La USAF retiró el SR-71 Blackbird en 1990 por prioridades estratégicas y rivalidades internas, no por limitaciones presupuestarias, pese a su capacidad única.
Retiro del SR-71 Blackbird: decisiones internas sobre costos
El SR-71 Blackbird, un avión de reconocimiento estratégico de alta velocidad y altitud, dejó de operar en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) el 26 de enero de 1990. Este avión, capaz de volar a Mach 3.2 y 85,000 pies, recopiló inteligencia crítica durante la Guerra Fría sin sufrir pérdidas por acciones hostiles. Desde 80,000 pies, cubría 100,000 millas cuadradas por hora, proporcionando datos en tiempo real sobre conflictos como la Guerra de Yom Kippur (1973), la invasión israelí del Líbano (1982), el ataque estadounidense a Libia (1986) y las baterías de misiles iraníes Silkworm (1987). A pesar de su historial, la USAF optó por su retiro, influenciada por prioridades internas y la percepción de que los satélites espías podían reemplazarlo.
El SR-71, desarrollado por la división Skunk Works de Lockheed Corporation, entró en servicio en 1966 tras su primer vuelo el 22 de diciembre de 1964. Su diseño, basado en el A-12 de la CIA, incorporaba titanio y pintura negra especial para disipar calor, permitiendo operar en entornos extremos. Durante su carrera, los 32 Blackbirds construidos (incluyendo las variantes SR-71A, SR-71B y SR-71C) acumularon miles de horas de vuelo. El avión estableció récords imbatibles, como el vuelo transcontinental de 1990, cubriendo 2,086 millas en 67 minutos, con un tramo de St. Louis a Cincinnati en 8 minutos y 32 segundos, a 2,176.08 mph.
La decisión de retirar el SR-71 se gestó en 1989, cuando las operaciones, salvo vuelos de entrenamiento, cesaron tras la eliminación de su presupuesto para 1990. La estructura del avión no presentaba fatiga; los ciclos de calentamiento y enfriamiento en cada misión fortalecían su fuselaje de titanio. Además, había suficientes piezas en almacenamiento, incluyendo motores, y la capacidad de fabricar componentes adicionales, aunque no nuevos aviones, ya que las herramientas de producción fueron destruidas en los años 60 por orden del entonces secretario de Defensa Robert McNamara.
El retiro no respondió a costos operativos insostenibles. Estimaciones de fuentes confiables indican que volar un SR-71 costaba aproximadamente 50,000 dólares por hora, significativamente menos que los 400 millones anuales citados por algunos oficiales. La narrativa de costos elevados sirvió para justificar la reasignación de fondos hacia programas como el bombardero B-2, considerado prioritario por el Comando Aéreo Estratégico (SAC).
Datos clave sobre el retiro del SR-71 Blackbird
- Fecha de retiro: 26 de enero de 1990, con cese de operaciones en noviembre de 1989.
- Costo por hora: Aproximadamente 50,000 dólares, frente a estimaciones infladas de 400 millones anuales.
- Condición del avión: Sin fatiga estructural; existían piezas suficientes en almacenamiento.
- Récord final: Vuelo transcontinental de 1990, 2,086 millas en 67 minutos, a 2,124.5 mph.
- Reactivación parcial: Tres aviones volvieron al servicio en 1995, pero el programa terminó en 1998.
Impacto inmediato y reconsideración del SR-71
El retiro del SR-71 dejó un vacío en la capacidad de reconocimiento rápido, evidente durante la Operación Escudo del Desierto y la Tormenta del Desierto (1991). Comandantes como el general Norman Schwarzkopf destacaron la ausencia de un avión capaz de proporcionar inteligencia táctica en tiempo real, forzando el uso de aviones menos efectivos como el RF-4 y el F-18. La CIA, el Departamento de Estado y la Marina habían sido usuarios clave del SR-71, valorando su capacidad para operar en escenarios de alto riesgo, a diferencia de la USAF, que priorizaba otros programas.
En 1993, preocupaciones sobre puntos conflictivos globales, desde el Medio Oriente hasta Corea del Norte, llevaron al Congreso a autorizar 100 millones de dólares para reactivar tres SR-71 en 1994, aunque el monto se redujo a 72.5 millones. Skunk Works, bajo la dirección de Jay Murphy, completó la reactivación por 72 millones, demostrando eficiencia. Sin embargo, la falta de un presupuesto específico y la necesidad de reautorización anual dificultaron la planificación a largo plazo. En 1996, la USAF afirmó que no había fondos asignados, y en octubre de 1997, el presidente Bill Clinton utilizó un veto de línea para eliminar el financiamiento de 39 millones, decisión que la Corte Suprema declaró inconstitucional en 1998, aunque no revirtió el retiro.
La USAF retiró permanentemente el SR-71 en 1998. NASA, que operó dos Blackbirds hasta 1999, realizó misiones de investigación, incluyendo el experimento Linear Aerospike SR-71 (LASRE) en 1997-1998, para estudiar motores aerospike para el proyecto X-33 VentureStar, abandonado en 2001. Desde entonces, las misiones de reconocimiento del SR-71 han sido asumidas por satélites y drones como el RQ-180.
Legado del SR-71 y su relevancia estratégica
El SR-71 Blackbird sigue siendo el avión tripulado más rápido y de mayor altitud, con récords intactos tras más de 50 años. Su diseño, liderado por Clarence “Kelly” Johnson, integró innovaciones como materiales compuestos y reducción de sección radar, precursoras de la tecnología furtiva. Durante su operación, ningún SR-71 fue derribado, gracias a su velocidad y altitud, que lo hacían inalcanzable para misiles y cazas enemigos.
La Marina apoyó al SR-71 tras la pérdida de capacidad de reconocimiento con el retiro del RA-5C Vigilante. Sin embargo, la USAF, que asumía los costos operativos, no aprovechó plenamente su inteligencia, priorizando programas de mayor visibilidad. La demanda de misiones superaba la disponibilidad de aviones, con solicitudes constantes desde múltiples agencias. Tras su retiro, Lockheed Martin propuso el SR-72, un sucesor no tripulado con velocidad Mach 6, aunque la USAF optó por el RQ-180 para misiones de inteligencia estratégica.
El SR-71 marcó un hito en la aviación, pero su retiro reflejó decisiones estratégicas y rivalidades internas más que limitaciones técnicas o económicas. Su ausencia en conflictos posteriores subrayó la dificultad de reemplazar su combinación única de velocidad, altitud y capacidad de respuesta inmediata.