El Almirante Kuznetsov, orgullo de la flota rusa, parece más un monumento flotante al desastre que a la gloria naval.
El triste legado del Kuznetsov
Desde su “espectacular” entrada en la década de 1980, el Almirante Kuznetsov se ha ganado su fama, no precisamente por su potencia, sino por su catálogo de calamidades: incendios, fallos y “mantenimientos” sin fin.
Recientemente, la risible afirmación de los medios estatales rusos sugería que el Kuznetsov regresaría triunfante en 2024. Conociendo su deplorable trayectoria, esta promesa suena más a fantasía que a realidad.
Rusia, aun recuperándose del golpe autoinfligido en Kiev, y con su arsenal mermado por sanciones y desgaste, se encuentra en una situación comprometedora. ¿Gastar millones en este sarcófago flotante? Inconcebible.
El Kuznetsov: Reliquia malograda
Bautizado en honor al almirante Nikolay Gerasimovich Kuznetsov, este buque prometía ser el pilar de la marina soviética. Sin embargo, su historia es más un recordatorio de oportunidades perdidas y fracasos estrepitosos.
Su hermano, el Varyag, al menos tuvo la decencia de ser vendido a China, sirviendo con más dignidad en manos extranjeras que el Kuznetsov en la flota rusa.
Potencial desaprovechado del portaaviones Kuznetsov
Con capacidad para albergar aeronaves de combate como los Sukhoi Su-27 y Yakovlev Yak 41-M, y armado con misiles Granit, el Kuznetsov podría haber sido una amenaza real. Sin embargo, cualquier potencial táctico se ve eclipsado por sus defectos garrafales.
Propulsado por Mazut, esta “joya” rusa emite un humo tan denso que se puede ver a kilómetros, anunciando su presencia como un faro para sus adversarios.
Calamidades en serie del Almirante Kuznetsov
Como si sus problemas de diseño no fueran suficientes, el Kuznetsov se ha convertido en el protagonista de una serie de desgracias. Desde un incidente con una grúa en 2018 hasta un fatal incendio en 2019, el buque parece atraer la desdicha.
Y no olvidemos su despliegue en Siria en 2016, donde, debido a fallos en su equipo, tuvo que retirarse, añadiendo otro capítulo a su ya abultado historial de vergüenzas.
Conclusión: ¿Volverá el Kuznetsov?
Viendo su historial y las fanfarronadas habituales de Rusia, es posible que el Kuznetsov continúe siendo más una burla que un baluarte. La perspectiva de verlo en acción de nuevo es, en el mejor de los casos, dudosa.