Este fin de semana se ha marcado un hito significativo para las capacidades de defensa aérea del Reino Unido, con la llegada de un nuevo caza Lockheed Martin F-35 Lightning II.
Esta última llegada eleva el total a treinta unidades de este avanzado avión de quinta generación en servicio en el país, a las que se suman otros cuatro ejemplares actualmente en fase de pruebas en suelo estadounidense.
Las fuerzas armadas británicas avanzan con paso firme hacia el objetivo de integrar un total de cuarenta y siete F-35 en su flota aérea para finales del próximo año. El Ministerio de Defensa del Reino Unido, entusiasmado con esta expansión, ya está planeando la adquisición de un segundo lote de estos aviones, según revelaciones del UK Defence Journal.
Jeremy Quin, en su calidad de ministro de Estado del Ministerio de Defensa en aquel momento, declaró a UK Defence Journal: “La asignación presupuestaria para la compra de un segundo F-35 Lightning se ha concedido al Mando Aéreo en nuestro reciente ciclo presupuestario anual”. Quin también subrayó: “Está decidido: adquiriremos 48 unidades. Y nuestra intención de ampliar nuestra flota más allá de eso es firme y clara”.
Como participante destacado en el programa F-35 Joint Strike Fighter, el Reino Unido se comprometió inicialmente a la adquisición de 138 unidades de la variante F-35B —capaz de despegues y aterrizajes cortos/verticales—, aunque esta cifra se ajustó posteriormente para redirigir fondos a otros proyectos prioritarios, como el Programa Aéreo de Combate Global (GACP), centrado en el desarrollo de un caza de sexta generación y sus sistemas complementarios.
Retos y avances en el programa británico del F-35
En 2022, uno de los F-35 británicos sufrió un percance al estrellarse en el HMS Queen Elizabeth, el portaaviones insignia, durante su regreso de una misión en el Indo-Pacífico.
La integración de sistemas de armamento avanzados en los F-35 de la Royal Air Force, concretamente el misil aire-aire de largo alcance Meteor y el misil de crucero SPEAR 3, está prevista para finales de esta década. El Meteor, desarrollado por MBDA en colaboración con varios países europeos, representa una mejora significativa de la capacidad de combate más allá del alcance visual.
Sin embargo, la implantación de este sistema en el F-35B ha sufrido retrasos, lo que ha alterado los planes iniciales de equiparlo a mediados de esta década.
El F-35 alcanza un nuevo horizonte de producción
En enero, Lockheed Martin, el gigante aeroespacial y de defensa, anunció la finalización del F-35 Lightning II número 1.000, lo que pone de relieve la preponderancia del F-35 sobre cualquier otro diseño de avión furtivo actualmente en servicio.
Comparado con cazas de cuarta generación como el F-15 Eagle y el Sukhoi Su-27 (“Flanker” según la designación de la OTAN), el F-35 destaca por alcanzar una producción superior a las 1.000 unidades, un hito pocas veces visto en la aviación de combate moderna.
Los informes de la Oficina del Programa Conjunto del F-35 indican que la flota mundial de este caza ha acumulado más de 773.000 horas de vuelo, distribuidas en 469.000 misiones. Con más de una docena de naciones aliadas incorporando o planeando incorporar el F-35 a sus fuerzas armadas, su huella global en la defensa aérea es indiscutible.