El Reino Unido y Japón pretenden unir sus esfuerzos en un avión de combate furtivo de sexta generación. Según informó por primera vez Reuters, el plan uniría el programa británico Tempest con el programa japonés F-X para finales de 2022.
F-X y Tempest
Mitsubishi Heavy Industries ha estado liderando el programa japonés F-X, mientras que Team Tempest, un grupo de diferentes empresas, está gestionando el programa Tempest.
Según Reuters, el proyecto será una asociación a partes iguales entre los dos países y costará decenas de miles de millones de dólares: el programa F-35 Joint Strike Fighter, que produjo tres aviones, tuvo un precio de más de 1,7 billones de dólares.
El objetivo parece ser diseñar y construir el mismo avión de combate furtivo pero con ligeras modificaciones para la versión de cada país.
En el pasado, Japón sólo ha trabajado con Estados Unidos en proyectos militares conjuntos. Si los programas Tempest y F-X se unen, sería una primicia para Tokio.
Se supone que el programa F-X tendrá un avión de prueba listo para 2028 y la producción completa está prevista para la década de 2030, mientras que el proyecto Tempest pretende tener un avión listo para 2027 y la producción completa también está prevista para la próxima década. Así que, en términos de plazos, los dos proyectos son bastante similares. Un esquema que uniera ambos proyectos también tendría sentido en términos presupuestarios.
En unas declaraciones recientes con respecto a la revelación de que el primer Tempest volará dentro de cinco años, el Ministro de Defensa británico Ben Wallace dio una pista sobre la conexión japonesa (Japón ya desempeña un pequeño papel en el equipo Tempest).
“Estoy encantado de que el Reino Unido, junto con Italia, Japón y Suecia, trabajen juntos en el mismo viaje aéreo de combate. Nuestro trabajo con Japón e Italia en tecnologías de vanguardia como ésta, demuestra el beneficio de nuestras alianzas en todo el mundo”, dijo Wallace.
“El diseño y desarrollo del avión de demostración representa un hito importante, que muestra el éxito y el talento de nuestros ingenieros, programadores y desarrolladores de software. Este programa seguirá atrayendo oportunidades para muchas otras grandes mentes y talentos de todo el Reino Unido”, añadió el ministro de Defensa británico.
Tempest
Según el Ministerio de Defensa británico, el Tempest aportará cuatro características principales al fuselaje: supervivencia equilibrada, sistema de control de vuelo de nueva generación, arquitectura física adaptable y autonomía escalable.
Estas características pretenden dotar al Tempest de una amplia variedad de capacidades, entre las que se incluyen, entre otras, un amplio conocimiento de la situación del campo de batalla y la fusión de datos, un diseño modular para satisfacer las necesidades operativas de los distintos operadores, la opción de vuelo tripulado y no tripulado, y la gestión térmica para un mayor sigilo.
Además, el Equipo Tempest, que incluye a BAE Systems, Leonardo y Rolls Royce, entre otras empresas, quiere que el Tempest tenga capacidades de vectorización de empuje similares a las del F-22 Raptor. Las capacidades de vectorización del empuje hacen que un avión sea increíblemente maniobrable y pueda producir algunas acrobacias sorprendentes. En pocas palabras, la vectorización del empuje permite al piloto orientar el empuje de los motores del avión en una dirección diferente a la del vuelo, lo que le permite cambiar rápidamente de dirección.