El Pentágono considera priorizar satélites sobre el E-7A Wedgetail para vigilancia aérea, mientras Boeing avanza con el programa.
Debate en el Pentágono sobre el futuro de la vigilancia aérea
El Departamento de Defensa de Estados Unidos enfrenta un punto de inflexión en su estrategia de vigilancia aérea, con presiones internas para reducir la orden de 26 aviones E-7A Wedgetail de Boeing en favor de sistemas satelitales, según informó Aviation Week el 10 de mayo de 2025. Elementos dentro del Pentágono argumentan que las constelaciones de satélites, desarrolladas por la Fuerza Espacial, ofrecen una capacidad de vigilancia global y persistente que podría superar a los sistemas aéreos como el E-7A Wedgetail. Estos satélites, planeados para la década de 2030, integrarían capacidades de radar de indicadores de objetivos móviles terrestres (GMTI) y aerotransportados (AMTI).
La Fuerza Espacial ha priorizado el desarrollo de sistemas GMTI basados en el espacio, con estudios en curso para incorporar AMTI. Este enfoque promete monitoreo continuo sin las limitaciones logísticas de los aviones, como el reabastecimiento de combustible o el mantenimiento. Sin embargo, críticos dentro del Pentágono sostienen que el E-7A Wedgetail proporciona una capacidad única de mando y control (C2) gracias a sus operadores humanos, quienes interpretan datos de radar en tiempo real, una función que los satélites aún no pueden replicar con la misma eficacia.
Boeing, por su parte, mantiene el impulso en el programa E-7A. La compañía planea realizar el primer vuelo de un ejemplar para la Fuerza Aérea de EE. UU. en los próximos meses, integrando tecnologías emergentes para mejorar sus capacidades. Este avance ocurre mientras el E-3 Sentry, basado en el envejecido fuselaje del Boeing 707, enfrenta costos operativos crecientes y el retiro programado del E-6B Mercury, lo que reduce aún más la disponibilidad de estas plataformas.
El Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, David Allvin, señaló en una declaración el 8 de mayo de 2025 que, aunque los satélites representan el futuro, “sus capacidades no están lo suficientemente maduras para satisfacer los requisitos actuales”. La transición hacia sistemas espaciales podría dejar brechas operativas si el E-7A Wedgetail no se adquiere en cantidades suficientes para reemplazar al E-3 Sentry, cuya flota es más numerosa que los 26 fuselajes planeados para el Wedgetail.

Datos clave sobre el E-7A Wedgetail y la vigilancia aérea
- El E-7A Wedgetail utiliza un radar MESA de Northrop Grumman, capaz de detectar objetivos terrestres y aéreos simultáneamente.
- La Fuerza Aérea de EE. UU. planea adquirir 26 aviones E-7A para reemplazar al E-3 Sentry, retirado progresivamente desde 2023.
- Las constelaciones satelitales de la Fuerza Espacial comenzarían a desplegarse en 2030, con capacidades GMTI y AMTI.
- El costo operativo del E-3 Sentry ha aumentado un 15% en los últimos cinco años, según un informe del Pentágono de 2024.
- Países como Australia y Corea del Sur operan el E-7A Wedgetail con éxito desde 2012 y 2019, respectivamente.
Capacidades globales y competencia en vigilancia aérea
Entre los adversarios de Estados Unidos, la vigilancia aérea basada en aviones permanece en desarrollo, aunque con avances significativos. China presentó recientemente el KJ-3000, un avión de alerta temprana aerotransportado basado en el transporte Xi’an Y-20B, avistado en pruebas de vuelo en abril de 2025, según Janes Defence Weekly. Además, el nuevo superportaaviones chino desplegará el KJ-600, comparable al E-2 Hawkeye de EE. UU.. Estos desarrollos reflejan un enfoque dual, combinando vigilancia aérea con inversiones en sistemas espaciales.
Rusia, por su parte, opera una flota limitada de Beriev A-50 y A-50U, basados en el Ilyushin Il-76. Informes de Defense News del 15 de abril de 2025 indican que al menos dos A-50 fueron derribados durante operaciones en Ucrania, lo que resalta su vulnerabilidad. El A-100, equipado con un radar AESA, permanece en fase de prototipo, con entregas previstas no antes de 2027. Aunque tanto China como Rusia invierten en vigilancia espacial, ambas naciones valoran las plataformas aéreas por su capacidad de respuesta inmediata y análisis humano en tiempo real.
En el ámbito de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR), los aviones mantienen relevancia a pesar de los avances satelitales. El U-2 Dragon Lady, programado para retirarse en 2026, continúa ejecutando misiones diarias desde bases en Japón, Chipre y Arabia Saudita, según datos de FlightRadar24. Los RQ-4 Global Hawk y RC-135 Rivet Joint también son rastreados regularmente en zonas de conflicto como Ucrania y el Mar de China Meridional, recopilando inteligencia que complementa los datos satelitales.
La combinación de plataformas aéreas y espaciales refleja una estrategia híbrida adoptada incluso por competidores de EE. UU., lo que subraya la importancia de mantener el E-7A Wedgetail como puente hacia un futuro dominado por satélites. La orden de 26 fuselajes ya implica una flota más pequeña que la del E-3 Sentry, lo que podría limitar la capacidad operativa si se reducen aún más.
Futuro del programa E-7A y decisiones presupuestarias

El programa E-7A Wedgetail está demasiado avanzado para una cancelación total, con Boeing invirtiendo en prototipos y la Fuerza Aérea comprometida con pruebas de vuelo iniciales en 2025. Sin embargo, el número exacto de aviones podría fluctuar debido a restricciones presupuestarias. Un informe de Bloomberg del 12 de mayo de 2025 indica que el Congreso evalúa un enfoque gradual para financiar el programa, priorizando entregas iniciales mientras se analiza la viabilidad de los satélites.
La Fuerza Aérea enfrenta presión para equilibrar costos a corto plazo con capacidades a largo plazo. La retirada del E-3 Sentry y el E-6B Mercury reduce las opciones disponibles, haciendo del E-7A Wedgetail una solución inmediata para mantener la superioridad en mando y control aéreo. Países aliados como Australia, que opera el Wedgetail desde 2012, han demostrado su eficacia en operaciones conjuntas, según un informe de Australian Defence Magazine de marzo de 2025.
A medida que el Pentágono define su presupuesto para 2026, la decisión sobre el E-7A Wedgetail dependerá de la evaluación de riesgos operativos frente a los avances tecnológicos. La integración de sensores avanzados en el Wedgetail podría fortalecer su caso como plataforma transitoria, mientras la Fuerza Espacial perfecciona sus constelaciones satelitales. Por ahora, el programa sigue adelante, pero su escala final permanece incierta.