A pesar de su “jubilación” oficial en 2007, el F-117A Nighthawk, un icono de la aviación militar desarrollado por la legendaria división Skunk Works de Lockheed, no ha dejado de surcar los cielos.
Han surgido informes sobre su participación en operaciones encubiertas en Oriente Medio durante 2015, y más recientemente, en 2019, un avistamiento en el Valle de la Muerte reveló un Nighthawk con un distintivo “esquema de pintura agresor” que acompañaba a un KC-135R Stratotanker.
Estos sucesos sugieren pruebas de reabastecimiento en vuelo, que culminan con los recientes informes sobre la certificación pendiente del F-117 con el KC-46A Pegasus, el avión cisterna de última generación de las Fuerzas Aéreas estadounidenses.
Certificación e iniciativas operativas continuadas
Aunque pueda sorprender que un avión declarado obsoleto siga en servicio activo, el F-117 Nighthawk sigue desempeñando un papel clave dentro de la aviación militar estadounidense, gracias a su diseño pionero en tecnología furtiva. Este legado lo posiciona como una plataforma de entrenamiento excepcional.
“Los 117 que descienden y maniobran son medios sigilosos, productos de los albores del sigilo, pero mantienen ocultas sus capacidades”, declaró el teniente general Michael Loh, comandante de la Guardia Nacional Aérea, 2021.
“Esto les permite simular amenazas como los misiles de crucero, a los que nos enfrentamos en la realidad, lo que los convierte en herramientas perfectas para los ejercicios de defensa contra misiles de crucero”.
El desarrollo y el legado del Nighthawk
Concebido en el mayor secreto durante la década de 1970, el Nighthawk realizó su vuelo inaugural en 1981 y fue presentado oficialmente en 1983. A pesar de ello, el Ejército del Aire no reconoció su existencia hasta 1988. De los sesenta y cuatro aviones producidos, cinco eran prototipos YR-117A y el resto F-117A.
Su diseño buscaba minimizar la visibilidad visual y de radar, aunque el derribo de uno de estos aviones en Serbia por la defensa antiaérea yugoslava durante la guerra de la OTAN reveló que, aunque sigilosos, no son invulnerables. Este incidente demuestra que la tecnología furtiva, aunque avanzada, no garantiza la invisibilidad total.
Reevaluación en la era de la tecnología furtiva avanzada
Como señala Brandon J. Weichert en The National Interest, la tecnología furtiva del F-117A puede parecer anticuada comparada con la de sus sucesores, el F-22A Raptor y el F-35 Lightning II.
Sin embargo, esto no disminuye su valor, especialmente si se tiene en cuenta su potencial como plataforma de entrenamiento para los pilotos de aviones de la próxima generación.
El Ejército del Aire reconoce este valor y lo incorpora a su estrategia de entrenamiento, subrayando el papel insustituible del F-117 en el desarrollo y preparación de las futuras generaciones de aviadores militares.