En el mundo actual, la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, y junto con ella, la evolución de las amenazas en el ámbito militar.
Uno de los desafíos más apremiantes que enfrentan las fuerzas armadas de todo el mundo es la proliferación de sistemas aéreos no tripulados (UAS, por sus siglas en inglés) que representan una amenaza real y tangible.
Para abordar este desafío, el General Michael “Erik” Kurilla, Comandante del Mando Central de Estados Unidos, y el General Fayyad al-Ruwali, Jefe del Estado Mayor del Reino de Arabia Saudí, lideraron una colaboración histórica entre ambos ejércitos. Juntos, junto con otros líderes de ambas naciones, observaron la segunda iteración del ejercicio del Centro Integrado de Experimentación Red Sands, conocido como Red Sands 23.2.
Una Alianza Estratégica: Estados Unidos y Arabia Saudí
Red Sands 23.2 marcó un hito en la colaboración entre dos naciones comprometidas con la seguridad regional y la defensa contra las amenazas emergentes.
Estados Unidos y Arabia Saudí unieron fuerzas para abordar el creciente desafío que representan los sistemas aéreos no tripulados, una amenaza que no distingue fronteras ni intereses nacionales.
La Importancia de Red Sands 23.2
Red Sands 23.2 no fue simplemente un ejercicio militar más; fue la culminación de meses de arduo trabajo en el desarrollo de tecnologías y estrategias para contrarrestar los UAS.
Esta iteración del ejercicio incluyó una amplia gama de actividades, desde entrenamiento hasta demostraciones operativas y pruebas de sistemas.
Nueve sistemas, cada uno empleando diversas técnicas cinéticas y no cinéticas, fueron sometidos a rigurosas evaluaciones para destruir o inutilizar UAS hostiles.
Desarrollo Rápido: La Clave del Éxito
Uno de los aspectos más destacados de Red Sands 23.2 fue el enfoque en el desarrollo rápido de prototipos. Esta estrategia permitió abordar los problemas militares más desafiantes de manera ágil y efectiva.
La colaboración con socios saudíes en este proceso fue fundamental para lograr avances significativos en un tiempo récord.
La amenaza de los UAS es una realidad, y la respuesta conjunta en el Centro Integrado de Experimentación Red Sands representa un paso crucial hacia su derrota.
La Defensa Aérea Basada en Tierra (GBAD)
Una de las soluciones clave que se destacaron en Red Sands 23.2 es la Defensa Aérea Basada en Tierra (GBAD).
Esta estrategia combina varios sistemas, incluyendo el radar de banda S RADA RPS-42 existente, el sistema de guerra electrónica Sierra Nevada Modi, sensores visuales Lockheed Martin y el UAV antidrones Raytheon Coyote.
La sinergia entre estos componentes permite a las fuerzas de defensa aérea detectar, rastrear y neutralizar de manera efectiva los drones hostiles.
Tecnología de Vanguardia: LMADIS
Dentro del arsenal de GBAD se encuentra el sistema LMADIS (Light Marine Air Defense Integrated System). Este sistema incluye el radar de vigilancia aérea hemisférica RADA RPS-42 montado en un vehículo MRZR.
El radar de banda S de corto alcance es excepcionalmente sensible y capaz de detectar una amplia gama de objetivos. Además, una bola óptica multisensor CM202 giroestabilizada permite la identificación precisa de objetivos aéreos tanto de día como de noche.
LMADIS es una muestra del compromiso continuo con la innovación y la excelencia en la defensa contra los UAS.
La Misión de la Fuerza de Tarea Central 39
Estados Unidos desempeñó un papel fundamental en la fase de fuego real de Red Sands 23.2. La Fuerza de Tarea Central 39 del Ejército de Estados Unidos lideró esta misión en el campo de tiro Shamal-2, ubicado en el noreste de Arabia Saudí.
La misión de la TF 39 es encontrar y probar capacidades y técnicas innovadoras para contrarrestar las amenazas de los UAS en nombre del U.S. Army Central.
Esta colaboración con los socios saudíes y los proveedores militares y comerciales fue esencial para demostrar y evaluar las capacidades emergentes más prometedoras en la lucha contra estos sistemas.
El Futuro de Red Sands
Las futuras iteraciones de los ejercicios Red Sands se basarán en los éxitos y conocimientos adquiridos en Red Sands 23.2. Las Fuerzas Armadas estadounidenses y saudíes continuarán trabajando en estrecha colaboración para abordar los desafíos militares más difíciles.
Esta alianza estratégica no solo garantiza la seguridad regional, sino que también resalta el valor de la innovación y la cooperación internacional en la búsqueda de soluciones efectivas.
En resumen, Red Sands 23.2 representa un hito en la colaboración entre Estados Unidos y Arabia Saudí para abordar la amenaza cada vez mayor de los sistemas aéreos no tripulados.