El primer asalto robótico terrestre ruso en Ucrania evidenció limitaciones tácticas y vulnerabilidades frente a contramedidas, culminando en fracaso.
Las ventajas únicas del aire y el mar proporcionan los entornos perfectos para las operaciones con drones, ofreciendo obstáculos mínimos y condiciones óptimas para empresas controladas a distancia. Los cielos abiertos y los vastos océanos se prestan naturalmente a vuelos y viajes de drones sin obstáculos, lo que contrasta marcadamente con los paisajes terrestres cargados de desafíos.
En tierra firme, la presencia de innumerables obstáculos complica significativamente el funcionamiento de los robots teledirigidos. Esto es particularmente evidente en el extenso conflicto en curso entre Rusia y Ucrania, ahora en su vigésimo quinto mes, donde el despliegue estratégico de drones se vuelve crucial. Ambos adversarios utilizan ampliamente drones aéreos, y las fuerzas ucranianas también capitalizan los drones marinos. Sin embargo, el uso de drones terrestres en funciones de combate sigue siendo notablemente escaso.
Si bien no son prominentes en el combate de primera línea, tanto las fuerzas rusas como las ucranianas han encontrado un papel valioso para los robots terrestres en la logística, como las misiones de reabastecimiento, la evacuación de víctimas y el despliegue de minas.
Drones terrestres en combate: un punto de inflexión en el este de Ucrania
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Esta relativa ausencia de drones terrestres en funciones de combate directo se vio dramáticamente desafiada en medio de los escombros de Bakhmut, en el este de Ucrania. Aquí, el ejército ruso se aventuró a desplegar pequeños vehículos terrestres no tripulados (UGV) equipados con lanzagranadas en un asalto agresivo contra la 53ª Brigada Mecanizada ucraniana.
El resultado de esta audaz maniobra fue menos que favorable para estos combatientes robóticos. Las pruebas visuales compartidas por el canal de Telegram @stanislav_osman mostraban dos de estos UGV, marcados notablemente con el número “6”, incapacitados entre los restos de vehículos tripulados destruidos.
Las intenciones exactas detrás del despliegue por parte de Rusia de estos vehículos robóticos lanzagranadas y las contramedidas específicas empleadas por las fuerzas ucranianas siguen sin revelarse. Sin embargo, este incidente subraya las complejidades y los desafíos asociados con la integración de vehículos terrestres robóticos en las estrategias militares convencionales.
Vulnerabilidades de los vehículos robóticos de combate en Modern Warfare
#BigBreaking :-The Ukrainians reported the first use of Russian remote-controlled "robots" equipped with AGS-17 automatic grenade launchers in battle.#GeneralElectionN0W #BillGates #jhope_NEURON #Putin #Ukraine #UkraineWar #RussiaUkraineWar #russia #Israel
— World news🇮🇳 (@DhoniAbhinav) March 29, 2024
(2) Destruction of a… pic.twitter.com/NZVsgOOZ77
El reciente enfrentamiento cerca de Bajmut, donde los vehículos terrestres no tripulados (UGV) rusos se enfrentaron a importantes desafíos, subraya las complejidades previstas por los analistas con respecto a la integración de los UGV en el combate mecanizado.
Este incidente refleja las preocupaciones destacadas por un estudio de 2020 de la Corporación RAND, que simuló enfrentamientos entre unidades de infantería mecanizada del Ejército de EE. UU., equipadas con UGV, y sus contrapartes rusas. El ejercicio tenía como objetivo evaluar la utilidad táctica de los robots terrestres armados dentro de las formaciones de combate del Ejército de los Estados Unidos.
Este estudio alistó 11 UGV con ruedas y orugas para complementar la potencia de fuego de los tanques M-1 estadounidenses y los vehículos de combate de infantería estilo M-2, examinando su rendimiento operativo en varios escenarios de combate. Un problema crítico identificado fue la dependencia de la comunicación por radio para la operación remota, que refleja los desafíos prácticos observados con los UGV de Rusia en el campo.
Guerra Electrónica y Despliegue de RCV: Un Delicado Acto de Equilibrio
• حصل ما لم يكن مُنتظراً..بدأت #روسيا 🇷🇺 في إرسال روبوتات حربية راجمة إلى #أوكرانيا 🇺🇦💥
— HALIM | حـليـم (@shadowh55543098) March 29, 2024
➖ظهرت لأول مرة في خطوط Bakhmut الأمامية روبوتات مزودة بقاذفات القنابل AGS-17 و AGS-30
➖تطلق 30 ذخيرة شديدة الإنفجار مداها 2 كم
➖الذخائر تقوم بتحييد أي هدف يتواجد في محيط 7 متر. pic.twitter.com/PlNVu4Gbe6
La dependencia de los enlaces de radio somete a estos combatientes robóticos a vulnerabilidades significativas, en particular la susceptibilidad a la interrupción de las comunicaciones, ya sea por obstrucciones físicas o esfuerzos de interferencia electrónica dirigidos. Los analistas de RAND señalaron: “En el escenario base, la necesidad de mantener comunicaciones claras e ininterrumpidas con los RCV restringió notablemente la maniobrabilidad [de EE. UU.], lo que desaceleró el ritmo y complicó la orquestación de las operaciones ofensivas [de EE. UU.]”.
El despliegue estratégico de las fuerzas rusas de inhibidores de mochilas, preparados antes de los enfrentamientos, degradó notablemente el mando y el control [de Estados Unidos] sobre los RCV. El desorden operacional resultante con frecuencia dejaba a las unidades no tripuladas incapacitadas o maniobrando erráticamente, convirtiéndolas en blancos fáciles para el fuego enemigo.
Si bien sigue siendo incierto si las contramedidas ucranianas influyeron directamente en el resultado de la incursión inicial de Rusia en el combate terrestre robótico, el potencial de la guerra electrónica para interrumpir las operaciones de UGV es evidente. La habilidad de las fuerzas ucranianas en el empleo de contramedidas electrónicas, neutralizando eficazmente los canales de comunicación críticos para las operaciones con drones, ha sido fundamental para asegurar el dominio aéreo localizado a través de la operación sin obstáculos de sus drones aéreos.
En consecuencia, la perspectiva de un papel más amplio de los UGV armados en el campo de batalla invita a un aumento de la guerra electrónica, ya que los adversarios tratan de explotar las vulnerabilidades de las comunicaciones por radio. Las secuelas de tales enfrentamientos pueden incluir cada vez más la visión de vehículos aéreos no tripulados averiados varados entre los restos de vehículos convencionales, un claro testimonio de la dinámica cambiante de la guerra moderna.