Cada vez que el presidente de los Estados Unidos se desplaza por aire, suele hacerlo en uno de los dos Boeing 747-200B especialmente configurados para tal fin. Este procedimiento demanda una meticulosa coordinación y planificación que se extiende por varias horas antes de cada desplazamiento.
El denominado Air Force One, o técnicamente VC-25, no solo transporta al presidente, sino también a su equipo de trabajo y a un grupo selecto de periodistas de la Casa Blanca. Precediendo al avión presidencial en cada misión, viaja otro aeronave encargada de trasladar la limusina presidencial y los vehículos del Servicio Secreto. Este rol es cumplido por el C-17 Globemaster de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
Capacidad operativa y legado técnico del C-17 Globemaster
El McDonnell Douglas/Boeing C-17 Globemaster III, un robusto avión de transporte de carga pesada, evolucionó a partir del prototipo McDonnell Douglas YC-15, un modelo táctico STOL (despegue y aterrizaje corto) de cuatro motores originalmente diseñado para reemplazar al Lockheed C-130 Hércules. Aunque el YC-15 nunca avanzó más allá de la etapa de prototipo, sirvió de base para el desarrollo del significativamente mayor McDonnell Douglas/Boeing C-17.
Concebido en la década de 1970 para sustituir al Lockheed C-141 Starlifter y complementar algunas funciones del Lockheed C-5 Galaxy, el C-17 realizó su primer vuelo el 15 de septiembre de 1991, y fue oficialmente incorporado al servicio de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) el 17 de enero de 1995. La fusión en 1997 de McDonnell Douglas con Boeing no detuvo la producción del C-17, que continuó en Long Beach, California, hasta el año 2015, alcanzando un total de 279 unidades fabricadas.
Este avión ha sido pieza clave en las operaciones estratégicas y tácticas de la USAF, incluyendo el transporte de tropas y carga a escala global. Además, el C-17 ha desempeñado funciones críticas en operaciones de lanzamiento aéreo, evacuaciones médicas y entrega de ayuda humanitaria tras desastres naturales.
Especificación | Detalles |
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Tripulación | Dos pilotos y un jefe de carga |
Carga | 18 palets maestros de 463L o una mezcla de carga paletizada y vehículos. 102 paracaidistas o 134 soldados |
Largura | 174 pies |
Envergadura | 169 pies |
Altura | 55 pies 1 pulgada |
Zona alar | 3,800 pies cuadrados |
Peso en vacío | 282,500 libras |
Peso máximo al despegue | 585,000 libras |
Capacidad de combustible | 35,546 galones estadounidenses |
Planta motriz | 4 motores turbofan Pratt & Whitney PW2000 |
El segundo avión que acompaña al Air Force One en sus desplazamientos es el Boeing E-4, una aeronave con capacidades excepcionales, destinada a servir como búnker nuclear y centro de comando y control en vuelo. Originado en el contexto de la Guerra Fría para el programa del Puesto de Mando Aerotransportado de Emergencia Nacional (NEACP), este Boeing 747-200B ha sido significativamente modificado para cumplir con sus funciones estratégicas.
Aspecto de Rendimiento | Detalles |
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Velocidad de crucero | 520 mph |
Gama | 2,780 millas |
Rango de ferry | 7,110 millas |
Techo de servicio | 45,000 pies |
Distancia de despegue con el peso máximo | 8,200 pies |
Distancia de aterrizaje | 3,500 pies |
El Boeing E-4: Fortaleza aérea y vigilancia constante
La Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) mantiene una flota de cuatro Boeing E-4, operados desde la Base de la Fuerza Aérea de Offutt, situada cerca de Omaha, Nebraska. Introducidos inicialmente en servicio en 1974 y estacionados en la Base de la Fuerza Aérea Andrews en Maryland, estos aviones proporcionaban un acceso rápido al presidente en caso de crisis, ubicados a solo un corto vuelo en helicóptero de cuatro minutos desde la Casa Blanca. Sin embargo, por razones de seguridad estratégica y para protegerlos de ataques sorpresa, estos aviones, apodados “Doomsday”, fueron posteriormente reubicados a la Base de Offutt.
Para garantizar una respuesta inmediata en cualquier momento, al menos uno de los Boeing E-4 permanece completamente tripulado y en estado de alerta las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Además, existen equipos de relevo preparados y a la espera en la Base de la Fuerza Aérea Andrews en Maryland y en la Base de la Fuerza Aérea Wright-Patterson, cerca de Dayton, Ohio, asegurando que la capacidad de comando y control estratégico del presidente esté siempre disponible y operativa.
Característica | Especificación |
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Tripulación | Cuatro |
Capacidad | 108 pasajeros |
Largura | 231 pies 4 pulgadas |
Envergadura | 195 pies 8 pulgadas |
Altura | 63 pies 5 pulgadas |
Zona alar | 5,500 pies cuadrados |
MTOW (Peso Máximo al Despegue) | 833,000 libras |
Planta motriz | 4 × motores turbofan General Electric F103 |
Aspecto de Rendimiento | Detalles |
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Velocidad de crucero | 566 mph |
Velocidad máxima | 602 mph |
Resistencia sin repostar | 12 horas |
Resistencia con reabastecimiento aéreo | Más de 150 horas |
Techo de servicio | 45,000 pies |
Carga alar | 150 libras por pie cuadrado |
Evolución y simbolismo del Air Force One en la diplomacia estadounidense
La decisión de asignar un avión específico para el presidente de los Estados Unidos se tomó durante la Segunda Guerra Mundial, en un contexto donde Franklin D. Roosevelt necesitaba viajar a Yalta, Crimea, para un encuentro crucial con Winston Churchill y Joseph Stalin en 1945. Esta reunión tenía como fin discutir el futuro de Europa tras la inminente derrota de Alemania.
El modelo seleccionado para tal servicio fue el cuatrimotor Douglas C-54 Skymaster. Concluida la Conferencia de Yalta, el avión continuó en uso bajo la administración de Harry S. Truman por dos años adicionales. Posteriormente, un Lockheed Constellation tomó el relevo y, con el tiempo, se instituyó el distintivo “Air Force One”. Esta denominación se oficializó en 1953, durante la presidencia de Dwight D. Eisenhower, cuando el avión presidencial ingresó por error en un espacio aéreo ocupado por un vuelo comercial con el mismo indicativo.
Al aproximarse el fin de la segunda gestión de Eisenhower, John Foster Dulles, entonces secretario de Estado, informó al presidente que Nikita Khrushchev, su homólogo soviético, había empezado a utilizar un turbohélice Tupolev Tu-114 para sus desplazamientos. Este hecho precipitó la elección del Boeing 707 como el nuevo Air Force One, marcando una era de modernización en el transporte aéreo presidencial.
La transformación más notable del Air Force One ocurrió con la llegada de John F. Kennedy a la presidencia en 1961. En ese entonces, el avión mantenía una apariencia similar a otros aviones militares. Jacqueline Kennedy, la primera dama, propuso consultar al diseñador industrial franco-estadounidense Raymond Loewy para una revisión estética.
Inspirado en la tipografía Caslon de la Declaración de Independencia, Loewy diseñó una nueva librea que incorporaba dos tonos de azul en el fuselaje, simbolizando tanto el pasado histórico como el futuro del país. Posteriormente, se añadieron el gran sello presidencial y la bandera de los Estados Unidos, otorgando al Air Force One su icónica imagen que perdura hasta hoy.