El trabajo de desarrollo del caza de sexta generación NGAD (Next Generation Air Dominance) y sus aviones de combate colaborativos asociados (conocidos como drones wingman leales) está en marcha.
El desarrollo del NGAD y su integración en la Fuerza Aérea de EE. UU.
Se espera que esta plataforma entre en servicio en la Fuerza Aérea de EE. UU. alrededor del año 2030, mientras que el caza F/A-XX de la Marina probablemente seguirá unos años después. Sin embargo, surge la pregunta de si Estados Unidos exportará el caza NGAD o lo mantendrá para sí mismo. Al igual que con el F-22 Raptor, existen razones para no exportar el NGAD.
El NGAD se concibe como un sistema de sistemas, un caza de superioridad aérea sin igual en el mundo actual. Exportar tecnología tan avanzada podría comprometer su seguridad y permitir que esta caiga en manos equivocadas, como Rusia o China. Aunque los aliados de EE. UU. sean cercanos y confiables, una vez operado por otra nación, el riesgo de acceso a la plataforma por parte de potencias rivales aumenta.
La complejidad y el costo del NGAD significan que solo se producirá en cantidades históricamente pequeñas. La Fuerza Aérea de EE. UU. planea adquirir alrededor de 200 unidades, un número bajo comparado con los 1,763 F-35 planificados o los más de 2,000 F-16 adquiridos.
Consideraciones estratégicas y de seguridad para la no exportación del NGAD
Existen varias consideraciones estratégicas y de seguridad para no exportar el NGAD. Exportar tecnología avanzada siempre conlleva el riesgo de que caiga en manos equivocadas. Además, una vez que una plataforma está en manos de otros países, se incrementa la posibilidad de que potencias rivales obtengan acceso a sus tecnologías críticas. Esta es una de las principales razones por las que el F-22 Raptor nunca fue exportado, permitiendo que EE. UU. mantenga una ventaja en el combate aire-aire.
Aunque el F-35 se ha exportado ampliamente debido a su desarrollo en colaboración con otros países, el NGAD no parece seguir el mismo camino. No hay indicios de que EE. UU. esté asociándose con otras naciones para desarrollar el NGAD, lo que refuerza la posibilidad de que se mantenga exclusivamente para el uso estadounidense.
La historia del F-22 Raptor también ofrece una lección valiosa. Aunque no exportarlo ayudó a mantener su superioridad, también se saldó con una menor producción y mayores costos, lo que contribuyó a la cancelación temprana del proyecto. Sin embargo, en el contexto actual, EE. UU. podría ser uno de los pocos países capaces de desarrollar y mantener un caza de sexta generación sin necesidad de exportarlo.
Potencial exportación de drones wingman leales del programa NGAD
Aunque es improbable que EE. UU. exporte el caza NGAD tripulado, parece más probable que los drones wingman leales sean exportados. En mayo de 2023, líderes militares de EE. UU., Australia y Japón firmaron un acuerdo para aumentar la colaboración en programas futuros, incluyendo los aviones de combate colaborativos (CCA) autónomos. Este acuerdo subraya un compromiso creciente entre Washington, Tokio y Canberra para cooperar en el desarrollo de sistemas autónomos y materiales aeroespaciales compuestos.
El desarrollo de los CCA está avanzando rápidamente, con general Atomics y su dron QX-67 y Anduril y su dron Fury avanzando a la siguiente etapa de desarrollo. Este progreso sugiere que la exportación de estos drones podría ser una realidad, aunque aún queda por ver si serán los mismos CCA desarrollados para el sistema NGAD.
La exportación de drones autónomos podría ofrecer a EE. UU. una oportunidad para fortalecer las alianzas internacionales sin comprometer la seguridad de sus tecnologías más avanzadas. Además, esto permitiría a los aliados de EE. UU. beneficiarse de capacidades avanzadas de combate aéreo, mejorando la interoperabilidad y la cooperación en misiones conjuntas.
Comparación con el F-35 y el contexto internacional de exportación de cazas
El F-35 es un claro contraste con el NGAD en términos de exportación. Desarrollado en asociación con otros países, el F-35 se ha convertido en el caza de quinta generación más numeroso y popular del mundo, con múltiples versiones (A, B y C) operadas por diferentes ramas militares y países aliados.
Otros países también planean exportar sus cazas de sexta generación, como el Tempest británico. Sin embargo, la complejidad de estos jets hace que sea inviable para países individuales desarrollarlos solos, a excepción de EE. UU. y China. Por lo tanto, la colaboración y la exportación se vuelven esenciales para justificar su desarrollo y producción.
En resumen, mientras que la exportación del caza tripulado NGAD parece improbable, la exportación de drones wingman leales ofrece una vía viable para que EE. UU. comparta tecnología avanzada con sus aliados sin comprometer su propia seguridad y superioridad tecnológica.
Conclusión: La balanza entre seguridad y cooperación internacional
El equilibrio entre la seguridad nacional y la cooperación internacional es crucial en la decisión de exportar el NGAD. Si bien la exportación del caza tripulado presenta riesgos significativos, la exportación de drones autónomos podría fortalecer las alianzas estratégicas sin comprometer la superioridad tecnológica de EE. UU.
A medida que el desarrollo del NGAD avanza, será fundamental monitorear cómo EE. UU. maneja esta balanza, considerando tanto la necesidad de mantener la ventaja en combate aéreo como la importancia de fortalecer las capacidades de sus aliados.
En última instancia, la decisión sobre la exportación del NGAD reflejará la estrategia de EE. UU. para mantener su superioridad militar mientras navega las complejidades de la seguridad global y las relaciones internacionales.