El Pentágono está trabajando con la industria privada para explorar la posibilidad de que los cazas F-35 Joint Strike Fighters armados con bombas, misiles o láseres. Dotar al caza furtivo de la capacidad para destruir un misil balístico intercontinental (ICBM) portador de armas nucleares cuyo objetivo sea Estados Unidos. Una nueva dimensión a las defensas antimisiles existentes.
“Ahora estamos estudiando cómo podríamos cerrar la cadena de destrucción en ese proceso”, dijeron funcionarios familiarizados con las conversaciones a The National Interest.
El concepto, según personas de la industria y desarrolladores del Pentágono, consistiría en utilizar armas y sensores del F-35 para detectar o destruir el lanzamiento de un ICBM durante su fase inicial de “impulso” de vuelo ascendente hacia el límite de la atmósfera terrestre. El F-35 podría emplear una respuesta “cinética” en la que destruya un ICBM o una solución “sensorial” en la que “avise a los sistemas de defensa antimisiles”.
El programa del F-35 está actualmente centrado en esfuerzos a corto plazo, como la entrega de actualizaciones de software a la aeronave. Pero existe un consenso creciente de que la exploración de la defensa contra misiles nucleares del F-35 es algo de gran beneficio potencial. Las primeras conversaciones y el trabajo conceptual ya están en marcha.
La perspectiva de emplear un F-35 para este fin introduce una serie de posibilidades defensivas que aún no forman parte del arsenal de defensa antimisiles del Pentágono. Por ejemplo, un F-35 podría lanzar munición aire-tierra para hacer explotar el ICBM, o utilizar láseres y guerra electrónica para incinerar, atascar o desactivar la trayectoria de vuelo del ICBM. Si el sistema de guiado o los mecanismos de propulsión de un ICBM fueran interrumpidos, este podría desviarse de su trayectoria hacia el océano o una zona deshabitada.
Además, un grupo de F-35 podría formar un “sistema de retransmisión” en red usando el enlace de datos avanzado multifuncional (MADL) para entregar información sobre la amenaza a una flota de aviones en posición de avisar a los sistemas de defensa antimisiles de Estados Unidos. Este enlace de datos MADL, que permite a un grupo de F-35 ver lo mismo en tiempo real mientras realizan una misión, podría ampliar potencialmente el alcance de los sistemas capaces de encontrar o detectar un ICBM enemigo. Ni que decir tiene que cuanto antes se enteren los mandos de combate y los líderes políticos del ataque de un ICBM, más tiempo tendrán para aplicar contramedidas o lanzar un contraataque.
Muchos puntos de lanzamiento de ICBM desarrollados por potenciales adversarios están alojados en el interior del país y fuertemente defendidos por las defensas aéreas, lo que dificulta el acceso a determinadas armas y medios de ataque.
Asimismo, un informe del Congreso de 2014 elaborado por el U.S.-China Economic and Security Review, contenía un capítulo de setenta páginas sobre la modernización militar china. Entre sus muchas conclusiones, el informe citaba específicamente los lanzadores chinos de misiles balísticos intercontinentales “móviles” con hasta diez “vehículos de reentrada”. Estas armas suponen una importante amenaza, ya que varios vehículos de reentrada acercándose a un objetivo podrían anular los despliegues de defensa antimisiles. Teniendo esto en cuenta, un F-35 podría utilizar sus capacidades de sigilo, velocidad y maniobrabilidad para operar por encima de zonas interiores fuertemente defendidas para encontrar, perseguir y destruir lanzadores móviles.
La fase inicial de lanzamiento, o de “impulso”, de un ICBM presentaría la mejor oportunidad para que un F-35 tuviera el impacto previsto en la defensa de misiles. Alcanzar un ataque con un ICBM durante la fase final, o “terminal”, supondría un reto debido al número de vehículos de reentrada. Todo esto plantea la cuestión de si un F-35 podría formar parte de un sistema integrado capaz de detectar y derribar los ICBM enemigos mientras viajan por el espacio. Aunque es difícil, algún día podría ser posible que un F-35 use el GPS u otros sensores montados en el aire para interactuar con los satélites, que también podrían disparar interceptores láser para golpear un ICBM durante el vuelo espacial. En este escenario, un F-35 funcionaría como un sensor o “nodo” en red y no como un atacante real, per se.