque era demasiado pesado para circular por los puentes y vagones de ferrocarril europeos, lo que lo inutilizaba para futuros combates en el continente.