Un informe alerta sobre barreras burocráticas y logísticas que dificultan el despliegue rápido de tropas y equipos en el continente europeo.
La infraestructura deficiente limita el despliegue de fuerzas
Persisten cuellos de botella logísticos y regulaciones que afectan la movilidad militar en la Unión Europea, a pesar de varios años de planificación. Un reciente informe del Tribunal de Cuentas Europeo destaca que los esfuerzos por mejorar el plan de movilidad no han alcanzado los resultados esperados.
Las restricciones legales y estructurales dificultan el transporte de personal y equipo pesado entre los Estados miembros. El sueño de una red de defensa capaz de reaccionar ante crisis sigue lejos de ser una realidad. Aunque se han implementado mejoras en ciertos cruces fronterizos, estas no han sido uniformes y continúan existiendo deficiencias críticas.
Marek Opioła, integrante del Tribunal de Cuentas, señaló la urgencia del problema. Advirtió que los retrasos logísticos, incluidos aquellos relacionados con limitaciones de peso en puentes y carreteras, afectan la rapidez del despliegue en situaciones de crisis. Estos problemas podrían ser fatales en una emergencia militar.
Datos clave sobre las limitaciones de movilidad en la UE
- Las solicitudes de movimiento militar deben presentarse con hasta 45 días de antelación, lo que podría provocar retrasos críticos.
- Puentes y carreteras en Europa del Este no están diseñados para soportar el peso de vehículos militares modernos.
- La UE destinó 1.700 millones de euros al plan de movilidad militar, pero los fondos ya se agotaron sin mejoras significativas.
- El corredor estratégico de Suwałki, entre Polonia y Lituania, enfrenta serias dificultades logísticas.
Falta de una estrategia integral para el uso de recursos
Los fondos asignados a la movilidad militar en el presupuesto de la UE para 2021-2027 ya se agotaron, sin resultados tangibles. La asignación de estos recursos fue fragmentada, sin una evaluación clara de las necesidades prioritarias. Zonas clave, como el corredor sur hacia Ucrania, recibieron escasa inversión.
La Comisión Europea no realizó una planificación exhaustiva antes de implementar la estrategia de movilidad militar 2.0. Esta carencia de una visión integral dificulta la adaptación de la infraestructura a las exigencias de movilidad actuales.
Mientras tanto, el panorama de seguridad se complica. El retorno de la guerra de alta intensidad en Europa ha generado una presión renovada sobre los estados miembros para acelerar los preparativos militares. Sin embargo, el avance en estos aspectos ha sido demasiado lento.
El transporte de tanques enfrenta problemas estructurales
Los tanques pesados europeos, como el Leopard 2, el Challenger 2 y el Leclerc, presentan desafíos de transporte debido a su peso, que supera las 60 toneladas. Muchas infraestructuras, especialmente en Europa del Este, no fueron diseñadas para soportar vehículos de este calibre. Durante la Guerra Fría, los tanques soviéticos más ligeros, como el T-72, dominaban la planificación logística.
En países como Polonia, la escasez de puentes reforzados y las limitaciones en rutas estratégicas dificultan el despliegue rápido de fuerzas. Los ejercicios de la OTAN han demostrado estas deficiencias, con cuellos de botella en lugares como el puerto alemán de Bremerhaven.
La falta de preparación logística se refleja también en regiones montañosas, como los Cárpatos, donde trasladar equipos pesados desde Alemania a Rumanía es una tarea complicada debido a la infraestructura inadecuada.
Iniciativas de mejora y su impacto limitado
La Comisión Europea ha impulsado medidas para modernizar las redes de transporte mediante el Mecanismo Conectar Europa (CEF). No obstante, los recursos asignados se han reducido respecto a las propuestas iniciales, lo que ha limitado el alcance de los proyectos.
Algunos planes como Rail Baltica y Via Baltica buscan mejorar la conectividad a largo plazo, pero siguen existiendo desafíos inmediatos para la movilidad militar. La infraestructura de doble uso plantea, además, riesgos estratégicos, ya que se convierte en un posible objetivo en escenarios de conflicto.
La situación evidencia una brecha preocupante entre las capacidades militares y la preparación logística. Sin inversiones urgentes en infraestructura, la capacidad de la UE para reaccionar rápidamente ante amenazas continuará comprometida.