La península rusa de Kola se ha convertido en el foco de atención internacional, ya que el Kremlin ha desplegado recientemente 16 bombarderos estratégicos en la región, generando preocupación en la OTAN.
Esta acción se interpreta como una demostración de fuerza en respuesta a la entrada de Finlandia en la organización.
Preparando una base en el Círculo Polar Ártico
Imágenes de satélite capturadas el 7 de mayo revelan la presencia de dos bombarderos supersónicos Tu-160 y una docena de bombarderos estratégicos Tu-95 en la base aérea de Olenya, ubicada a solo 200 km de Noruega y Finlandia. Cada uno de estos aviones tiene la capacidad de transportar misiles de crucero, tanto convencionales como nucleares.
Olenya, detectada por primera vez en 1957, es una instalación estratégica con una pista de aterrizaje de 3.350 metros de longitud. En el pasado, ha servido como campo de despliegue para ataques nucleares contra Estados Unidos. Además, ha albergado el bombardero de largo alcance Tupolev Tu-22M y ha sido objeto de ataques con drones por parte de Ucrania en el pasado.
Rotación de bombarderos y preparación defensiva
El despliegue de estos bombarderos en el Círculo Polar Ártico podría ser una respuesta a informes de inteligencia que sugieren posibles ataques ucranianos a otras bases aéreas rusas. En diciembre, drones atacaron dos instalaciones rusas, incluida Engels, donde se encontraban previamente los bombarderos desplegados ahora en Kola.
La península de Kola es vital para Rusia, y el país ha tomado medidas para asegurar su defensa. En febrero de 2020, se desplegaron radares Rezonans-N capaces de detectar objetivos hipersónicos, incluyendo aeronaves furtivas, a una velocidad de hasta Mach 20.
Estos radares operan en la banda métrica y tienen un alcance de detección de hasta 600 km para objetivos aerodinámicos y 1.200 km para objetivos balísticos, a una altitud de hasta 100 km.
Moscú claramente está decidido a proteger la península de Kola, y su reciente concentración de fuerzas militares en la región no pasa desapercibida. La OTAN debe tomar nota de estas acciones y evaluar su respuesta en un contexto de creciente tensión en Europa del Este.