EE. UU. y Francia prueban el Rafale para reabastecer F/A-18, fortaleciendo la interoperabilidad entre aliados.
Pruebas conjuntas mejoran capacidades de reabastecimiento aéreo
La División de Aviones del Centro de Guerra Aérea Naval de la Armada de los Estados Unidos (NAWCAD) anunció que se realizan pruebas para certificar el Rafale M de fabricación francesa como cisterna para los aviones F/A-18 Hornet, Super Hornet y EA-18G Growler. Estas pruebas, lideradas por un equipo conjunto del Centro de Experimentación de Aeronáutica Naval (CEPA/10S) de la Armada francesa y el Escuadrón de Pruebas y Evaluación Aérea (VX) 23 de la Marina estadounidense, buscan ampliar el alcance operativo y la interoperabilidad entre las fuerzas aliadas. “La asociación de calificación de aviones cisterna allana el camino para un alcance extendido y una interoperabilidad mejorada para el poder aéreo aliado”, informó el servicio en un comunicado.
Las pruebas, cuya ubicación exacta no se especificó, se llevan a cabo en las cercanías del río NAS Patuxent, Maryland, según imágenes publicadas en el Servicio de Distribución de Información Visual de Defensa (DVIDS). Dos fotografías, capturadas el 28 de abril de 2025, muestran un Rafale M y un F/A-18D en vuelo conjunto. Una tercera imagen, tomada el 1 de abril de 2025, registra al Rafale reabasteciendo un F/A-18F Super Hornet, lo que sugiere que las pruebas comenzaron al menos un mes antes. Todas las imágenes muestran el mismo Rafale, y no se confirmó si un segundo avión se desplegó como repuesto.
El objetivo es certificar oficialmente la capacidad del Rafale para reabastecer a la familia F/A-18, una iniciativa que fortalece la cooperación entre la Marina de los EE. UU. y la Armada francesa. Este esfuerzo se enmarca en una serie de ejercicios conjuntos previos que han buscado mejorar la interoperabilidad entre ambas fuerzas, incluyendo operaciones de vuelo entre portaaviones y reabastecimientos aéreos.
Un antecedente reciente ocurrió en febrero de 2025, durante el Ejercicio Pacific Steller en el Mar de Filipinas. En este evento, conocido como Evento de Cubierta Multigrande (MLDE), participaron la Marina de los EE. UU., la Armada francesa y la Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón. Además de operaciones de vuelo cruzadas, un Rafale M reabasteció un F/A-18F Super Hornet, según imágenes y videos difundidos. Aunque no hay registros previos de un F/A-18 reabastecido por un Rafale, en marzo de 2015, un F/A-18E reabasteció dos Super Etendard y un Rafale M sobre el Golfo Pérsico.

Datos clave sobre la interoperabilidad Rafale-F/A-18
- El Rafale M usa la cápsula NARANG para reabastecimiento, certificada en enero de 2021.
- Las pruebas se realizan en el río NAS Patuxent, Maryland, desde al menos abril de 2025.
- El Ejercicio Pacific Steller de febrero 2025 marcó un hito en reabastecimiento cruzado.
- La configuración de cisterna del Rafale incluye cuatro tanques externos y una cápsula NARANG.
Configuración y capacidades del Rafale como cisterna
El Rafale M, operado desde el portaaviones FNS Charles De Gaulle, desempeña funciones de cisterna similares a las del F/A-18 en la Marina estadounidense. En configuraciones de reabastecimiento, el Rafale lleva dos tanques externos de 2.000 litros, dos de 1.250 litros y una cápsula de reabastecimiento NARANG (nacelle de ravitaillement nouvelle generation). Esta cápsula, desarrollada por Safran, incorpora mejoras basadas en sistemas previos usados por los retirados Etendard y Super Etendard. La certificación de la NARANG en enero de 2021 permitió al Rafale F3-R, introducido en marzo de 2021, asumir roles de reabastecimiento operativo.
Durante su primer despliegue en la misión Clemenceau de 2021, a bordo del Charles de Gaulle, la cápsula NARANG acumuló unas 250 horas de funcionamiento, según datos de 2024. Este sistema permite al Rafale extender el alcance de las misiones y proporcionar combustible a aviones en espera de aterrizaje, mejorando la seguridad operativa en portaaviones, donde los aviones cisterna dedicados no siempre están disponibles.
La interoperabilidad entre el Rafale y el F/A-18 también se ha fortalecido mediante ejercicios de cubierta cruzada. Ambas aeronaves han participado en operaciones conjuntas que simulan despliegues en portaaviones aliados, un concepto similar al del F-35B del Cuerpo de Marines de EE. UU. que operó desde el HMS Queen Elizabeth de la Royal Navy en 2020. Estas actividades reflejan un esfuerzo continuo por integrar capacidades entre las armadas aliadas.
La certificación del Rafale como cisterna para el F/A-18 no solo amplía las opciones logísticas de las fuerzas navales, sino que también establece un precedente para futuras colaboraciones. La posibilidad de desplegar cazas en portaaviones aliados podría convertirse en una práctica estándar, incrementando la flexibilidad operativa en teatros conjuntos.
Impacto estratégico de la certificación

Las pruebas actuales representan un paso significativo hacia la estandarización de capacidades entre la Marina de los EE. UU. y la Armada francesa. La certificación del Rafale como cisterna para los F/A-18 garantiza mayor flexibilidad en operaciones conjuntas, especialmente en escenarios donde el acceso a aviones cisterna dedicados es limitado. Esta capacidad es crucial en teatros de operaciones extensos, como el Indo-Pacífico o el Mediterráneo, donde los portaaviones aliados operan con frecuencia.
El trabajo conjunto entre el CEPA/10S y el VX-23 también destaca la importancia de las pruebas rigurosas para garantizar la seguridad y eficacia del reabastecimiento aéreo. Las imágenes publicadas en DVIDS confirman que las pruebas abarcan maniobras complejas, como el reabastecimiento en vuelo, que requieren precisión y coordinación entre las tripulaciones de ambos países.
La colaboración en este proyecto se basa en una larga historia de cooperación entre las armadas estadounidense y francesa, incluyendo ejercicios como el MLDE y despliegues operativos conjuntos. La certificación del Rafale como cisterna para el F/A-18 no solo mejora las capacidades tácticas, sino que también refuerza los lazos estratégicos entre ambos países, sentando las bases para futuras innovaciones en interoperabilidad naval.
El éxito de estas pruebas podría influir en otros programas de integración entre aliados de la OTAN, especialmente en el contexto de portaaviones y aviación naval. A medida que las armadas buscan maximizar sus recursos, la capacidad de compartir roles como el reabastecimiento aéreo se convierte en un factor clave para mantener la superioridad operativa en entornos desafiantes.