Rusia afirma haber desarrollado un sistema de guerra electrónica capaz de interferir satélites en órbita geoestacionaria a 36.000 kilómetros de altitud, según el medio estatal Ria Novosti.
Un nuevo avance en la guerra electrónica
El sistema de guerra electrónica desarrollado por las empresas rusas del complejo militar-industrial, supuestamente puede suprimir satélites en órbita geoestacionaria con su señal. A distancias menores, la potencia del emisor podría causar daños irreparables en la electrónica enemiga.
La revelación se hizo en el “Día del Especialista en Guerra Electrónica”, celebrado anualmente en Rusia el 15 de abril.
Rusia demostró sus capacidades antisatélite en noviembre de 2021 al destruir uno de sus satélites en una prueba antisatélite de ascenso directo (ASAT).
Ataque cibernético previo a la invasión de Ucrania
Antes de la invasión de Ucrania, Rusia lanzó un ciberataque contra la empresa estadounidense Viasat, paralizando el mando y control ucranianos. El ataque afectó a miles de usuarios de Internet en Europa y dejó fuera de servicio casi 5.800 turbinas eólicas en Alemania y Europa Central.
Esto evidencia la formidable capacidad antisatélite de Rusia, tanto cinética como no cinética.
¿Qué tan viable es la afirmación rusa?
Se le consultó al coronel Konstantinos Zikidis, de las Fuerzas Aéreas Helénicas, para evaluar la viabilidad de las afirmaciones rusas. Según él, la única solución posible para atacar un satélite GEO sería un arma de energía dirigida en forma de láser de muy alta energía.
Actualmente, se han probado sistemas láser de alta energía (HEL) con una potencia de salida de cientos de kilovatios y se esperan sistemas de clase megavatios en un futuro próximo.
Desarrollo de armas láser y su impacto
Zikidis mencionó planes rusos para desarrollar un láser con un alcance de 40.000 kilómetros para atacar satélites de alerta temprana y no descarta las afirmaciones rusas. También se han desarrollado programas rusos de armas láser destinadas a la guerra electro-óptica que pueden cegar permanentemente los satélites hostiles.
El impacto de un sistema HEL de este tipo es difícil de estimar, ya que existen limitaciones en el rendimiento de un sistema láser. Sin embargo, el uso de un sistema HEL basado en tierra contra un objetivo estacionario tendría la ventaja del tiempo, lo que permitiría un efecto acumulativo.
Respuesta de la OTAN
Desde el punto de vista de la OTAN, siempre hay formas alternativas de eludir un activo comprometido o de bajo rendimiento, según Zikidis. La alianza estaría preparada para enfrentar posibles amenazas a sus satélites y desarrollar estrategias de contingencia en caso de que se vean afectados por sistemas de guerra electrónica avanzados.
En resumen
Rusia ha anunciado un nuevo sistema de guerra electrónica capaz de interferir con satélites en órbita geoestacionaria a 36.000 kilómetros de altitud.
Aunque las afirmaciones rusas no pueden ser verificadas por completo, el desarrollo de sistemas HEL y armas láser sugiere un avance significativo en la capacidad antisatélite de Rusia.
La OTAN y otros actores internacionales deben estar atentos a estos desarrollos y prepararse para adaptarse a posibles amenazas en el futuro.