Recientemente, Rusia celebró con entusiasmo la asignación de sus últimos tanques T-90M al teatro de operaciones, un acontecimiento que no pasó desapercibido: la retransmisión nacional retrató una congregación de dos mil operarios de fabricación, actuaciones del cantante convertido en figura política Denis Maydanov y de la banda de rock Zemlyane, así como la consagración del equipo por un clérigo ortodoxo.
Este acontecimiento marcó un punto álgido para una entrega de material militar relativamente modesta. Un examen minucioso de los bienes entregados revela un esfuerzo por ocultar el estado real de la producción de tanques en Rusia.
Desvelando el velo de la producción rusa de carros de combate
La inmensa mayoría de los tanques rusos “nuevos”, destinados a suplir las bajas, proceden en realidad de arsenales que llevan décadas desfasados. Estos vehículos se someten a un proceso de reacondicionamiento y, en teoría, se actualizan a los estándares contemporáneos en los centros de reparación BTRZ.
Los resultados de estas mejoras distan mucho de ser asombrosos, ya que están por detrás de modelos contemporáneos como el Abrams y el Challenger 2. Sin embargo, hay una instalación en Rusia capaz de producir nuevos tanques, en particular UralVagonZavod (“Fábrica de Vagones de los Urales”), que se enorgullece de producir el T-90M Proryv (“Avance”), el buque insignia de la maquinaria de guerra rusa.
“El T-90M Proryv puede considerarse el mejor tanque del mundo en la actualidad”, proclamó el presidente Putin en un discurso reciente, según citas de TASS. “Su presencia en el campo de batalla aniquila cualquier posibilidad de resistencia. Su potencia de fuego es más lejana y precisa. Además, goza de una protección superior”.
Sin embargo, la realidad contradice estas afirmaciones. Un T-90M fue devastado en un combate cuerpo a cuerpo con un vehículo de combate M2 Bradley. El Bradley, con armamento inferior, se enfrentó con precisión y rapidez al tanque ruso, neutralizándolo antes de que pudiera reaccionar. Posteriormente, el T-90M fue destruido por un dron kamikaze FPV.
Varios T-90M han caído ante drones ligeros. A pesar de la confianza de Putin en su protección, esta parece insuficiente, y los rusos han tenido que añadir blindaje improvisado en el techo, culminando en un diseño añadido que recuerda a una tarta nupcial, lo que no impidió su detención por una mina y posterior destrucción por un FPV.
Aun así, el T-90M representa lo más avanzado en potencia de fuego, blindaje, comunicaciones y sensores que Rusia puede ofrecer. Con los depósitos de tanques menguando, la necesidad de aumentar la producción para sostener el esfuerzo bélico se hace cada vez más crítica.
Y aunque la inversión en el sector de la defensa ha sido considerable, alcanzando el 7,5% del PIB, no siempre se alcanzan los objetivos propuestos.
La visita presidencial revela más sombras que luces en la producción de tanques
Durante la visita de Putin a UVZ en febrero, las cámaras captaron lo que parecía ser una fábrica saturada de maquinaria de guerra. Sin embargo, un examen más detenido revela una realidad menos impresionante: la mayoría son T-72 en proceso de modernización, con una aparición menor de cinco T-90M.
El material visual más reciente proyecta una imagen sorprendente de la capacidad de Rusia para generar nuevos tanques. Pero, ¿cuántos hay en realidad? Aunque a primera vista parecería que hay un número considerable, una observación más atenta durante el pase de vehículos con Denis Maydanov revela que solo tres hacen su aparición antes de un abrupto corte de cámara. Incluso con una meticulosa selección de ángulos, el máximo registrado en escena es de once unidades.
UVZ informó por última vez de entregas de tanques en diciembre, citando a TASS con una cifra de 15 nuevos T-90M, aunque sin pruebas visuales que respalden tal afirmación. Las entregas parecen ser trimestrales, con 10-15 unidades por lote. Un vídeo de septiembre solo mostraba tres T-90M. Según el análisis OSINT, el número total de T-90M entregados en 2023 fue de 44, y hasta la fecha, en 2024, solo se contabilizan 11, lo que sugiere un estancamiento de la producción.
Este aumento, comparado con la capacidad anterior al conflicto, sigue siendo notable. Sergio Miller, analista de Wavell Room, recuerda el primer contrato de 2017 que estipulaba 30 T-90M, de los cuales solo diez eran de nueva construcción y el resto actualizaciones de versiones T-90A. Están confirmadas 56 entregas hasta agosto de 2021, en cuatro años.
44 nuevos tanques al año: ¿Suficientes para mantener el progreso?
Con respecto a la flota de T-90 existente, concretamente el modelo T-90A, se supone que hay cientos en servicio. Sin embargo, la vigilante comunidad OSINT ha registrado una ausencia casi total de los mismos en Ucrania tras el inicio de la invasión. ¿Cuál ha sido el destino de los T-90A?
La teoría predominante sugiere una retirada total de los T-90A para actualizarlos a T-90M. Aunque la UVZ afirma que se construyeron desde cero lotes posteriores, las observaciones de OSINT cuestionan esta afirmación, identificando unidades T-90M con características antiguas.
La reestructuración de la industria siderúrgica rusa ha limitado su capacidad para producir aceros especiales de alta resistencia, esenciales para componentes militares clave. Esto plantea dudas sobre la viabilidad a largo plazo de mantener un flujo constante de unidades del T-90M, especialmente teniendo en cuenta las importantes pérdidas de carros de combate sufridas hasta la fecha.
Incluso si Rusia es capaz de modificar unos 200 T-90A a los estándares del T-90M, las bajas acumuladas sugieren que estos esfuerzos pueden ser insuficientes para reponer eficazmente las pérdidas. Mientras la UVZ continúe su producción, es probable que la presencia de tanques rusos en el frente experimente un declive gradual, un hecho que no puede ser enmascarado por ningún espectáculo mediático.