La RAF lanza el dron StormShroud para cegar radares enemigos y apoyar cazas F-35 y Typhoon en combates aéreos disputados.
StormShroud: nuevo dron de guerra electrónica de la RAF
La Real Fuerza Aérea (RAF) del Reino Unido presentó el StormShroud, un avión no tripulado de guerra electrónica diseñado para operar junto a cazas tripulados en entornos de combate de alta intensidad. Este dron, basado en la plataforma Tekever AR3, está equipado con un paquete de guerra electrónica fabricado por Leonardo que interfiere radares enemigos y desactiva sistemas de defensa aérea integrados. Según la RAF, el sistema incrementa la capacidad de supervivencia y eficacia operativa de sus cazas furtivos F-35B de quinta generación y los Eurofighter Typhoon de cuarta generación. El anuncio, realizado en octubre de 2024, marca un paso significativo en la estrategia británica para integrar sistemas no tripulados en operaciones aéreas.
El StormShroud se distingue por su enfoque táctico. A diferencia de los drones desechables o los cuadricópteros baratos utilizados en conflictos como el de Ucrania, este dron pertenece al nivel dos en la clasificación de la RAF, lo que implica que es “desgastable” y puede perderse tras varias misiones. Operado por el Escuadrón 216, el dron será desplegado por equipos terrestres entrenados para actuar en entornos de alta amenaza. Su diseño responde a lecciones aprendidas en Ucrania, donde los drones han demostrado ser cruciales para contrarrestar defensas aéreas enemigas, según el secretario de Defensa británico, John Healey.
El sistema no está diseñado para ser controlado directamente por los cazas, sino que sigue una ruta preprogramada, lo que lo diferencia del programa Collaborative Combat Aircraft (CCA) de la F}}
Introducing a new uncrewed aircraft into service: StormShroud.
— Royal Air Force (@RoyalAirForce) May 2, 2025
The first of a new family of Autonomous Collaborative Platforms (ACPs), this will revolutionise the RAF’s advantage in the most contested battlespaces.
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La RAF planea desarrollar más drones para complementar sus cazas, siguiendo una tendencia global hacia la integración de sistemas tripulados y no tripulados. Sin embargo, el StormShroud es menos avanzado que los CCA de la USAF, que son drones a reacción con mayor autonomía y capacidad para llevar armas adicionales. Según Stacie Pettyjohn, directora del Programa de Defensa del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense, el StormShroud actúa como un inhibidor o señuelo, no como un “ala leal” que opera en formaciones con los F-35.
Datos clave sobre el StormShroud y su impacto
- Plataforma: Basado en el Tekever AR3, probado en Ucrania.
- Función: Guerra electrónica para cegar radares y desactivar defensas aéreas.
- Clasificación: Dron de nivel dos, “desgastable” tras varias misiones.
- Operación: Lanzado por equipos terrestres, operado por el Escuadrón 216.
- Integración: Apoya a cazas F-35B y Eurofighter Typhoon.
Estrategia de la RAF para drones colaborativos
La RAF clasifica sus drones en tres niveles: los de nivel uno son desechables tras un uso, los de nivel dos, como el StormShroud, son desgastables, y los de nivel tres son reutilizables a largo plazo. Esta estructura permite a la RAF adaptar sus sistemas no tripulados a diferentes misiones, desde la recopilación de inteligencia hasta el ataque. El StormShroud, con su enfoque en guerra electrónica, ofrece una solución económica y rápida para contrarrestar defensas aéreas enemigas, un aspecto crítico en conflictos modernos, como se observa en Ucrania.
El desarrollo del StormShroud refleja el compromiso de la RAF con tecnologías de vanguardia, según el mariscal jefe del aire, Sir Rich Knighton. El dron proporciona una “masa barata y precisa”, lo que permite a las fuerzas británicas mantener una ventaja en combates aéreos disputados. A diferencia de los drones de ataque de largo alcance o los CCA, el StormShroud prioriza la interferencia electrónica sobre la capacidad ofensiva directa.
El programa también responde a la necesidad de adaptarse a un entorno global más peligroso, donde las defensas aéreas integradas representan una amenaza creciente. La RAF busca equilibrar costos y capacidades, utilizando drones como el StormShroud para proteger activos tripulados más costosos, como los F-35B, que tienen un valor unitario superior a los 100 millones de dólares.

El StormShroud no es un dron de vista en primera persona ni un cuadricóptero barato, como los utilizados por Rusia o Ucrania. Su diseño está orientado a operaciones específicas de guerra electrónica, con un enfoque en la rapidez de despliegue y la eficacia en entornos hostiles.
Contexto global y lecciones de Ucrania
La guerra en Ucrania ha acelerado el desarrollo de drones en todo el mundo, y el StormShroud incorpora lecciones de ese conflicto. La capacidad de los drones para neutralizar radares y defensas aéreas ha sido un factor decisivo en Ucrania, donde sistemas como el S-400 ruso han planteado desafíos significativos. El Tekever AR3, base del StormShroud, ha demostrado su fiabilidad en ese teatro de operaciones, lo que influyó en su selección por parte de la RAF.
El enfoque británico contrasta con el de la USAF, cuyo programa CCA prioriza drones más grandes y autónomos capaces de operar como extensiones de los cazas. Mientras que los CCA pueden llevar misiles o realizar misiones ofensivas, el StormShroud se centra en la supresión de defensas aéreas enemigas, una función complementaria que reduce el riesgo para los pilotos y los cazas tripulados.
La RAF también planea diversificar su flota de drones, con sistemas que abarquen desde los desechables hasta los reutilizables de nivel tres. Esta estrategia busca maximizar la flexibilidad operativa, permitiendo a las fuerzas británicas responder a una amplia gama de amenazas en escenarios futuros.
El despliegue del StormShroud por equipos terrestres en entornos de alta amenaza subraya la evolución de las tácticas británicas. Estos equipos, capacitados para operar en condiciones adversas, pueden lanzar el dron rápidamente, proporcionando apoyo inmediato a las operaciones aéreas. Este enfoque ágil es coherente con las tendencias globales, donde la rapidez y la adaptabilidad son esenciales en el combate moderno.